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El analgésico más consumido del mundo alivia el dolor pero mata la empatía

Fuentes: Rincón Psicología

Hay un medicamento que se ha convertido en nuestro mejor aliado para combatir el dolor y la fiebre debido a sus propiedades analgésicas y antipiréticas: el paracetamol. De hecho, es uno de los medicamentos más consumido del mundo y el segundo medicamento más vendido en España. En Estados Unidos, un cuarto de las personas consumen […]

Hay un medicamento que se ha convertido en nuestro mejor aliado para combatir el dolor y la fiebre debido a sus propiedades analgésicas y antipiréticas: el paracetamol. De hecho, es uno de los medicamentos más consumido del mundo y el segundo medicamento más vendido en España. En Estados Unidos, un cuarto de las personas consumen paracetamol cada semana.

Aunque se trata de un medicamento bastante seguro y la mayoría de las personas lo toleran bien, puede provocar algunos efectos adversos, como hipotensión y aumento de los niveles de transaminasas en sangre. No obstante, el principal problema es cuando se toma de manera continuada y en dosis altas ya que puede afectar el hígado.

Sin embargo, sus efectos psicológicos apenas se han comenzado a estudiar. De hecho, hace apenas un año un estudio desvelaba que el paracetamol reduce nuestra capacidad para experimentar emociones positivas y ahora una investigación llevada a cabo en la Universidad Estatal de Ohio ha desvelado que el paracetamol no solo mata el dolor sino también nuestra empatía.

Al sentir menos dolor, subvaloramos el sufrimiento ajeno

El estudio en cuestión fue realizado en 80 estudiantes universitarios. La mitad de ellos recibió una dosis de 1.000 mg de paracetamol y la otra mitad un placebo. Después les leyeron una serie de historias sobre personas que se habían herido y se les pidió que calificaran el dolor que podían experimentar esos eprsonajes. Los resultados desvelaron que quienes habían tomado paracetamol indicaban índices más bajos de dolor, mostrando una menor empatía.

Los investigadores no se dieron por satisfechos con estos resultados y replicaron el experimento intoduciendo otras variaciones. Esta vez reclutaron a 114 estudiantes y los expusieron a sonidos altos desagradables. Les pidieron que calificaran cuán desagradable había sido la experiencia y cuán desagradable podría ser para otra persona. Curiosamente, quienes tomaron el paracetamol indicaron que la experiencia no era tan desagradable y que tampoco lo sería para otras personas.

Los investigadores fueron un paso más allá y decidieron comprobar el nivel de empatía, no solo con el dolor físico sino también con el sufrimiento emocional. De esta forma los participantes tenían la posibilidad de identificarse con el sufrimiento de una persona que estaba atravesando una situación difícil.

En esta ocasión, los participantes se reunieron y socializaron entre sí brevemente. Luego pasaron a una habitación en la que se encontraban solos pero podían ver a tres de las personas que habían acabado de conocer. En ese «juego», dos de las personas excluían a una tercera de la actividad. Los investigadores les pidieron a los participantes que calificaran cuánto estaban dañando los sentimientos de la persona excluida.

Los resultados mostraron que quienes tomaron paracetamol pensaban que excluir a la persona no hería tanto sus sentimientos. Todo indicó que los participantes no se mostraron muy preocupados por herir los sentimientos de la persona rechazada.

Cuidado: El paracetamol anestesia el cerebro y las emociones

Estudios anteriores han demostrado que la empatía activa en nuestro cerebro las mismas zonas que se encuentran activadas en el cerebro de la persona que experimenta el dolor. Sin embargo, como el paracetamol actúa directamente sobre los nervios y receptores del cerebro, cortando la señal de dolor, es comprensible que su consumo pueda disminuir nuestra capacidad para ponernos en el lugar de los demás.

Sin embargo, la empatía no solo es fundamental para comprender a los demás sino que también nos ayuda a regular nuestro comportamiento en base a las señales que percibimos de nuestro interlocutor. Por tanto, si has tomado paracetamol y discutes con una persona, es probable que seas más rudo ya que no eres capaz de medir el alcance de tus palabras y actitudes.

Aún así, no debe cundir el pánico ya que probablemente se trata de un efecto transitorio que desaparece a medida que nuestro organismo se va liberando del medicamento. No obstante, sería conveniente que valores si realmente necesitas tomar un paracetamol ya que, según la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, aproximadamente el 30% de su consumo es inútil.

Además, recientemente salió a la luz un metaanálisis que incluyó los datos de 666.000 pacientes en el que se desvelaba que el consumo sistemático de este medicamento aumenta en un 63% las probabilidades de morir de manera inesperada, incrementa en un 68% el riesgo de padecer un infarto o un ictus y existe un 50% más de probabilidades de padecer úlcera o sangrado estomacal.

Por tanto, lo más razonable, como siempre, es apostar por un consumo moderado y solo cuando sea necesario.

Fuentes: Mischkowski, D. et. Al. (2016) From Painkiller to Empathy Killer: Acetaminophen (Paracetamol) Reduces Empathy for Pain. Social Cognitive and Affective Neuroscience; 11(5). Robert, M. et. Al. (2016) Paracetamol: not as safe as we thought? A systematic literature review of observational studies. Ann Rheum Dis;75: 552-559.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2016/05/el-analgesico-mas-consumido-del-mundo.html