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¿Un nuevo dios es posible? ¿Una nueva iglesia es posible?

Fuentes: Caminos

La Jornada Cubana contra la Homofobia, tuvo un punto inusitado este sábado, 15 de mayo, con un sorpresivo e improvisado culto religioso ecuménico, desarrollado bajo una pequeña carpa, donde un momento antes se exhortó al uso del condón para prevenir el VH-SIDA. Durante el culto un pequeño grupo de pastoras y pastores de varias denominaciones […]

La Jornada Cubana contra la Homofobia, tuvo un punto inusitado este sábado, 15 de mayo, con un sorpresivo e improvisado culto religioso ecuménico, desarrollado bajo una pequeña carpa, donde un momento antes se exhortó al uso del condón para prevenir el VH-SIDA. Durante el culto un pequeño grupo de pastoras y pastores de varias denominaciones cristianas y países, incluyendo Estados Unidos, oraron por una nueva Iglesia, inclusiva, que no discrimine a nadie por su orientación sexual.

Sorprendidos los asistentes al Pabellón Cuba, situado en la céntrica Rampa del Vedado habanero, para participar en la Jornada por el Día contra la Homofobia, escucharon a religiosos y religiosas entonar la canción del argentino Fito Paez, «Yo vengo a ofrecer mi corazón». Mayoritariamente los presentes eran parejas de lesbianas -mucho más visibles este año que en las dos celebraciones anteriores-, gays, transexuales, pero no faltaban heterosexuales desprejuiciados ni curiosos turistas.

«Quién dijo que todo está perdido/Yo vengo a ofrecer mi corazón; Tanta sangre que se llevó el río/Yo vengo a ofrecer mi corazón…», se escuchó un gran coro al que se sumaban voces.

«En el principio Dios creó el mundo, creó una casa para que viviéramos todas y todos, y esa casa fue habitada por plantas, fue habitada por animales, por el ser humano. Y las plantas eran de diferentes tamaños, formas, perfumes y colores, las aguas y las tierras, también eran diferentes, y ser humano que habitó la casa, la casa que es de todas y de todos, tenían formas diferentes y maneras de sentir diferentes, maneras de alegrarse, de reír de gozar, toda una ciencia de colores, de formas, de apariencias, toda una ciencia de lo diverso, fiesta de lo multicolor…», iniciaría la meditación teológica la cubana cuáquera Kirenia Criado, del Equipo de Reflexión Teológica del Centro Memorial «Martin Luther King Jr.».

«Esta habitación de esta casa habitada, nos incita esta tarde al encuentro. Encontrarse es mirarse a los ojos, es tocarse, abrazarse, encontrarse. Es que me reconozco en ti y que te reconozco en mi…».

La pastora presbiteriana reformada Dorita Arce recordó la insistencia en la Biblia de la exhortación al amor, que se «goza de la verdad».»Este es el amor que queremos, al que queremos en este tiempo convocar a todos los presentes».

Algunos tomaban ron, otros comían pizza, Unos se reían mientras otros parecían meditativos o, simplemente, expectantes. Inclusive no pocos alborotaban, lo que dificultada escuchar. La mayoría vestía ropa deportiva: playeras con imágenes de populares artistas, abundaban los collares y los aretes, muchos calzaban sandalias. Se tomaban fotos entre sí. Muchos no entendían lo que allí ocurría.

Era la primera vez que allí se efectuaba un culto religioso. Se improvisaban grupos, se saludaban amigos y conocidos, «¿Qué está sucediendo aquí?», era pregunta común. Interesados y curiosos hicieron un grupo compacto alrededor de los pastores y cantaban junto a los acordes de un órganillo eléctrico… un coro no siempre afinado, pero sentido y espontáneo. Se vieron ojos lagrimosos.

«Hoy Dios nos llama a un momento nuevo/ A caminar juntos con su pueblo/ Es hora de transformar lo que no da más/ Y solo y aislado ninguno es capaz…»

La pastora Raquel Suárez, de la Iglesia Ebenezer, de la Fraternidad Bautista de Cuba, afirmó; «hoy Dios está contento. ¿Cuántos dicen amén (que así sea)? Dios está contento porque estamos aquí mujeres y hombres diversos y diversas, cada uno de nosotros está con sus múltiples características, que conforma la identidad única y bendecida de cada cual. Cada uno de nosotros es un ser humano privilegiado. Privilegiado por la existencia que Dios nos ha dado, tal y como ella, esa…»

El bautista Amos López insistió en «la fe y la esperanza de que el mundo puede ser de otra manera». En varias ocasiones se pidió silencio para poder avanzar en el culto. «Espíritu de vida, dios y diosas de todos y todas, te convocamos a este lugar», manifestó otro oficiante.

