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La justicia que no conocieron los 5

20 meses de cárcel por espionaje

Fuentes: Rebelión

Mientras los 5 cubanos falsamente acusados de «espionaje» siguen sentenciados y re-sentenciados a penas record de cárcel por crimenes que no han cometido, un funcionario del FBI del estado de Maryland quién entrego documentos secretos sobre las actividades de inteligencia de la agencia federal recibirá una condena a 20 meses de prisión, según un «acuerdo» […]

Mientras los 5 cubanos falsamente acusados de «espionaje» siguen sentenciados y re-sentenciados a penas record de cárcel por crimenes que no han cometido, un funcionario del FBI del estado de Maryland quién entrego documentos secretos sobre las actividades de inteligencia de la agencia federal recibirá una condena a 20 meses de prisión, según un «acuerdo» concluido por sus abogados con la Fiscalía.

Por colmo, Shamai Kedem Leibowitz, alias Samuel Shamai Leibowitz, de Silver Spring, Maryland, de 39 años de edad, proporcionó de manera ilegal la información clasificada a un internauta que la publicó en Internet, dandole una difusión ilimitada.

Leibowitz fue contratado por el FBI a principios de 2009 como lingüista judicial en una de sus oficinas de Calverton (Maryland), revela un comunicado oficial donde se indica como obtuvo acceso de nivel «top secret» a los documentos clasificados relacionados «a las actividades de inteligencia de Estados Unidos en materia de comunicaciones».

En abril de este mismo año, Leibowitz actuó «voluntariamente» e «intencionadamente» de forma a comunicar cinco documentos «clasificados de máximo nivel» y que contenían informaciones acerca de esta actividad «a una persona no autorizada a recibir tal información».

El material secreto fue luego difundido ampliamente en Internet.

20 MESES, UNA «SENTENCIA APROPIADA»

El Departamento de Justicia señala que los fiscales en el caso y los abogados del inculpado han convenido que «una sentencia de 20 meses de prisión constituye una sentencia apropiada».

La decisión final será anunciada por la Corte.

Según David Kris, procurador general adjunto en material de seguridad nacional, esta causa debe «servir de advertencia para aquellos en el Gobierno que pudiesen considerar entregar los secretos de nuestra nación».

El oficial Richard McFeely, principal investigador en el caso, ha añadido por su parte que «como persona de confianza dentro de las filas del FBI, Leibowitz ha abusado la confianza del FBI y del público norteamericano al usar el acceso a informaciones clasificadas para propósitos personales»,

La sentencia negociada ha sido anunciada conjuntamente por el Procurador Adjunto Kris, el Fiscal de Distrito Rod J. Rosenstein, y el Agente Especial Richard A. McFeely, de la Oficina del FBI de Baltimore. ante la corte federal de Greenbelt, Md.

Al contrario de los 5 cubanos, constantemente calificados de «espias» con el proposito de difamar, por la prensa de Miami, el FBI y la Fiscalía, aunque se comprobó que ni vieron la sombra de un documento secreto, ni una sola vez aparece la palabra «espionaje» en el comunicado oficial emitido en este caso por las autoridades judiciales.

El caso Leibowitz no es único en un sistema judicial donde Miami se destaca por tener aparentemente una jurisprudencia propia.

En junio pasado, se anunció en Washington que dos agentes israelíes que se apropiaron de «una biblioteca de documentos del Pentágono», según la investigación del FBI, no tendrián que enfrentar ante un tribunal cargos de espionaje.

Steve Rosen y Keith Weissman, dos ex dirigentes del Comité de Asuntos Públicos Estadounidense Israelí (más conocido por sus siglas AIPAC), estaban acusados de conspiración por pasar información secreta de Defensa a un diplomático de la embajada de Israel entre abril de 1999 y agosto del 2004.

El oficial del Departamento de Defensa que les regaló miles de documentos secretos, Lawrence Franklin, acusado en el 2005 bajo el Acta de Espionaje luego de una investigación del FBI se encuentra ya en libertad condicional después de recibir una sentencia de complacencia.

Por su parte, en 2005, el agente de la Agencia Central de Inteligencia Donald W. Keyser, que violando todas las reglas y las leyes existentes, puso a disposición de una espía de Taiwan la cantidad record de 3 659 documentos secretos, nunca fue acusado de espionaje, tampoco de conspiración para espiar.

Terminó con una simple condena a un año de cárcel y una multa.

El 12 de diciembre de 2005, Keyser confesó ante el juez T.S. Ellis, III, en Washington, haber robado 28 documentos clasificados Top Secret, 1 976 con categoría de Secreto y 1 655 como Confidencial, para dejarlos a disposición de la agente de los Servicios de Inteligencia de Taiwán Isabelle Cheng, con la cual mantenía una relación.

Otro caso escandaloso es el de Leandro Aragoncillo, un norteamericano de origen filipino sentenciado a solo 10 años por espionaje. Este marine del Ejército norteamericano, realizó sus actividades de espionaje en la propia Casa Blanca, mientras trabajaba sucesivamente para los vicepresidentes Al Gore y Dick Cheney. Al pasar luego al servicio del FBI, en el Estado de New Jersey, como analista especializado en inteligencia, siguió con sus actividades de espionaje y robó documentos clasificados «muy secretos» sobre amenazas terroristas contra intereses estadounidenses en Filipinas…

Debido a estas incoherencias de un sistema judicial altamente político, los cubanos René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González siguen encarcelados hace más de once años en cinco prisiones distintas del inmenso territorio norteamericano con contactos severamente restringidos con sus familiares.

En el país que tanto ataca a quien lo molesta, invocando el tema de los derechos humanos.

Rebelión ha publicado este artículo con permiso del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.