El término de «Oriente Medio» no está definido con precisión. En general, cuando nos referimos a esta región, estamos haciendo alusión a una serie de países un tanto heterogénea. Así, podemos hablar de algunos países africanos o del Mediterráneo oriental, como pueden ser Libia, Egipto, Sudán o Turquía. Pero esta región también se extiende hasta […]
El término de «Oriente Medio» no está definido con precisión. En general, cuando nos referimos a esta región, estamos haciendo alusión a una serie de países un tanto heterogénea. Así, podemos hablar de algunos países africanos o del Mediterráneo oriental, como pueden ser Libia, Egipto, Sudán o Turquía. Pero esta región también se extiende hasta el Golfo Pérsico, comprendiendo a países como Líbano, Siria, Palestina e Israel, así como Jordania, Irak, Irán, Arabia Saudita, Baréin, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán, Qatar y Yemen. Incluso, desde un punto de vista extensivo, también se podrían incluir en ella a países como Afganistán y Paquistán.
Debido a una serie de consideraciones derivadas de sus ambiciones hegemonistas, EEUU también llegó a incluir en esta región al resto de los países del Magreb e incluso a otros del Asia Central y de la región del Cáucaso, acuñando así el término de «Gran Oriente Medio» que más tarde sería sustituido por el de «Nuevo Oriente Próximo».
En cualquier caso, Oriente Medio es una compleja región que, por sus características sociales, económicas, políticas, étnicas, culturales y religiosas, se ha convertido en un auténtico nudo de contradicciones. Unas contradicciones que se entrelazan unas con otras, en una relación dialéctica de mutua interdependencia.
La gran riqueza en hidrocarburos (petróleo y gas natural) de algunos de los países que forman parte de esta región, hacen que resulte de especial interés para las distintas potencias imperialistas (EEUU, la UE, Rusia y China) así como para algunas de las antiguas potencias coloniales (especialmente el Reino Unido y Francia). De ahí que Oriente Medio sea un área en la que se manifiestan las contradicciones de todo tipo que existen entre ellas. Por las mismas razones, aunque a otro nivel, también se trata de una zona en la que confluyen y se enfrentan los intereses de las distintas potencias regionales (Turquía, Arabia Saudita, Israel e Irán).
1.- Los planes de fragmentación de Oriente Medio
Pero esto no es todo. Es un hecho conocido que el imperialismo norteamericano, desde hace ya dos décadas, alberga planes de fragmentación de toda la región de Oriente Medio, para poderla controlar mejor. Unos planes que han ido variando en el tiempo. Que han sufrido diversas modificaciones, según han ido cambiando los intereses y las perspectivas geoestratégicas del imperialismo yanqui y de los sucesivos gobiernos a su servicio.
1.1.- La propuesta de Brzezinski
El que fuera Consejero de Seguridad Nacional con el gobierno de Jimmy Carter (1977-1981), Zbigniew Brzezinsky, promotor de la llamada «doctrina Carter», publicó un libro en el que defendía la necesidad imperiosa de que EEUU controlase el Oriente Medio, con objeto de continuar manteniendo su supremacía [1].
Sin embargo, años más tarde, en un artículo titulado «Hacia un realineamiento global», publicado en la revista norteamericana especializada en cuestiones internacionales The American Interest (1-4-2016), Brzezinski pegaba un giro radical, abandonando sus antiguos planteamientos y proponiendo el establecimiento de lazos con Rusia y China.
La primara razón de este giro sorprendente fué la constatación de que EEUU ya no era el «poder imperial mundial», como había afirmado en su obra referida más arriba, menos de veinte años atrás. La segunda era la vuelta de Rusia al escenario internacional, recuperando, en cierta medida, su papel de antigua potencia global. La tercera, era el ascenso de China en el panorama internacional. La cuarta, era la consideración de que la UE no llegaría a ser una verdadera potencia global. Y la quinta, fue el ascenso internacional del radicalismo islámico y el yihadismo que, en parte, consideraba como consecuencia de una conciencia de «agravio histórico» derivada de la pasada opresión colonial de los pueblos árabes y musulmanes.
