Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Los trabajadores que ocupan la fábrica Republic Windows & Doors, condenada al cierre, se comprometen a permanecer en la planta en Chicago hasta que cobren los 1,5 millones de dólares de paga de cesantía y vacaciones que les debe la gerencia.
En una táctica raramente utilizada en EE.UU. desde las luchas sindicales de los años treinta, los trabajadores, miembros de Trabajadores Eléctricos, de Radio y Maquinaria de EE.UU. (UE) Local 1110, se negaron a abandonar la planta el 5 de diciembre, el último día previsto de operación.
«Decidimos hacerlo porque es dinero que nos pertenece,» dijo María Román, quien ha trabajado en la planta durante ocho años. «Son nuestros derechos.»
La noticia de la ocupación se difundió rápidamente entre activistas de los derechos sindicales y de los inmigrantes – la abrumadora mayoría de los trabajadores son latinos. Siete estaciones locales de televisión fueron a realizar entrevistas e informes en vivo, y llegó un flujo constante de activistas para llevar donaciones de alimentos y dinero, y planificar acciones de solidaridad.
La gerencia afirma que no puede continuar la actividad de la fábrica porque su principal acreedor, Bank of America (BoA), se niega a otorgar más préstamos a la compañía. Después de que los trabajadores realizaron piquetes ante la sede del BoA el 3 de diciembre, funcionarios del banco aceptaron reunirse con la gerencia de Republic y UE para discutir el asunto el 5 de diciembre, reunión que fue organizada por el representante Luis Gutiérrez (demócrata de Illinois), dijo la dirigente de UE Leah Fried.
BoA ha dicho que no puede discutir el asunto directamente con el sindicato sin aprobación por escrito de la gerencia de Republic. Pero los dirigentes de Republic no se presentaron a la reunión, y los gerentes de la planta se preparaban para cerrar para siempre las puertas – violando la Ley federal WARN que requiere 60 días de preaviso de la clausura de una fábrica.
Los trabajadores decidieron que no podían dejar pasar algo semejante sin cuestionamiento. «La compañía y el Bank of America se están lanzando el balón, y nosotros estamos en el medio,» dijo Vicente Rangel, enlace sindical y ex vicepresidente del Local 1110.
Muchos trabajadores habían sospechado que la compañía planificaba cerrar la empresa – y tal vez reiniciar actividades en otro sitio. Varios dijeron que los gerentes habían sacado equipo de producción y de oficina en los últimos días.
Además, aunque los inventarios indicaban que había muchos componentes en la planta, los trabajadores en la línea de producción enfrentaban desabastecimiento. Y los libros de pedidos, aunque ciertamente más bajos que en los años pico del auge de la vivienda, no correspondían a las afirmaciones de la administración sobre un colapso total. «¿Dónde fueron todas esas ventanas?» preguntó un trabajador.
Los trabajadores están especialmente indignados porque Bank of America, que recientemente recibió un rescate con dineros públicos, no suministrará créditos a Republic. «¿Reciben 25.000 millones de dólares del gobierno, y no prestaran unos pocos millones a esta compañía para que los trabajadores conserven sus puestos?» dijo Ricardo Cáceres, quien ha trabajado en la fábrica durante seis años.
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LOS MIEMBROS del Local 1110 tienen un historial de lucha. En 2004, revocaron el certificado de Central States Joint Board – sindicato tristemente célebre por su corrupción y sus contratos favorables para las compañías – e introdujeron a UE, una organización mucho más democrática.
En mayo de este año, el Local 1110 se movilizó para un contrato mediante la organización de un piquete de «práctica», y 70 trabajadores utilizaron su descanso para almorzar para enfrentar al jefe con una petición enumerando sus demandas. Los trabajadores pudieron contrarrestar el esfuerzo de la compañía por obtener más concesiones y obtuvieron sólidos aumentos de paga. Ahora, la administración trata de vengarse guardándose dinero que pertenece a los trabajadores.
Funcionarios de UE y los trabajadores reconocen que será difícil impedir que la planta se cierre. Pero están determinados a conseguir el dinero que se les debe – y creen que mediante la lucha, pueden establecer un ejemplo para otros trabajadores que enfrentan despidos y cierres de plantas a medida que se profundiza la recesión.
Las negociaciones han sido fijadas para el lunes 8 de diciembre. Pase lo que pase, sin embargo, los trabajadores ya han enviado un mensaje a los empleadores en el sentido de que si violan sus derechos y la ley, pueden contar con una lucha.
«Es un mensaje a los trabajadores de EE.UU.» dijo Vicente Rangel, el representante sindical. «Si nos unimos, nos impondremos hasta que se haga justicia, y conseguiremos lo que se nos debe.»
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