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Katrina

Fuentes: La Jornada - Imagen: Katrina’ inundó 80 por ciento de la ciudad de Nueva Orleans y devastó la costa de la región. Casi mil 400 personas perecieron y cientos de miles más fueron desplazadas, algunas de las cuales no han podido o querido regresar desde entonces. Foto Afp

Hace 20 años, un desastre natural reveló el abandono oficial de los pobres; el crimen de ignorar a la ciencia, que había advertido sobre lo que podría suceder, mostró la incapacidad de un gobierno para responder a crisis humanitarias en casa. Pero también, el heroísmo solidario de un pueblo y de cómo la salvación depende de la cultura/arte.

El Huracán Katrina inundó 80 por ciento de la ciudad de Nueva Orleans el 29 de agosto de 2005, y devastó la costa de la región. Casi mil 400 personas perecieron y cientos de miles más fueron desplazadas, algunas de las cuales no han podido o querido regresar desde entonces (la población de esa ciudad era de 500 mil cuando llegó la tormenta y hoy día es de 384 mil). Las imágenes de familias pidiendo socorro desde los techos de sus casas, el Superdomo convertido en un megacentro de miles de refugiados, una ciudad sin luz ni agua potable y con hospitales inhabilitados, y una lenta, lentísima respuesta del gobierno federal con incalculables consecuencias, son memorias vivas. Nueva Orleans era, y es, una esquina de un tercer mundo dentro de la nación más rica de la historia humana.

La agencia federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), una vez que fue autorizada a responder, resultó limitada bajo un mando sin experiencia previa. Las agencias federales sobre clima y científicos habían advertido durante años sobre exactamente este tipo de desastre, ofreciendo propuestas para mitigar las consecuencias del impacto directo de un huracán. O sea, no fue sorpresa. Fue crimen por ignorancia voluntaria e ineptitud de los gobiernos local, estatal y federal. “La negligencia del gobierno nos mató. Nunca olvidaremos eso”, declaró el abogado de derechos civiles Tracie Washington a la agencia Ap durante los eventos de conmemoración la semana pasada.

La recuperación está lejos de ser completa y el enfoque ha sido reconstruir para el turismo y los inversionistas, que usaron la crisis para expulsar a familias pobres, especular con terrenos y privatizar todas las escuelas públicas sin cumplir con sus promesas de reconstrucción de vivienda popular y desarrollo para los más afectados.

Justo en estos mismos días del 20 aniversario, el gobierno de Donald Trump procedió con el desmantelamiento de FEMA, como también de agencias que monitorean el clima y las enfermedades (NOAA, CDC). De hecho, un grupo de 186 empleados y ex empleados de FEMA difundieron la semana pasada la Declaración de Katrina, en la que advierten que estos recortes tendrán severas consecuencias ante desastres en el futuro. O sea, todo indica que el gobierno está invitando a otra Katrina.

Vale recordar que lo primero que salvó a Nueva Orleans durante la emergencia fue la solidaridad de las comunidades dentro y fuera de la ciudad, esa mezcla extraordinaria de afroestadunidenses, cajunes, indígenas e inmigrantes vietnamitas, mexicanos y centroamericanos. En un pueblito, Cajún, donde siguen hablando francés, se pusieron a cocinar “gumbo de huracán” –el platillo emblemático de esa región– y dieron de comer a miles de extranjeros sin importar razas ni clases, en las afueras de la ciudad [ver el extraordinario reportaje de Mike Davis en The Nation en https://www.thenation.com/article/archive/ hurricane-gumbo/ y la evaluación del significado científico del desastre en La Jornada en https://www.jornada.com.mx/2005/10/ 15/index.php?section=sociedad&article=044n1soc].

Y en esta cuna de la cultura estadunidense fueron los músicos quienes encabezaron la resurrección de Nueva Orleans [la serie dramática Treme es obligatoria para quien desea entender a Estados Unidos]. La música (y la mejor gastronomía) estadunidense tiene sus raíces en Nueva Orleans: desde el jazz de Louis Armstrong y el de los hermanos Marsalis, así como la música híbrida y única de ese caldo de culturas regalado al mundo por Allen Toussaint, Irma Thomas, Trombone Shorty, John Boutte, Preservation Hall Jazz Band, Dr John, Neville Brothers y Jon Batiste, entre incontables más, insistieron, e insisten aún, en rescatar a su ciudad y al país con su música.

John Boutte, Treme. https://www.youtube.com/watch?v=zynE9HIt5WY

Steve Earle. This City. https://www.youtube.com/watch?v=EHZleNVdxOA&list=RDEHZleNVdxOA&start_radio=1

Jon Batiste. Petrichor. https://www.youtube.com/watch?v=fd5yD2kd-7A

Fuente: https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/09/01/columnas/american-curios-34988