1.2.- La iniciativa de Condoleeza Rice
Según el analista político Mahdi Darius Nazemroaya, en junio de 2006, la entonces Secretaria de Estado estadounidense, presentó en Tel Aviv el concepto de «Nuevo Oriente Próximo», destinado a sustituir la antigua expresión de «Gran Oriente Medio» acuñada por la administración Bush que la había presentado en una reunión del G-8 en 2004 [2]. Según afirma la investigadora cubana Sunamis Fabelo Concepción, en su ponencia sobre Medio Oriente y Norte de África, presentada en el XXIII Simposio Electrónico Internacional (7-11 / 02-12-2011):
«Este cambio en la terminología de política exterior coincidía con la inauguración de la terminal petrolífera Baku-Tbilisi-Ceyhan en el Mediterráneo Oriental. La expresión y el concepto de «Nuevo Oriente Próximo» fueron anunciados más tarde por la secretaria de Estado estadounidense y por el primer ministro israelí en la cumbre del asedio israelí a Líbano apadrinado por los anglo-estadounidenses. El primer ministro Olmert y la secretaria Rice habían informado a los medios internacionales de que se había lanzado desde Líbano el proyecto de un «Nuevo Oriente Próximo».
Este anuncio confirmaba una «hoja de ruta militar» anglo-israelo-estadounidese en Oriente Próximo. Este proyecto, que se había estado fraguando durante varios años, consiste en crear un campo de inestabilidad, de caos y de violencia que se extienda desde Líbano, Palestina y Siria a Iraq, el Golfo Pérsico, Irán y las fronteras del Afganistán que mantiene la OTAN.» [3].
Lo cierto es que pocos años después comenzó a desarrollarse la llamada» primavera árabe». Un vasto y complejo movimiento que tras una apariencia democratizadora, escondía las intenciones reales del imperialismo norteamericano y de algunas antiguas potencias coloniales, como Francia y Gran Bretaña, por desarrollar ese «caos constructivo» que habría de dar paso al «Nuevo Oriente Próximo», como el paso del tiempo se ha encargado de demostrar.
2.- La importancia de Siria
Y dentro de este heterogéneo conjunto, por varias razones, Siria viene a ser considerada como el «corazón» de Oriente Medio. Una de ellas es la de su especial posición geográfica. Situada en la parte oriental del Mar Mediterráneo, guarda una cierta equidistancia respecto a las grandes vías de comunicación marítimas: el Mar Negro y el Caspio, por una parte y por otra el Mar Rojo y el Golfo Pérsico. Una zona de vital importancia para el transporte de petróleo y gas natural desde los centros de producción de Oriente Medio a Europa.
Recientemente, el ministro de petróleo y recursos minerales sirio Ali Ghanem, recordaba en una entrevista que en Oriente Medio se concentra el 40% de las reservas mundiales de gas natural y que Europa importa el 85% del gas que necesita. Esto nos puede dar una primera idea sobre la importancia geoestratégica de Siria en el marco general de Oriente Medio.
Otro aspecto importante que debemos considerar es el de sus recursos hidráulicos. Curiosamente, a pesar de la aridez de su territorio, Siria cuenta con algunos de los acuíferos más importantes de la región de Oriente Medio. Los ríos Éufrates y Tigris, nacen en el Kurdistán norte (actualmente bajo administración turca). El primero, atraviesa el país por su parte centro-oriental, mientras que el segundo recorre unos 32 kilómetros constituyendo su frontera natural con Turquía, antes de entrar en Irak.
Por otra parte el río Jordán, de vital importancia para Israel y Jordania, así como para la propia Siria, hace de frontera natural entre los tres países. Igualmente, el río Yarmuk, afluente del anterior, también nace en territorio sirio, que recoge agua de la meseta de Hauran. Además, los Altos del Golán, pertenecientes a Siria, fueron ocupados por Israel en 1967, durante la Guerra de los Seis Días, y son una importante fuente de abastecimiento de agua a la que el Estado sionista no renunciará pacíficamente.
3.- La guerra de Siria
El conflicto armado en este país se inició hace ya siete años. En él, a los grupos terroristas financiados y armados por EEUU, Arabia Saudita e Israel, se unió poco después, a partir de 2013, el llamado Estado Islámico (ISIS), una escisión de Al Qaeda, de cuya creación tendría que dar muchas explicaciones el imperialismo norteamericano.
A diferencia de Rusia e Irán, cuya presencia en Siria ha sido solicitada por el propio gobierno, no ocurre lo mismo con otros países, como EEUU, Francia y Turquía, que con el pretexto de la lucha contra el terrorismo yihadista están interviniendo ilegalmente en Siria y ocupando diversas zonas de dicho país, contraviniendo así flagrantemente el Derecho internacional.
En concreto, EEUU está apoyando a las llamadas FDS (Fuerzas Democráticas Sirias), coalición formada por los kurdos de Siria, con sus milicias (YPG) y algunos grupos islamistas árabes, turcomanos, etc. Se trata de una coalición promovida, financiada, entrenada y armada abiertamente por EEUU. Con ello, estos han logrado establecer en el Kurdistán sirio (Rojava) hasta diez bases militares; varias de las cuales también están siendo utilizadas, de forma conjunta, por tropas francesas destacadas en aquel país [4].
