“En 1933 abrió su propia tienda en la calle del Trench, una calle del Mercado fuera del Mercado; una calle húmeda y populosa, de sardinas de bota y bacalao, de café acabado de moler y horno de leña; una calle que él, con su espíritu incansable, ayudó a mejorar”; el fragmento sobre la calle Trench, en el centro histórico de Valencia, figura en la novela Noruega, publicada en lengua catalana, en 2021, por el escritor Rafa Lahuerta.
Y es el punto inicial de la jornada Barrialitat, organizada por Ca Revolta el 3 de octubre; consistía en un itinerario titulado L’habitatge a ciutat vella: un dret en disputa, guiado por la red de colectivos del centro histórico Veïnat en Perill d’Extinció, que defiende un barrio sin procesos de especulación, turistificación y expulsión del vecindario.
¿Han mutado la citada calle tradicional en el centro de Valencia? En la calle del Trench (Ciutat Vella), la plataforma Booking anuncia “acogedores” loft con dos dormitorios y una ubicación “excelente”; además del citado apartamento, de 50 metros cuadrados en el número 16, la firma de reservas digitales ofrece otro loft “de diseño”, de 30 metros cuadrados con balconada, en el número 22.
La primera unidad de alojamiento turístico está inscrita en el Registro de Viviendas Turísticas de la Generalitat, desde 2017, con la referencia de dos pisos y tres puertas; en cuanto al número 22, está registrado desde finales de 2016, con cuatro pisos, cuatro puertas y un total de 14 plazas (la situación del primer piso consta como adosado bungaló).
El informe de Comisiones Obreras-País Valencià Derechos y propuestas ante la situación de la vivienda en el País Valenciano (septiembre 2024) destaca, como ejemplos de barrios gentrificados en la capital valenciana, Russafa, Ciutat Vella y el Cabanyal; así, “el vecindario está siendo amenazado y expulsado debido a las prácticas especulativas, sustituyéndolo por nuevas clases sociales y/o turistas”.
En la radiografía, el sindicato se basa en las estadísticas del INE: el País Valenciano tiene registradas 59.413 viviendas turísticas, y se sitúa como el segundo territorio del Estado español con mayor aumento de los alquileres turísticos (19% de incremento en el último año); por ejemplo, “la ciudad de Valencia habría pasado en cuestión de un año de 6.000 a 8.000 viviendas turísticas”.
Pero a menudo la realidad trasciende las inscripciones en los registros oficiales; de hecho, en agosto de 2023, la alcaldesa de Valencia María José Catalá, del PP, cifró en 4.000 el número de apartamentos turísticos irregulares en la ciudad.
El segundo punto del recorrido por Ciutat Vella, organizado por Ca Revolta y Veïnat en Perill d’Extinció, se situó en el número 2 de la calle Caixers; activistas y vecindario alertaron el pasado 2 de septiembre sobre un nuevo intento de desahucio, y convocaron a la resistencia: “Continúa la defensa de la puerta 6 y ahora también de la puerta 1”.
En el segundo caso, informaba el comunicado, la orden del Juzgado de Primera Instancia Número 17 afectaba a una madre con un hijo menor de edad, que no contaban con alternativa habitacional.
Según la nota informativa de Ca La Caixeta, “en 2019 la empresa Good Capital S. L. expulsó a la mayoría de los vecinos, acompañados por los colectivos del barrio que luchan contra la gentrificación y la turistificación”; no pudieron frenarse las expulsiones, pero sí la transformación del inmueble en viviendas turísticas (este era el objetivo del fondo buitre).
El comunicado detallaba, asimismo, la función de la parte baja de la finca como proyecto social, en el que se desarrollan diferentes actividades y talleres de acuerdo con tres ejes: el anarquismo, la autogestión y los autocuidados.
En este contexto, los periódicos El Salto y Directa dieron cuenta -el 4 de octubre- de la expulsión en una de las viviendas en el inmueble de la calle Caixers, ejecutado de madrugada y con un notable despliegue policial.
Tras el paso por un Centro Social Okupado Anarquista (CSOA) en la calle Cadirers, las personas participantes en la ruta se dirigieron al mercado municipal de Mosén Sorell, construido en 1932 sobre el espacio que había ocupado un palacio (afectado en su día por un incendio); el mercado fue rehabilitado inicialmente en 2008 y, durante los últimos años, se ha constatado una pérdida de actividad en los puestos de venta.
Muy cerca se halla un parque/jardín infantil (urbano), y el solar de la calle Corona número 16, autogestionado por vecinos y colectivos del barrio del Carmen, donde tuvieron lugar –por ejemplo- presentaciones de la Mostra del Llibre anarquista; la iniciativa se desarrolló durante siete años, entre 2011 y 2018.
Precisamente en la calle Corona, la constructora Trasejar informaba en la página Web -el pasado 5 de febrero- sobre las obras para la edificación de un hotel de cuatro estrellas, integrado por cuatro plantas además del sótano destinado a parking.
El último punto del recorrido, ya nocturno, se localizaba en la planta baja de un inmueble en la calle Marqués de Caro; según el Registro de Viviendas Turísticas de la Generalitat, en los números 3, 6, 8 y 11 están censadas –desde 2016 y 2017- un total de 22 plazas de apartamento.
Tal vez el itinerario podría haber continuado en la plaza Portal Nou número 6, en el barrio del Carmen, donde se ubicaba el Convento de San José y Santa Teresa; agencias y medios informaron de que el Ayuntamiento de Valencia concedió -a finales de septiembre- la licencia para un hotel de 44 habitaciones a la empresa Calma Wellbeing Hotels S. L. (planta baja y otras dos superiores).
Asimismo en un bajo de la calle Santo Tomás, cerca de la Calle Alta, la agencia inmobiliaria Habitale El Carmen anuncia viviendas para la compra/alquiler en la zona; así, en la calle Palomar es posible alquilar una vivienda de 65 metros construidos, por 1.700 euros mensuales; y en Sant Francesc (Ciutat Vella), otro de 69 metros cuadrados útiles, por 1.400 euros al mes.
Durante el recorrido, las vecinas relacionaron algunas de las zonas sometidas a presión turística con las cifras de personas sin hogar en Valencia: 837 a finales de 2023 (censo realizado por la Universitat de València, el Ayuntamiento y entidades sociales).
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