El escritor y activista socialista estadounidense John Catalinotto ha concedido una entrevista exclusiva a Investig’Action para hablar de su nuevo libro, «Turn the Guns Around» [«Volved las armas»]. Hablamos acerca de la resistencia a la guerra de Vietnam desde dentro del ejército estadounidense y de las históricas revueltas de soldados que fueron decisivas en los […]
El escritor y activista socialista estadounidense John Catalinotto ha concedido una entrevista exclusiva a Investig’Action para hablar de su nuevo libro, «Turn the Guns Around» [«Volved las armas»]. Hablamos acerca de la resistencia a la guerra de Vietnam desde dentro del ejército estadounidense y de las históricas revueltas de soldados que fueron decisivas en los alzamientos revolucionarios al convertir «un arma de opresión en una herramienta para la liberación humana», así como de lo que las fuerzas progresistas pueden aprender de esto.
Acaba de publicar un nuevo libro, Turn the Guns Around. ¿Puede darnos una idea general de su contenido?
Turn the Guns Around es una crónica y lo es en dos sentidos. En el primero, es la crónica del periodo comprendido entre 1962 y 1975, cuando Estados Unidos llevaba a cabo una guerra colonial y anticomunista contra el pueblo vietnamita. Y durante esa guerra se desarrolló dentro del ejército estadounidense un movimiento que se oponía a la guerra, que se oponía al racismo. Esto provocó una enorme cantidad de problemas al Pentágono y a los oficiales del ejército. Les obligó a cambiar verdaderamente muchas de sus políticas. Este movimiento desempeñó un papel en la victoria (derrota desde la perspectiva del gobierno estadounidense) en Vietnam. Por supuesto, fue el propio pueblo vietnamita quien hizo el sacrificio mayor y libró la lucha más importante, pero la oposición dentro del ejército estadounidense desempeñó un papel en aquella victoria final.
El otro sentido es que abordo otros acontecimientos históricos en los que unos movimientos en el interior del ejército llevaron a verdaderas revoluciones políticas o sociales, o a combinaciones de esas, que incluyen la Comuna de París, las dos revoluciones rusas de 1917, la revuelta de la flota alemana en el mar del Norte en 1918 y la revuelta dentro del ejército portugués en 1974. Y lo he hecho para que las nuevas generaciones de activistas en Estados Unidos comprendan qué es el Estado capitalista, además de las relaciones entre el ejército y el Estado. Así pues, es una crónica que combina estas dos ideas.
En contextos «civiles» (por ejemplo, los campus universitarios) hubo una oposición de sobra conocida a la guerra de Vietnam, pero usted ahonda en la oposición en el interior del ejército, por ejemplo, el American Servicemen’s Union (ASU, siglas en inglés de Sindicato de Militares Estadounidenses). ¿Puede explicarnos cómo surgió y qué hizo?
La oposición se vio primero en los campus, con organizaciones como Students for Democratic Society [Estudiantes por una Sociedad Democrática]. Pero estas personas tenían todas la misma edad que los jóvenes en el ejército estadounidense. Y toda la rebelión de la juventud, el antagonismo entre generaciones, las luchas que tuvieron lugar, especialmente la lucha del Black Liberation Movement [Movimiento de Liberación Negro] de mediados a finales de la década de 1960, todo esto también se extendió al ejército, no era ajeno a él. Se podría argumentar que el ejército era una clase obrera más concentrada, mientras que en los campus había personas de los sectores más privilegiados de la sociedad. Pero entonces la situación en Estados Unidos era mucho más segura para le gente desde el punto de vista económico, incluso para la clase obrera.
Pero empezó a aparecer la oposición, con algunos individuos en el ejército en 1966 y 1967, e inmediatamente se extendió. Y el ASU, que es lo que organizó nuestra organización política (1) y que desempeñó un papel muy importante en el movimiento de los soldados estadounidenses, tampoco era lo único que había. Hubo un movimiento muy amplio y muy espontáneo. También hubo un movimiento de personas que crearon lo que llamaron «cafeterías» cerca de bases militares, a donde podían acudir los soldados estadounidenses y librarse de la disciplina militar. Todo esto ocurría a la vez. El ASU, como sindicato dentro del ejército, desempeñó un papel especial porque aunque se denominaba sindicato era una organización que tenía su propia estructura y, por lo tanto, competía con la cadena de mando del ejército. El ejército depende de su cadena de mando y de los soldados de bajo rango que van a luchar y a morir. O a luchar y ganar, esperan. Pero para poder funcionar el ejército necesita tener ese tipo de disciplina. Si tienen una organización diferente que representa a los soldados, entonces supone una competencia para el Estado.
Dos ejemplos del periódico del ASU, The Bond. El orador que está a la derecha en la foto de la derecha es John Catalinotto.
¿Cómo debemos entender esta competencia?
Se debe ver como una lucha de clases que tiene lugar dentro del ejército. Si el ASU cuenta con la lealtad de la masa de soldados, pueden parar la batalla. En determinados lugares algunas unidades del ejército estadounidense se negaron a entrar en combate. Y también se puede ver por la composición del movimiento. Contaba con algunos oficiales individuales, que se oponían a la guerra, aunque el ASU estaba formado casi completamente por particulares, sargentos de rango bajo, etc. No había soldados profesionales ni oficiales.
¿Cuáles fueron las consecuencias/represalias contra el ASU y todas aquellas otras personas dentro del ejército que se opusieron a la guerra?
