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En el 75º aniversario de la expulsión de los palestinos de sus tierras

Unámonos para acabar con la Nakba

Fuentes: Mondoweiss [Imagen Sophia Brown, Wikimedia]

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

En el 75º aniversario de la Nakba debemos reafirmar la convicción de que la libertad es incompleta sin la liberación de Palestina.

El 15 de mayo, los palestinos conmemoraron el 75º aniversario de la Nakba, el violento desalojo de sus hogares y sus tierras por las fuerzas israelíes. Nakba significa catástrofe: ¿de qué otro modo se podría describir la limpieza étnica de dos tercios de la población palestina? En palabras de Edward Said, a los palestinos «se les rompió la vida, se les secó el espíritu, se les destruyó la serenidad para siempre en el contexto de un desplazamiento recurrente aparentemente interminable».

Pero la Nakba no terminó en 1948. La persecución del pueblo palestino se ha prolongado durante los tres cuartos de siglo transcurridos desde que el primer Primer Ministro de Israel, David Ben Gurion, dijera de algunos pueblos palestinos: «debemos exterminarlos». Hoy en día este sentimiento se refleja en la descripción que hace Benjamin Netanyahu de los palestinos como «bestias salvajes» y en los comentarios del Ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, que dijo que había que «borrar» del mapa la ciudad palestina de Huwara.

Los acontecimientos del año pasado volvieron a poner de manifiesto la difícil situación de los palestinos y la crueldad del régimen de Israel que domina sus vidas. Según la ONU, 2022 fue el año más mortífero para los palestinos de la Cisjordania ocupada. En mayo, la conocida periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh fue tiroteada mientras informaba sobre una incursión del ejército israelí en un campo de refugiados de Cisjordania y su cortejo fúnebre fue atacado en Jerusalén. En agosto una campaña de bombardeos israelíes mató a 50 palestinos, entre ellos niños, en Gaza. En octubre, con el regreso de Benjamin Netanyahu, asumió el poder uno de los gobiernos más derechistas de la historia de Israel; la actividad de las colonias ilegales aumentó. Este gobierno incluye al político de extrema derecha Itamar Ben-Gvir como ministro de Seguridad Nacional. En ocasiones anteriores ha pedido que se deporte a los palestinos «desleales a Israel». Pero dicho sentimiento no se limita a un solo ministerio. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, dijo en 2021 que los palestinos de Israel «están aquí por error» porque la Nakba no terminó bien el trabajo.

El mes pasado, fuerzas israelíes volvieron a atacar a los fieles palestinos en la mezquita de Al Aqsa. Haciéndose eco de las atrocidades de 2021, esta flagrante violación de los derechos humanos fue calificada por la prensa británica como meros «enfrentamientos». Pero no se trata de eso en absoluto. «Cuando se establece una relación de opresión, la violencia ya ha comenzado», escribió Paulo Freire. «La violencia la inician quienes oprimen, quienes explotan, quienes no reconocen a los demás como personas, no quienes son oprimidos, explotados y no reconocidos». Las palabras de Freire nos recuerdan que, como hicieron en 1948, las fuerzas israelíes niegan a los palestinos su dignidad y sus derechos.

Frente a esta continua represión, el pueblo y las organizaciones palestinas se han apoyado mutuamente y han luchado por la justicia. La insistencia en su dignidad y libertad inspira a muchas personas en todo el mundo, y reconozco y admiro plenamente a los valientes activistas de todos los países, incluido Israel, que han defendido los derechos y la liberación de Palestina.

Cuando los ojos del mundo se volvieron hacia la Copa Mundial de la FIFA en Qatar el pasado mes de diciembre, la lucha palestina fue el centro de atención a pesar de no haberse clasificado para el torneo. Ya fuera cuando los jugadores marroquíes enarbolaron la bandera palestina tras eliminar a España o cuando los aficionados tunecinos sostuvieron una pancarta en la que se leía «Palestina libre», la efusión de solidaridad fue un poderoso recordatorio del apoyo mundial a la causa palestina. En Irlanda, el equipo líder de la liga, el Bohemian FC, ha diseñado su indumentaria de visitante para 2023 en apoyo de los palestinos, con el fin de recaudar fondos para los niños de la Cisjordania ocupada.

El pasado mes de febrero, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, puso fin al hermanamiento de su ciudad con Tel Aviv, alegando la “política de apartheid” de Israel. La muestra de solidaridad de Barcelona con el pueblo palestino fue la culminación de una prolongada campaña popular secundada por miles de catalanes con el propósito de convertir al de Barcelona en el primer ayuntamiento del mundo en suspender relaciones con el Estado de Israel.

En el Reino Unido, las campañas de acción directa, como Palestine Action, han señalado a la industria armamentística que apoya la ocupación israelí en Gaza y Cisjordania. El Reino Unido sigue siendo el cuarto mayor proveedor de armas de Israel y entre 2016 y 2020 vendió armas por valor de 387 millones de libras al ejército israelí. La mayor empresa armamentística de Israel, Elbit Systems, tiene 10 sedes en Reino Unido y suministra hasta el 85% del equipamiento terrestre adquirido por el ejército israelí.

Tras 18 meses de campaña de Palestine Action, Elbit Systems anunció el cierre definitivo de sus instalaciones en Oldham a principios de 2022. A finales de diciembre, se supo que tras la campaña de Palestine Action, Elbit Systems iba a perder dos contratos multimillonarios con el Ministerio de Defensa.

La ocupación israelí, declarada régimen de apartheid por numerosas organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, se apoya en múltiples niveles. Para superarla y garantizar la justicia para los palestinos será necesaria una coalición de solidaridad que se enfrente a cada uno de los estratos de ese sistema. Debemos perseguir a las empresas que financian la opresión palestina del mismo modo que lo hacemos con los Estados que la legitiman. Exigimos que el Reino Unido reconozca incondicionalmente el Estado de Palestina, como ha hecho la ONU, del mismo modo que debemos apoyar los movimientos palestinos por la paz y la justicia.

En esta era de crisis, resulta imperativo luchar por la libertad y la justicia. Pero, como señaló Nelson Mandela, “sabemos perfectamente que la libertad es incompleta sin la liberación de los palestinos.

Fuente: https://mondoweiss.net/2023/05/unite-to-end-the-nakba/El presente artículo puede reproducirse libremente a condición de que se respete su integridad y se cite a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo