Recomiendo:
0

¿Y cuáles serán ahora las palabras y la perspectiva de Gabriel Rufián?

Fuentes: Rebelión

Como todas recordamos, hace apenas tres semanas Gabriel Rufián, diputado de ERC en el Congreso de Diputados, afeó duramente la conducta del grupo parlamentario del PSOE al favorecer la investidura de Mariano Rajoy. Sus palabras resonaron en el hemiciclo y, sobre todo, fuera del hemiciclo. Mientras su partido gobierna en Cataluña, la vicepresidencia económica está […]


Como todas recordamos, hace apenas tres semanas Gabriel Rufián, diputado de ERC en el Congreso de Diputados, afeó duramente la conducta del grupo parlamentario del PSOE al favorecer la investidura de Mariano Rajoy. Sus palabras resonaron en el hemiciclo y, sobre todo, fuera del hemiciclo. Mientras su partido gobierna en Cataluña, la vicepresidencia económica está en sus manos, en alianza con fuerzas marcada y dura mente neoliberales (recordemos sus prácticas en estos últimos años en sanidad, PIRMI y enseñanza por ejemplo), Rufián, sin pensar ni creer que rozaba alguna inconsistencia ni mirar su propio ombligo, habló de traición y usó, además, otros términos nada amables para valorar la actitud del PSOE.

La argumentación esgrimida por los diputados «obrero-socialistas» para justificar su posición apeló a la necesidad de un nuevo gobierno, a asegurar una mínima estabilidad gubernamental, a evitar unas nuevas elecciones. Salvo error por mi parte ni su portavoz ni ningún otro líder habló de posibilitar la presidencia de Rajoy porque el país, la nación, la Patria o España así lo exigían. Pero supongamos que hubiera sido así, que es ta última hubiera sido la razón (oculta y ocultada) de fondo. «España exigía la abstención»: sea lo que sea lo que signifique esa frase, si algo significa, aceptémosla.

Pues bien, esta última semana se ha producido en Cataluña una situación no sólo parecida sino, si se quiere, de mayor alcance político-económico. La CUP -recuérdese: una fuerza revolucionaria y radical que está a favor o tiene como objetivo el socialismo y la independencia de los Países Catalanes- ha permitido la tramitación parlamentaria de los presupuestos. No hablo de aprobación pero sí de permitir un pequeño paso adelante sin que hayan habido hasta el momento modificaciones sustantivas, por ejemplo, en el ámbito de la fiscalidad. La razón por ellos mismos manifestada: la conocida: todo sea por la independencia, la desconexión y el referéndum. Todo sacrificio es poco, todo vale. La Patria y la secesión exigen todo o casi todo. ¡Que la prudencia y los principios no nos hagan traidores! Pues bien, vale, sea así, no entremos en detalles puntuales ni en consideraciones críticas.

¿Qué dirá Gabriel Rufián ahora? Si dijo lo que dijo al PSOE por abstenerse -no por votar a favor de Rajoy; la CUP, en cambio, ha votado dos veces a favor de Puigdemont-, ¿qué palabras serán las suyas ahora ante el voto favorable de la organización revolucionaria de los Países Catalanes en el Parlamento de Cataluña?

¿Alguien dice que no es el mismo exactamente? ¿Y por qué no es lo mismo «exactamente»? ¿Porque esta Patria no es aquélla y, en este caso, todo o casi todo vale? Así pues, ¿Catalunya über alles?

¿El resto, a casa nostra, va a ser silencio esta vez diputado Rufián? ¿Con qué varas medimos?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.