¿Cuáles son los intereses de cada uno de los Estados que actualmente están interviniendo en Siria? Hasta hace aproximadamente un año, tanto EEUU como Francia y Gran Bretaña (que al parecer también ha estado manteniendo fuerzas sobre el terreno, participando junto a las tropas norteamericas en el sureste de la provincia de Homs, cerca de la frontera con Jordania, según informaciones de la agencia local SMART), mantenían la postura de que, ante cualquier hipotética negociación que pudiera celebrarse para buscar una salida a la situación siria, ninguna de ellas habría de contemplar la continuidad de Bashar al-Asad al frente del gobierno.
Sin embargo, con el nuevo rumbo que ha ido tomando la guerra en los últimos meses, con la recuperación de la mayor parte del territorio nacional, gracias a la ayuda de Rusia, Irán y la milicia libanesa de Hezbollah, las potencias imperialistas occidentales parece que han pasado a contemplar otro objetivo que es el de una fragmentación de Siria. Lo cual encajaría con los antiguos proyectos de EEUU de los que hemos hablado más arriba y que, con la presencia de tropas yanquis, francesas y británicas sobre el terreno, se podría ver facilitado.
Otra de las potencias que han llegado a tener presencia sobre el territorio sirio, ha sido Turquía. Al igual que EEUU, Gran Bretaña y Francia, Turquía también es un Estado miembro de la OTAN. Además, posee el ejército más importante de la alianza, después del de EEUU. Pero Turquía, por su parte, tiene sus propios objetivos en el conflicto. Uno de los cuales es la cuestión kurda.
Turquía ha declarado repetidas veces que no permitiría el establecimiento de un Estado kurdo en sus fronteras, ya fuese un Estado independiente o simplemente un Estado autónomo o federado, dentro del Estado sirio. Esa fue la razón esgrimida para desarrollar la operación «rama de olivo» que el ejército turco inició a partir del 20 de enero del presente año sobre el territorio de Rojava y que principalmente se ha desarrollado en el cantón de Afrin al NO de Alepo.
Curiosamente, EEUU que apoya a las FDS, entre las que se encuentran las milicias kurdas de las YPG, no ha movido un dedo para apoyar a sus «protegidos». Tampoco Rusia ha mostrado su oposición a la invasión de fuerzas turcas, a pesar de que, en algunos casos, han sido los propios kurdos quienes han llegado a pedir al gobierno sirio y sus aliados que desplegasen tropas en la zona, para evitar así la ocupación de su territorio por parte de Turquía.
Lo cierto es que después del incidente del SU-24 [5], parece que entre Turquía y Rusia se ha establecido una situación de cierta complicidad. Después de varios meses de tensión entre ambos países, durante los días 15 y 16 de julio de 2016, tuvo lugar un intento de golpe de Estado contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan que acabó fracasando, pero que sirvió de pretexto para que el gobierno turco llevase a cabo una amplia campaña de represión tanto en el seno del ejército como del aparato político-administrativo del país [6].
Desde el gobierno turco se responsabilizó de la intentona golpista a Fethullah Gülen, líder del Movimiento Hizmet (más conocido como «la cofradía», debido a su carácter político-religioso), refugiado en Saylorsburg, en el Estado de Pensilvania. Solicitada su extradición por el gobierno turco, esta fue desoída por EEUU. Rusia condenó el intento de golpe de Estado y a partir de ese momento, las relaciones de este país con Turquía experimentaron un giro importante.
Por una parte, este último país se ha incorporado a las «conversaciones de Astaná», junto con Rusia e Irán. Y, al mismo tiempo, sus relaciones con EEUU parecen irse debilitando. De hecho, Rusia parece estar muy interesada en neutralizar a un miembro de la OTAN tan importante como es Turquía. Si lo lograse y este país llegase a salirse de la alianza atlántica, sería un triunfo importante para Rusia.
Lo cierto es que, desde hace algún tiempo, Turquía ha empezado a comprar armamento a Rusia, como ha ocurrido (diciembre de 2017) con el sistema de misiles S-400, que ha alarmado tanto a EEUU como a los miembros europeos de la OTAN. Mientras que, por otra parte, ha iniciado un lento acercamiento a la Organización de Cooperación de Shanghái [7].
Pero, esto no es todo, el 10 de octubre de 2016, escasos tres meses después del fallido golpe de Estado contra Erdogan, Rusia y Turquía sellaron el acuerdo para la construcción del Turkish Stream. Un año más tarde, el 4 de noviembre de 2017, las obras de dicho gasoducto ruso alcanzaron las aguas territoriales turcas en el mar Negro, después de haberse efectuado el trazado de más de 400 kilómetros de tuberías por territorio ruso, a cargo de la empresa Gazprom.
