Recomiendo:
0

2012: La cuadra de los caballos conservadores

Fuentes: Cubadebate

Karl Rove ha hablado. Este oráculo del neoconservatismo norteamericano se ha dignado a hacer un alto en su implacable campaña cotidiana contra las políticas del presidente Barack Obama, y sin limpiarse la sangre ni el sudor del combate, ha mostrado a los lectores de la revista Forbes, o sea, a los apostadores del mundo empresarial […]

Karl Rove ha hablado.

Este oráculo del neoconservatismo norteamericano se ha dignado a hacer un alto en su implacable campaña cotidiana contra las políticas del presidente Barack Obama, y sin limpiarse la sangre ni el sudor del combate, ha mostrado a los lectores de la revista Forbes, o sea, a los apostadores del mundo empresarial y financiero, la cuadra de sus caballos de carrera. Claro, se acercan ya las elecciones presidenciales del 2012.

Rove ha sido y es muchas cosas, ya se sabe, desde el arquitecto de los fraudes electorales de George W. Bush, hasta jefe de sus asesores, pasando por el puesto de director de las principales oficinas de marketing de la Casa Blanca, entre ellas, las de Asuntos Políticos, Relaciones Públicas e Iniciativas Estratégicas, pero si en algo coinciden casi todos los analistas es en reconocer su olfato de avispado empresario para mercadear con figuras y programas políticos, y para saber cómo, cuándo y dónde hay que manipular el entorno y a la opinión pública de su país con tal de que se acepte, a las buenas o a las malas, la agenda que le pagan por defender.

Discípulo de William Bennet, uno de los fundadores del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, difamador profesional y truculento del partido Demócrata, activista de las campañas presidenciales de Richard Nixon, Ronald Reagan y Bush Sr, protegido de Donald Segretti, uno de los convictos en el caso Watergate, asesor de corporaciones multimillonarias como la Phillip Morris, accionista de firmas como la Enron, Boeing y General Electric, Karl Rove ha sido definido por Nicholas Confessore en The New York Times como «inescrutablemente brillante y supremamente diabólico», y por Louis Dubois en The Nation como «el sicario de Bush», y por extensión, de movimiento neoconservador. No es casual que coincidiendo con la publicación por Forbes de su lista anual de «Las cien personas más poderosas del mundo», haya decidido que había llegado el momento de hablar y formular sus augurios.

Como buen vendedor a domicilio, Rove ha preferido ocultar los objetivos comerciales de su acción. De esta manera en su brevísimo y muy ilustrado artículo de Forbes, pensado para sembrar una matriz de opinión que apele más a los sentidos que a la razón, y al que tituló «Los siete conservadores más poderosos», no se mencionan ni por una vez las palabras » elecciones presidenciales», «posibles candidatos», ni la fecha del 2012. En realidad, no hace falta: ya todo eso vendrá después del tanteo inicial de la opinión pública y especialmente, después de sondear la predisposición de los más poderosos postores ante la oferta. Los pasos ulteriores lo deciden los resultados de la subasta. Y Karl Rove siempre tiene sus oídos pegados a la tierra: no en vano es el orgulloso dueño de la firma de encuestas Rove & Co.

«Para recuperar sus fuerzas, un partido desplazado del poder, como lo es el Republicano, necesita ideas que alimenten su recuperación y líderes capaces de defenderlas y promoverlas.-ha escrito Rove en la inmaculada presentación en Forbes de sus ejemplares de competición-En esta guerra de las ideas juegan un papel especial aquellos que se ocupan de presentar argumentos sensibles y filosóficos erigidos sobre suelo conservador. Precisamente porque los conservadores desconfían de la concentración de poder, es que me he atrevido a seleccionar a siete de los más poderosos jugadores de Washington. Ellos forman parte de mi selección personal…»

Tras esta refinada ironía, Rove despliega ante sus potenciales compradores la mercadería que ofrece, y lo hace en un orden riguroso. Es así como enumera en una lista descendente al senador y líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnel, al líder republicano en la Cámara, John Boehmer, al senador por Arizona Jon Kyl, al representante por Virginia Eric Cantor, al representante por Wisconsin Paul Ryan, a Edwin Feulner, presidente de Heritage Foundation, uno de los más importantes tanques pensantes neoconservadores, y a Charles Krauthammer, ganador del Premio Pulitzer en 1987, considerado por la revista Político, en el 2009… «la voz conservadora central contra el gobierno de Obama, caracterizada por ser coherente, sofisticada e implacable…»

