Una interrogación planea a partir de ahora sobre los Estados Unidos de América, y por consiguiente sobre el mundo entero: ¿El sobresalto popular sin precedentes provocado por la campaña de Bernie Sanders podrá transformarse en un movimiento popular organizado que va a sacudir el corazón de la superpotencia imperialista y cambiar el curso de la […]
Una interrogación planea a partir de ahora sobre los Estados Unidos de América, y por consiguiente sobre el mundo entero: ¿El sobresalto popular sin precedentes provocado por la campaña de Bernie Sanders podrá transformarse en un movimiento popular organizado que va a sacudir el corazón de la superpotencia imperialista y cambiar el curso de la historia?
Sin duda esta interrogación va a sorprender al lector: ¿Un movimiento popular en EEUU? ¿Y además «organizado»? ¿Que va a sacudir el corazón de la superpotencia imperialista? ¿Pero es posible que tales acontecimientos históricos se produzcan en EEUU y que nadie diga una palabra en Europa? Es absolutamente normal que el lector se muestre incrédulo. No es su culpa si falta tan cruelmente la información: Es víctima de una auténtica campaña de desinformación bien organizada a nivel planetario. Por cierto, no es casualidad que incluso los más entendidos, aquellos que profundizan en las informaciones, no hayan podido enterarse de que un senador americano un poco «excéntrico», que se presenta como «socialista», llamado Bernie Sanders, dé sorpresas una detrás de otra y dificulte un poco el camino de Hillary Clinton hacia la «nominación» del Partido Demócrata y hacia… la Casa Blanca. Y punto…
¿Qué diríais entonces si os dijera que desde hace meses, este mismo Bernie Sanders no para de proclamar que «esta campaña no es para que Bernie Sanders sea elegido presidente. Es para que se cree en este país un movimiento político popular». Y como él mismo explica cada día, el objetivo principal -si no exclusivo- de su campaña es extraer de la marginalidad de la vida política y social a los trabajadores y las trabajadoras, jóvenes, minorías nacionales y sexuales oprimidas, a las mujeres, a los agricultores pobres y medios, para que todos y todas juntas tomen consciencia de su enorme fuerza para tomar las riendas de su destino formando parte del «proceso político» ¡y creando un «movimiento de masas» que hará posible la «revolución política» predicada por el senador de Vermont!
Es evidente que todo esto no tiene nada que ver con la imagen simplista, incluso de los más informados de entre nosotros, que limitan el «fenómeno Sanders» a sus sucesivas victorias electorales siempre «imprevisibles» y a la progresión geométrica de su popularidad, la cual hace un año no superaba el 3%, mientras que ¡hoy alcanza el 40-47%! Así que hay que hablar claro: No se trata de ver a Bernie Sanders en la Casa Blanca, una eventualidad totalmente irrealista (porque bastaría una de esas…. balas asesinas que jalonan las tradiciones políticas americanas para que tal «milagro» fuera evitado in extremis), sino de la perspectiva de ver despertarse a la sociedad norteamericana y que se convierta en realidad el movimiento de masas de sus ciudadanos oprimidos y hasta ahora mudos y atomizados.
Evidentemente, la creación de tal movimiento popular organizado constituye una empresa gigantesca y terriblemente difícil. A propósito, su éxito no depende solamente de la buena voluntad y disposición de Bernie Sanders, como él mismo no para de repetir cuando advierte cotidianamente a sus seguidores de no creer en los diversos «salvadores», sino solamente en sus propias fuerzas: «Estas elecciones no son para Bernie Sanders. Podéis tener el mejor presidente de la historia del mundo -alguien valiente, inteligente y audaz-. Esa persona no estará en condiciones de gestionar con éxito las grandes crisis a las que nos enfrentamos si no hay un movimiento político de masas -una revolución política- en este país».
Lo que es muy alentador es que ya hay miles de seguidores que sienten la urgencia de tal movimiento independiente y se ponen a ello no sólo en la teoría sino también en la práctica. Así asistimos desde hace meses a la radicalización espectacular de sus partidarios y al aumento continuo del número de quienes se declaran decididos a abandonar el Partido Demócrata (la prensa da cuenta de varias decenas de miles) o que no van a votar a Hillary Clinton ni a otro candidato del «establishment» en el caso de que Bernie Sanders no esté presente en la confrontación final de las elecciones presidenciales. Según un sondeo reciente, ¡representan actualmente un tercio (33%) de los partidarios de Sanders, mientras que no superaban el 14% hace tres meses!