En menos de seis meses, la empresa encargada del proyecto construyó cerca de 450 kilómetros de tuberías, aproximadamente la cuarta parte de todo el tramo marítimo del gasoducto que habrá de unir a Rusia con el sur de Europa a través del mar Negro y Turquía [8].
Pero, mientras transcurre la guerra, también se desarrollan negociaciones entre el gobierno sirio y los rebeldes islamistas, por una parte; y por otra, también entre el gobierno y los kurdos. Las primeras (la décima ronda de las negociaciones de Astaná) [9] tuvieron lugar recientemente en la ciudad rusa de Sochi [10].
En cuanto a las segundas, a finales del pasado mes de julio, se iniciaron conversaciones entre el Consejo Democrático Sirio, rama política del FDS, y el Gobierno de Siria. Con esa finalidad, el CDS anunció el pasado 28 de julio la creación de diversos comités en los que se plantearía un diálogo político, previo a una negociación, cuyo objeto sería el llegar a un acuerdo político para lograr una «descentralización» del Estado [11].
Notas
1.- Ver: Zbigniew Brzezinsky. «El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos estratégicos». Editorial Paidos Ibérica. Madrid, 1998.
2.- Ver: Madhi Darius Nazemroaya. «El proyecto de «Nuevo Oriente Próximo». Planes de retrazado de Oriente Próximo». Rebelión (27-12-2006).
3.- Ver: Sunamis Fabelo Concepción. «La proyección norteamericana en la construcción europea de un Medio Oriente útil». Documento de Trabajo nº 91. Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID). Buenos Aires, diciembre 2011.
4.- Francia es una antigua potencia colonial que no ha abandonado sus pretensiones de dominio, o de influencia neocolonial, tanto en Oriente Medio como en África. De hecho, también está presente en el conflicto libio apoyando, de forma encubierta, a las fuerzas del «señor de la guerra» y exgadafista, mariscal Jalifa Haftar. Ver: «Haftar se hace con todo el petróleo». GARA (27-06-2018).
5.- El 24 de noviembre de 2015, varios cazas F-16 turcos derribaron un avión SU-24 ruso cuando, al parecer, éste sobrevolaba inadvertidamente territorio turco próximo a la frontera con Siria.
6.- El gobierno turco ha mantenido siempre la sospecha de que tras esta intentona golpista se ocultaban los intereses de EEUU y de algunos de sus aliados en Oriente Medio, como Arabia Saudita y el Estado sionista. De hecho, pocos tiempo atrás, el 3 de julio de 2013, había tenido lugar un golpe de Estado en Egipto en el que un sector del ejército, dirigido por el general Abdul Fatah al-Sisi, derrocó al gobierno (democráticamente elegido) de Mohamed Morsi, perteneciente al partido de Libertad y Justicia, que había sido creado por el movimiento político-religioso de los Hermanos Musulmanes, y que contaba con el apoyo de Turquía. Sobre esta cuestión, ver: Santi Ramirez. «La importancia geoestratégica de Egipto». GARA (11-09-2013).
7.- La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), para la cooperación en materia de seguridad, económica y cultural, se creó el 8 de abril de 1996 y forman parte de ella, en calidad de miembros fundadores, la RP China, la F. Rusa, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán; Uzbekistán, que se incorporó en 2001, así como India y Pakistán, que ingresaron en 2016. Son miembros observadores de la OCS, Afganistán, Bielorrusia, Irán y Mongolia. Además, hay varios países que tienen la consideración de «socios de diálogo» con la OCS, tales como Armenia, Azerbayán, Camboya,Turquía y Sri Lanka.
8.- Ver: «Las obras del gaseoducto ruso Turkish Stream llegan a aguas de Turquía». La Vanguardia (04-11-2017).
9.- Se están llevando a cabo dos tipos de negociaciones sobre el conflicto sirio. Unas, las auspiciadas por la ONU, se vienen celebrando en Ginebra. Otras, las auspiciadas por los países garantes (Rusia, Turquía e Irán), denominadas «ronda de Astaná, se vienen celebrando, alternativamente, entre Astaná, la capital de Kazajistán, y la ciudad rusa de Sochi.
10.- Según informó SANA, la Agencia Árabe Siria de Noticias (31-07-2018): «La décima ronda de consultas sirias entre representantes de los países garantes (Rusia, Turquía e Irán), la ONU, el Gobierno de Siria y la oposición, se celebró el 30 y 31 de julio en la ciudad rusa de Sochi».
11.- Ver: «Los kurdos seguirán dialogando con Damasco» (29-07-2018). GARA (29-07-2018).
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