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Dudas oficiales sobre la existencia de la red terrorista

108 Estados de la ONU se niegan a facilitar datos sobre Al Qaeda porque no han observado en su territorio nada que certifique su existencia

Fuentes: Red Voltaire

El presidente del Comité de Expertos Antiterroristas de la ONU, Michael Chandler, presentó hace má de un año su informe anual sobre el acecho a Al Qaeda. En esa entonces alertó a la comunidad internacional contra los inminentes riesgos de terrorismo nuclear, químico y biológico. En su opinión, Al Qaeda ya tomó la decisión de […]

El presidente del Comité de Expertos Antiterroristas de la ONU, Michael Chandler, presentó hace má de un año su informe anual sobre el acecho a Al Qaeda. En esa entonces alertó a la comunidad internacional contra los inminentes riesgos de terrorismo nuclear, químico y biológico. En su opinión, Al Qaeda ya tomó la decisión de utilizar tales armas. Por lo tanto, para prevenir el Apocalipsis, sería necesario fortalecer la coordinación internacional. Pero la verdadera información de este documento es que de los 191 Estados miembros de la ONU, 108 se han negado a brindar informaciones sobre Al Qaeda. Estos Estados han declarado que nunca han observado en su territorio nada que certifique la existencia de «Al Qaeda» y que no se sienten incluidos en esa pretendida amenaza planetaria.

Un cuestionado Comité de Expertos Antiterroristas, creado por el Consejo de Seguridad de la ONU, presentó hace ya más de un año en Nueva York su informe anual sobre el acecho a Al Qaeda.

Michael Chandler, su presidente, atribuyó los atentados de Bagdad contra la ONU y la Cruz Roja a la organización de Osama Bin Laden, a la vez que admitía no disponer de otros elementos que los difundidos por la prensa.

Por consiguiente, su análisis se fundaría en una íntima convicción y no en pruebas específicas. Después, alertó a la comunidad internacional contra los riesgos inminentes de terrorismo nuclear, químico y biológico.

Según él, Al Qaeda y sus afines ya han tomado la decisión de utilizar semejantes armas, pero todavía están frenados por la complejidad de su manejo. Para prevenir el Apocalipsis, sería necesario, pues, reforzar la coordinación internacional. La prensa anglosajona no ha dejado de hacerse eco de este llamado.

En realidad, el detective privado Michael Chandler dirige un grupo de cinco expertos, bajo la autoridad del Comité de Seguimiento de la Resolución 1267. Ese organismo, creado en 1999, tenía por misión inicial bloquear los fondos financieros de los Talibanes, prohibir sus desplazamientos e impedirles adquirir armas. Su competencia se fue ampliando progresivamente y, tras la caída de Kandahar, dicho comité extendió sus investigaciones al mundo entero, donde se presume se han dispersado.

El grupo de expertos 1267 está compuesto, además del británico Michael E. G. Chandler, por el jordano Hassan Ali Abaza, el estadounidense Victor Comras (en sustitución de Michael Langan), el francés Philippe Graver, y el nepalés Surendra Shah. Los trabajos de ese grupo son dudosos desde su creación.

La mayoría de los Estados se burlan de sus análisis que consideran fantasiosos. Esa es la razón por la cual el Consejo de Seguridad debió crear otro Comité Antiterrorista al adoptar, en 2001, la Resolución 1373. La delegación estadounidense ante la ONU, dirigida por el embajador John Negroponte, ha intentado manipular a esos comités para convertirlos en instrumentos de su guerra global contra el terrorismo, pero ha fracasado.

La verdadera información del documento presentado ayer, es que de los 191 Estados Miembros de la ONU, 108 se han negado a suministrar informaciones sobre Al Qaeda. Salvo tres excepciones, los Estados miembros de la ONU estaban dispuestos a luchar contra los Talibanes, pero 108 han rechazado la argumentación del Comité 1267 y de Washington según la cual los Talibanes y Osama Bin Laden son indisociables y que, después de la derrota del mollah Omar y de la dispersión de sus adeptos, existiría una organización terrorista mundial «Al Qaeda».

En todo caso, son 108 Estados los que declaran no haber observado nunca en sus territorios nada que certifique la existencia de «Al Qaeda» y no sentirse incluidos en esa pretendida amenaza planetaria.