Saleh Muslim es un hombre peligro. No para los pobladores de Rojava (Kurdistán sirio), ni tampoco para muchos dirigentes políticos de diferentes países. Es peligro para el gobierno turco del presidente Recep Tayyip Erdogan, porque Muslim representa al movimiento político y social que desde hace cuatro años se desarrolla en el norte de Siria y […]
Saleh Muslim es un hombre peligro. No para los pobladores de Rojava (Kurdistán sirio), ni tampoco para muchos dirigentes políticos de diferentes países. Es peligro para el gobierno turco del presidente Recep Tayyip Erdogan, porque Muslim representa al movimiento político y social que desde hace cuatro años se desarrolla en el norte de Siria y es considerado una amenaza por Ankara. En los planes de Erdogan, las población kurda es un escollo difícil de superar para sus planes de expansión política y territorial, por eso aplica todos los métodos represivos a su alcance contra ese pueblo.
A finales de noviembre, se conoció que Turquía había emitido una orden de detención contra Muslim, por su supuesta complicidad en el atentado cometido en febrero de este año en Ankara contra un autobús policial, que le costó la vida a 28 personas. La orden alcanza también a otras 47 personas.
«La orden de detención pretende obstruir nuestras actividades diplomáticas y políticas -explica Muslim, co-presidente del Partido de la Unión Democrática (PYD, por sus siglas originales) en esta entrevista, la primera brindada a un medio de comunicación de Argentina-. Yo no soy un ciudadano del Estado turco, que no posee el derecho a emitir una orden de arresto».
Muslim aclara que «en Turquía ahora no hay un poder judicial independiente y confiable», haciendo referencia al estado de emergencia decretado por Erdogan luego del intento de golpe de Estado de julio pasado. Para el co-presidente del PYD, ahora el Poder Judicial de Turquía «recibe directamente ordenes de Erdogan». Según Muslim, el gobierno turco «utilizó el atentado de Ankara como un pretexto para emitir la orden de detención, a pesar de que nuestro partido condenó el ataque ya que muchos civiles estaban entre las víctimas. Además, se sabe que las autoridades turcas reivindicaron el atentado de Ankara y que el PYD no tuvo nada que ver. La orden de detención incluye mi nombre y los de 47 personas más. Todos son reconocidas figuras políticas kurdas y algunos son activos en Europa. No creo que nadie tome la orden seriamente».
La revolución en Rojava
Durante mucho tiempo Rojava, región kurda fronteriza con Turquía, fue una zona de fuerte influencia del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El ejemplo más claro es que en ese territorio, Abdullah Öcalan, líder del PKK, vivió más de diez años hasta que fue expulsado. Posteriormente, Öcalan fue detenido en Kenia cuando se dirigía a Sudáfrica. Encarcelado desde hace 17 años en la isla-prisión turca de Imrali, ubicada en el mar de Marmara, Öcalan es el máximo teórico del Confederalismo Democrático, ideología que abraza el PYD.
Nacido en 1951, Muslim comenzó su militancia a favor de los derechos del pueblo kurdo durante la década de 1970 mientras estudiaba la carrera de Ingeniería en Estambul. Luego de ser encarcelado en Siria junto a su esposa, en 2010 Muslim se exilió en el Kurdistán iraquí cuando ya dirigía al PYD. En la actualidad es uno de los dirigentes más importantes del movimiento kurdo de liberación.
Para el pueblo kurdo, la defensa de la ciudad de Kobane se convirtió en un momento épico de su historia. Durante 140 días, las YPG/YPJ combatieron a los terroristas de ISIS, que había controlado el 80 por ciento de la ciudad, una de las más importante de Rojava. Las milicianas y los milicianos lucharon casa por casa hasta expulsar a Daesh.
«Kobane sigue sufriendo los efectos de la guerra -relata Muslim-. Muchas casas y edificios están en ruinas y sólo algunos hogares han sido reconstruidos por la población local con sus propios recursos limitados».
Toda Rojava, y particularmente Kobane, se encuentran bloqueados, tanto por el Estado turco al norte como por el Daesh al sur. «La ciudad no ha recibido suficiente ayuda debido al estado de sitio -confirma Muslim-. La guerra contra el Daesh se está llevando a cabo en el frente sur, mientras hay otro frente contra Turquía y sus mercenarios en Manbij», localidad de unos 100 mil habitantes liberada de ISIS hace pocos meses.
«Esta guerra afecta a Kobane, ya que la gente todavía está enterrando a muchos mártires cada día. En resumen, la gente de sigue viviendo la realidad de la guerra», asegura.
Pese a la guerra contra la población de Rojava, en esa región se lleva adelante una experiencia novedosa para Medio Oriente, basada en el Confederalismo Democrático, una ideología sostenida en la democracia, el anticapitalismo, el rol fundamental de la mujer en la organización social, y una vida comunitaria que respete la ecología y las diferencias étnicas y religiosas.
«Todos los grupos socio-étnicos en el norte de Siria viven colectivamente en un sistema democrático secular», afirma Muslim y agrega que esta convivencia es legitimada por el Contrato Social aprobado por los pueblos de Rojava en 2014*. «La completa igualdad es otra característica importante del sistema socio-político en el norte de Siria. Por primera vez, se trata de un modelo democrático genuino en el Medio Oriente. Si lo logramos este modelo puede aplicarse en toda la región», remarca.
La invasión turca
Derrotado el intento de golpe de Estado en Turquía, Erodgan no se quedó cruzado de brazos. Además de encarcelar a miles de personas (a las cuales considera opositores), detener a once diputadas y diputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, por sus siglas originales), dejar en la calles a 70 mil trabajadoras y trabajadores, y recrudecer la represión contra la población kurda del sureste del país, en agosto la administración de Ankara tomó la decisión de invadir por tierra y aire el norte de Siria. La excusa presentada por Erdogan fue la «lucha contra el terrorismo». El objetivo real es desarticular el proceso revolucionario en Rojava y buscar la caída del gobierno sirio.
«Turquía siempre apoyó a los mercenarios yihadistas, como Daesh, desde el comienzo de la revolución del pueblo sirio -explica Muslim-. Turquía tiene su propio plan y su ambición es ampliar la frontera del Estado turco a Aleppo y Mosul, y cambiar la demografía en Kurdistán y Rojava», detalla.
Ante la sucesivas derrotas de los grupos terroristas en el norte de Siria, como fue la recuperación del paso fronterizo de Tal Abyad por parte de las fuerzas YPG/YPJ, «Turquía se vio obligada a intervenir directamente en Rojava», dice Muslim.
El gobierno de Erdogan, según el dirigente kurdo, «afirma que lucha contra el Daesh junto a la Coalición Internacional, pero en realidad los ayuda y los apoya. La reciente intervención turca en el norte de Siria está destinada a aliviar la presión sobre el Daesh en Raqqa y cambiar la demografía en Rojava. Ahora, las fuerzas locales son quienes desafían al ejército turco y a sus mercenarios».
Uno de los principales frentes de guerra de las FDS y las YPG/YPJ es Raqqa, a la que se acercan combatiendo contra ISIS. «La lucha ha llegado a las afueras de la ciudad y está a sólo 25 kilómetros del centro. Las operaciones militares están todavía en curso», resume Muslim.
El futuro de Rojava y de la revolución inédita que encabezan los kurdos junto a otros pueblos de Siria a veces parece incierto. «Se trata de un modelo democrático para Medio Oriente y se puede aplicar en toda la región», repite Muslim, sabiendo que sus palabras son pronunciadas por cientos de miles de pobladores en Rojava.
*Para leer el texto completo del Contrato Social de Rojava: Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.