El pasado 14 de marzo, una niña de 5 años de edad fue esposada por policías por romper unos papeles de clase y pegar manotazos a su profesora, que, como se puede observar en la imagen, le superaba ampliamente en peso y fuerza física. La dirección del centro llamó a la policía, cuando ésta llegó, […]
La dirección del centro llamó a la policía, cuando ésta llegó, la niña estaba tranquila pero los policías la tomaron de los brazos y la esposaron mientras ella gritaba «¡No!».
Los hechos ocurrieron en el jardín infantil Fairmount Park, en la población de St. Petersburg en el Estado de Florida. El escándalo salió a la luz porque su madre puso los hechos en conocimiento de su abogado quien entregó a los medios de comunicación el vídeo que había tomado la propia policía de su «hazaña».
Todo esto ocurre en un EE.UU que justifica sus invasiones militares e injerencias en terceros países en aras a la extensión de los derechos humanos y la democrácia. Mientras, Jeff Bush, gobernador del Estado de Florida se preocupa de los embriones humanos y las personas en estado vegetativo, la pena de muerte se sigue aplicando implacablemente sobre los colectivos más desfavorecidos, se permite usar armas de fuego en la calle a los ciudadanos que se sienten amenazados y tres policías armados esposan a una niña negra de cinco años.