Es cierto, porque no se metieron solamente con el ASU. Cualquier persona que hiciera algún tipo de acto disidente podía ser severamente castigada. Pero el castigo no fue sistemático en todas partes. Dependía mucho del general a cuyo cargo estaba la base militar en cuestión. También varió durante el curso de la guerra. Por ejemplo, hubo dos jóvenes que repartieron panfletos pidiendo un sindicato, creo que fue a finales de 1967 o principios 1968. Y les cayeron 3-5 años de cárcel. Un par de años después otros pegaron un puñetazo a su oficial y fueron condenados a un mes en la cárcel militar antes de ser expulsados. Variaba y dependía mucho del momento, porque en cuanto llegaron los años 1971-72 la manera que tenían el ejército y los militares de tratar a los disidentes era más intentar expulsarlos que tratar de castigarlos.
En aquel momento había mucha presión sobre el Pentágono…
Sí, efectivamente. En aquel momento, 1971, la guerra era muy impopular entre la población civil. Y el gobierno de Estados Unidos estaba empezando a reducir la guerra en tierra desde el punto de vista de la cantidad de soldados estadounidenses. Estaban sacando tropas de Vietnam, con lo que ya no necesitaba «carne de cañón» ahí. Así que los soldados volvían a casa después de la guerra y podían quedarles tres o cuatro meses de servicio militar que se suponía tenían que cumplir en Estados Unidos, pero el ejército los reducía porque si los mantenían en las bases podrían causar problemas a los oficiales y difundir a los nuevos reclutas las actitudes en contra de los oficiales.
En 1968 un grupo de soldados negros de Fuerte Hood se negó a actuar como antidisturbios. John Catalinotto y el ASU ayudaron a organizar su defensa. (Foto Ellen Catalinotto)
También mencionó que se entrelazaron el movimiento en contra de la guerra y el movimiento de liberación negra. Se dio el famoso caso de [Mohamed] Ali que se negó a ser reclutado. ¿Puede hablarnos un poco de esto?
Ali tuvo un impacto enorme entre los soldados. Fue en abril de 1967, el mismo mes en que Martin Luther King hizo su primer discurso en contra de la guerra, cuando Ali se negó a ser reclutado. Eso tuvo un impacto enorme en todas partes. Tuvo un impacto enorme en el joven (que casualmente era blanco) que era el líder del ASU, Andy Stapp. Tuvo un impacto enorme sobretodo en la población negra, que al principio en general se oponían más a la guerra que los blancos, aunque al cabo de un tiempo todos se oponían. Pero las personas negras también estaban implicadas directamente en una lucha por sus derechos en Estados Unidos. Había rebeliones en las principales ciudades estadounidenses. Y la organización más fascinante era el Partido de las Panteras Negras, que en parte se ganó su reputación por llevar armas en una manifestación en Sacramento, California, y hacer frente a la policía racista. Así que muchos veteranos negros, en particular de Vietnam, consideraron al Partido de las Panteras Negras como partido al que podrían querer unirse.
Uno de los elementos que recoge en su libro son las cartas de los soldados estadounidenses. ¿Qué muestran estas cartas?
El ASU publicó un periódico mensual de cuatro páginas, a veces ocho, llamado The Bond. Y una o dos de las páginas eran cartas de los soldados. Siempre era la parte más popular del periódico. He seleccionado tres de estas cartas y le leeré algunos fragmentos, creo que le darán una idea. En el libro publiqué 80 o 90 cartas, publicamos unas 1.200 a lo largo de la vida del ASU y debemos de haber recibido al menos diez veces esa cantidad. ¡Era la parte más emocionante de mi jornada, correr desde el trabajo a la hora de comer para ver qué tipo de cartas había llegado! Y estas cartas también muestran cómo está evolucionado la situación en Vietnam:
Carta de un soldado estadounidense en Vietnam (fuente: «Turn the Guns Around»)
Esta segunda es interesante porque la [Brigada] 196 salió una vez en la portada del New York Daily News por ser una unidad en la que 60 soldados se negaron a entrar en combate cuando se les ordenó.
Carta de un soldado estadounidense en Vietnam GI (fuente: «Turn the Guns Around»)
Hay otra más, bastante corta, muestra otro tipo de progresión:
Carta de un soldado estadounidense en Vietnam GI (fuente: «Turn the Guns Around»)
Notas:
(1) El Workers World Party, un partido socialista revolucionario nacido en 1959 que ha luchado sistemáticamente contra el imperialismo y por la liberación de los pueblos oprimidos, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo.
John Catalinotto ha participado activamente en la política antiimperialista desde la crisis de los misiles en 1962. De 1967 a 1970 fue el organizador político para el Workers World Party en el personal del American Servicemen’s Union. Desde 1982 es el director de Workers World, la última revista procommunista que se sigue publicando en papel en Estados Unidos. Fue coorganizador del Tribunal de Crímenes de Guerra en Yugoslavia celebrado en Nueva York en junio de 2000 y del Tribunal de Crímenes de Guerra en Iraq celebrado en Nueva York en 2004, ambos con el International Action Center, una organización estadounidense fundada por el activista en favor de los derechos humanos Ramsey Clark. Antes de Turn the Guns Around había editado y colaborado en dos libros, Metal of Dishonor (sobre el uranio empobrecido) y Hidden Agenda: the U.S.-NATO Takeover of Yugoslavia.
Foto inicial: Protesta del American Servicemen’s Union
Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos para Rebelión
Fuente: Investig’Action
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