La cuadra de caballos ganadores que propone Karl Rove, y entre los cuales es presumible se halle su candidato para la Gran Final del 2012, no deja de ser curiosa y a la vez, un fiel reflejo de los tiempos que corren, caracterizados porque la política gira cada día mas alrededor de ejes culturales e ideológicos, antes que abiertamente económicos o políticos, lo cual no deja de ser lo mismo, pero de otra manera. Los gurúes y muñidores electorales neoconservadores, al estilo de Rove, decepcionarían de no tener en cuenta, para su futura campaña, la debacle republicana del 2008 en las urnas, las consignas de cambio, la promoción del soft y el smart power que lanzaron al estrellato a Barack Obama, y al propio estilo y personalidad del que, a pesar de la erosión y el acoso de la oposición neoconservadora, se sigue perfilando como el candidato demócrata a derrotar dentro de tres años.

Los ejemplares del establo que Rove muestra ufanamente ante los ojos de sus clientes, muestran un promedio de edad de 58 años, e incluye a dos senadores, tres representantes y dos ideólogos. Todos son graduados universitarios, de ellos, cuatro son abogados y tres especialistas en Ciencias Políticas y Económicas, incluso los hay Doctores, como Feulner, y con más de un título, como Krauthammer, que se recibió también como Psiquiatra por la Universidad de Harvard. Todos son figuras públicas muy conocidas, presentes a diario en los principales medios de comunicación del país, expertos en sobrevivir y triunfar en la jungla política estadounidense. Los hay católicos, protestantes y judíos, en fin, para todos los gustos.

Los corceles de batalla del neoconservatismo para la contienda electoral del 2012, según la selección de Rove, muestran un impecable historial derechista, pero no son, en casi ningún caso, cavernarios al estilo de los paleoconservadores de Pat Buchanan. Representante de la tradición endogámica del clan neo, McConnell está casado con Elaine L. Chao, quien fuera Secretaria del Trabajo de George W. Bush y Directora de los Cuerpos de Paz. Boehner trabajó con Newt Gingrich por el triunfo de aquel «Contract with America», de 1994, que devolvió la mayoría del Congreso a manos republicanas tras cuatro décadas. Kyl defendió en el 2007 la necesidad de reformar la Ley de Libre Acceso a la Información (FOIA) para encubrir los excesos y las torturas promovidas por la administración Bush y propició, en febrero del presenta año, la proyección del documental holandés «Fitna», de fuerte acento anti-islámico. Cantor presidió la Congressional Task Force on Terrorism and Unconventional Warfare, dirigió la ofensiva conservadora contra el plan de rescate financiero propuesto por el presidente Obama y logró la eliminación de una ayuda de 75 millones de dólares a la Autoridad Nacional Palestina, y en apoyo a Israel.

Las credenciales de Ryan no lo ubican muy lejos de los demás: escribió discursos para William Bennet, y en abril del 2009 presentó el proyecto de presupuesto anual alternativo del partido Republicano, que incluía, entre otras medidas, la privatización del Medicare. Feulner ha sido colaborador estrecho de Gingricht en la comisión congresional que en 2005 estudió una propuesta de reforma de la ONU, fue analista de política doméstica de Ronald Reagan y director de la Comisión Asesora para la Diplomacia Pública, entre 1982 y 1991. Por último, Krauthammer, definió en 1985 los postulados de lo que luego se denominaría Doctrina Reagan, y en un discurso de American Entreprise Institute, en el 2004, sentó las bases ideológicas para «llevar la democracia al Medio Oriente», precisamente lo que la administración Bush necesitaba para respaldar sus guerras preventivas. Ha defendido también el uso de la tortura de prisioneros, bajo determinadas circunstancias.

Al menos dos de estos corredores de la elite republicana, Feulner y Krauthammer, aparecen entre los firmantes del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, que desde junio de 1997 constituyó el más poderoso grupo de presión y programa mundial de expansión imperialista de los neoconservadores norteamericanos.

Karl Rove, el promotor emprendedor, se frota las manos. Las apuestas quedan abiertas y comienza la puja. Es de suponer que el dinero ya ha empezado a circular. Lo demás es mantener el oído lo más pegado posible a la tierra y seguir atacando inmisericordemente las políticas de Obama.

Hagan juego, señores.