«Cada uno de nosotros, de nosotras, también porta prejuicios, discriminaciones y miedos», comentó el psicólogo chileno-cubano Mario Flores, quien actuó como conductor. Se entregaron coloridas máscaras de papel para mostrar que estas no solo cubren, sino también descubren, y con estas se invitó a un ejercicio de reflexión, de encuentro. «La máscara, dijo el psicólogo, es como si fuera un espejo, que nos acerca a nuestro mundo interno, a esa esfera de la discriminación, y como toda esfera de la discriminación es una esfera del miedo: miedo a la diferencia, al encuentro, miedo a ser nosotros mismos».

«Miremos a nuestro lado, para darnos cuenta que también somos personas que discriminamos», conminó otra oficiante. «Levantemos las máscaras y entreguémoslas a Dios, pidiéndole aleje de nuestras vidas aquello que nos separa».

El teólogo gay luterano brasileño André Musskopf rogó a «Dios y a la Diosa de la vida, que está siempre con nosotros y nosotras, y con aquel que vamos. También hoy y en todos los momentos que pasamos por dificultades, donde discriminamos, donde no hacemos prevalecer la vida, que esté con cada uno de nosotros y nosotras para ayudarnos y hacernos seres humanos mejores. Hacernos aquello que fue la intención al crear la humanidad y todo lo que está en la tierra. Y les aseguro que ese Dios o esa diosa de la vida, nos perdona, nos acepta, y está junto a nosotros y nosotras, siempre y en cada momento por toda nuestra vida.»

Con citas del Antiguo y Nuevo Testamento, incluyendo textos del profeta Isaías, el Evangelio de Juan (cap. 13. 31 1l 35): y una carta del apóstol Pablo a los Gálatas, se estructuró la parte litúrgica.

«¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en tu casa: que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?» (Isaías 58.6)

«Un mandamiento nuevo hoy doy: Que os améis unos a otros, como yo los he amado, que también os améis unos a otros» (Juan, 13. 34)

«Ya no hay judío, ni griego; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Pablo, Carta a los Gálatas, 3.28)

El Rev. Raúl Suárez Ramos, uno de los fundadores de la Fraternidad Bautista de Cuba, y del Centro Memorial «Martin Luther King Jr.», diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, expresó en la homilía:

«Aquí en esta tarde, este lugar deja de ser el Pabellón Cuba, por unos instantes, para convertirse también en la casa de Dios, que es la casa de hombres y mujeres que desean tener una identidad o que tienen una identidad, que se hacen presentes en la sociedad nuestra, sin temor ni máscaras, pero que también esa identidad cualquiera que sea y esa presencia en la sociedad, es decir nuestro pueblo, requiere un compromiso, y unido al compromiso la consecuencia de colocar la identidad, presencia y compromiso, en lo que se dice y hace…».

El pastor y teólogo bautista Luis Carlos Marrero, Coordinador teológico del «Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero», invitó a todos los presentes (pastoras —entre estas, la pastora neopentecostal afroestadounidense Carrietta Jackson—, pastores, diáconos y diaconizas,) «a compartir el pan y la miel, frutos de la tierra», y enfático agregó: «Hoy hemos decidido salir de nuestros templos, de nuestros encasillamientos. Hoy hemos decidido también arrojar nuestras máscaras como ustedes. Y como bien dice el Obispo (brasileño) Pedro de Casaldáliga, para cambiar el mundo también tenemos que cambiar de Dios. Sean todos y todas bienvenidos a la mesa. Pasen «, invitó.

Raquel Suárez, pastora de la Iglesia Ebenezer, en el popular municipio capitalino de Marianao, ofreció la bendición a todos. «Para todos los que están aquí sea la bendición de Dios», dijo

Fue un momento muy especial y significativo, cuando muchos se acercaron a tomar la comunión en parejas, muchas veces acabadas de ver, pues era simplemente la persona que tenía a su lado o alguien que se le acercaba, y con quien intercambiaba el pan con miel, colocándolo cada uno en la boca del otro, aunque no todos lo hicieron.

Fue una eucaristía que rompió tradicionales esquemas litúrgicos, lo que molestó a algunos creyentes tradicionales (teológicamente conservadores) No participó en la actividad ningún clérigo católico, ni fue invitado a co-oficiar ningún representante de las religiones cubanas de origen africano, aunque estaban presentes allí, observando la escena, practicantes de estas religiones, a quienes algunos se acercaban a pedir «axé» / «aché» (fuerza vital; semejante a la gracia de Dios).

La bendición final de Dios la ofreció el veterano pastor reformado y teólogo Sergio Arce Martínez: «La gracia de nuestro Señor Jesucristo descienda sobre todos ustedes hermanos», y que «el amor de Dios nuestro Padre, creador de toda la diversidad, que podemos contemplar en la naturaleza y defender en la sociedad, junto con el Espíritu Santo, que nos santifica en la diversidad, sea en todas y todos ustedes los aquí presentes, y con todos los seres humanos, que se saben parte significativa de la diversidad que el Padre ha creado», concluyó.

* Boletín del Centro Memorial «Martin Luther King Jr.», Cuba
Tomado de: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=47882