Lo que es aún más importante es que actualmente se multiplican las redes y las estructuras organizativas de toda condición de los partidarios de Sanders que quieren seguir, coordinarse y actuar de manera independiente, incluso después de las elecciones presidenciales. De modo que por fuera de las estructuras organizativas (más o menos «clásicas» en las campañas electorales, pero que en este caso a menudo tienen congresos nacionales con elecciones de delegados de base) reagrupando a todos aquellos que están «con Bernie» como las «Mujeres», los «Jóvenes», los «trabajadores», los «veteranos», los «Africanos», los «Latinos», los «Socialistas» o los «Judíos con Bernie», los seguidores de Sanders se encuentran también en numerosas organizaciones radicales como por ejemplo «Revuelta contra la Plutocracia» o «Movement4Bernie». Tanto éstas como las organizaciones preexistentes de extrema izquierda o ecosocialistas, los sindicatos obreros, los movimientos sociales como por ejemplo el potente «Fight for $15» (Lucha por el salario mínimo de 15 dólares) y redes sociales locales de ciudadanos ¡declaran abiertamente que ambicionan dar una continuidad organizativa y movimentista a la campaña de Bernie Sanders!
Según todos los sondeos y otras encuestas sobre su campaña (y las hay por decenas), Bernie Sanders está apoyado por una gran mayoría de ciudadanos de menos de 50 años, ¡y este apoyo se acerca o incluso sobrepasa el 80% en la franja de edad entre 18 y 35 años! Cabe destacar que este apoyo no es pasivo, sino entusiasta y activo. Sin estos jóvenes activistas, la campaña de Bernie Sanders habría sido prácticamente imposible, ya que ha arrancado sin un duro y ha sido casi totalmente ignorado por los medios americanos…
Tras los jóvenes, el segundo gran pilar de la campaña de Bernie Sanders son los trabajadores. Se trata principalmente de «trabajadores blancos» que, en la mayoría de los casos, desconfían de unas burocracias sindicales que han optado o por apoyar a Hillary Clinton, o por permanecer neutrales. No obstante hay que remarcar que muy recientemente, se ha visto crecer espectacularmente la parte de los trabajadores «Latinos» que se han pasado al bando de Sanders, mientras que se asiste a un principio -muy alentador- de emancipación de los trabajadores afroamericanos del «establishment» del Partido Demócrata en el norte industrial del país.
Como afirma la prestigiosa revista americana de izquierdas The Nation (¡fundada en 1865!) en una larga y detallada encuesta centrada en el Estado de Florida, la campaña de Bernie Sanders tiene tres pilares: el movimiento Occupy Wall Street, el ala izquierda del movimiento sindical y los «Progressive Democrats». Por tanto, no es casualidad que estos «tres pilares» y sus activistas ¡trabajen ya por la transformación de la campaña electoral en movimiento radical de masas independiente del Partido Demócrata! Según el reportaje de The Nation (con un título y un subtítulo evocadores «Vencedora o vencida, la campaña de Sanders está construyendo un movimiento en Florida – Cuando Sanders dice que no se trata de la elección de un presidente, lo piensa realmente, como sus seguidores»), ¡este movimiento está incluso preparándose para presentar a sus propios candidatos a las diversas elecciones locales que se avecinan!…
En general, lo que impresiona al ciudadano de izquierdas europeo acostumbrado desde hace siglos a los mítines -electorales y otros- rutinarios, esqueléticos, indoloros e incoloros de su propia Izquierda, es el extraordinario entusiasmo de los participantes en los mítines de Bernie Sanders, que ¡se cuentan a menudo por decenas de miles! ¡Y hay que tener en cuenta que este Sanders de 74 años (!) ha dado cientos, hasta 4-5 al día, recorriéndose los EEUU de una punta a otra! Se trata, sin duda, de una auténtica explosión popular que combina la combatividad con una emoción debida al hecho de que la gente tiene el sentimiento de participar en un acontecimiento esperado desde hace largo tiempo de dimensiones «históricas». Y todo esto sin demagogia ni consignas fáciles, sino con un Bernie Sanders dirigiéndose al instinto de clase y a la inteligencia de los participantes y siempre martilleando que no hay que creer en los «salvadores», sino sólo en la fuerza colectiva de «los de abajo». (1)
NOTAS:
1. Como siempre es preferible juzgar, aquí van dos enlaces de los discursos de Bernie Sanders. El primero es el vídeo, de una duración de 5,5 minutos, de su rueda de prensa en el Senado americano, a finales de julio de 2015, y dedicada por completo a la crisis de la deuda griega, a la tragedia del pueblo griego, y a sus verdugos, entre los cuales se encuentra el FMI (ver también nuestro artículo de noviembre pasado : http://cadtm.org/
https://www.youtube.com/watch?
Traduccion: Fatima Martin