La frase -«profundamente humanista»- que antecede pertenece a James Mattis, actual Secretario de Defensa y Jefe del Pentágono de los Estados Unidos quien también es conocido como «Mad Dog» (Perro rabioso). Este señor estuvo, en estos días, de gira por Argentina, Brasil, Chile y Colombia. Es más que interesante revisar los temas planteados y las perspectivas que ellos encierran.
Pero antes vale la pena echar una ojeada a los antecedentes de este visitante. Mattis, es un general retirado que fue el Jefe del Mando Central a cargo de la política y agresiones estadounidenses a Medio Oriente, durante el gobierno de Barack Obama. Fue, asimismo, uno de los comandantes que condujeron las acciones en la Guerra del Golfo (1991) y luego en la ocupación y destrucción de Irak y Afganistán.
Precisamente fue con motivo de aquella invasión a Irak, en el 2003, cuando este jefe militar pronunció aquellas frases para la historia: «Vengo en paz. No traje artillería. Pero con lágrimas en los ojos, les digo esto: si me fastidian, los mataré a todos» . No fueron pocos los civiles asesinados durante esa invasión, sobre todo en el sitio a la población de Faluya, e incendiada con fósforo blanco, un compuesto semejante al napalm, prohibido por las leyes internacionales. Eso ocurrió cuando todavía había allí unos 50 mil civiles. Tampoco se puede olvidar que más de la mitad de los nacidos -entre 2007 y 2010-e n esa ciudad, padecen defectos congénitos por el desecho nuclear tóxico y radioactivo que el ejército estadounidense allí derramó.
Turismo desestabilizador
El objetivo general de este viaje, encubierto como una actividad destinada a estrechar lazos en la lucha contra el «narcotráfico y el terrorismo», fue comprometer a las fuerzas armadas y gobiernos de la región para profundizar el cerco sobre Venezuela y el debilitamiento de la políticas de unidad regional; fortalecer su política de establecer bases militares en la región para asegurarse el control geopolítico sobre la misma y asegurarse el acceso a nuestros bienes comunes o recursos naturales. También estuvo en la agenda la advertencia a los diferentes gobiernos sobre los riesgos de establecer compromisos con los gobiernos de China, Rusia e Irán. Todo ello forma parte de la Estrategia de Defensa Nacional, firmada por el propio Mattis, para los próximos años.
En Brasil el mayor interés que tenía era desarmar aquel sentimiento nacionalista de las fuerzas armadas que las llevó a desarrollar una importante industria militar y su declarado propósito de defender la Amazonia y sus derechos sobre los recursos energéticos existentes mar adentro.
Otro destino que recibió la visita de este viajero fue Chile, el aliado más claramente alineado con los EE.UU en el Cono Sur. Según el informe de la propia embajada los aspectos centrales de los temas planteados fueron los convenios sobre ciberseguridad y la colaboración en materia de innovación tecnológica. El tema Venezuela fue el más destacado según el comunicado y lo trascendido a la prensa.
Fue en Argentina donde el jefe de la política militar estadounidense se encontró con las mejores novedades acompañadas de severas contradicciones. Entre las primeras están la perspectiva de construir una base militar en la Triple Frontera (Argentina-Brasil-Paraguay) y el Centro de Inteligencia Regional acordado con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y que funcionaría en Ushuaia. Ello se agrega a la autorización para que las fuerzas armadas puedan actuar en temas de seguridad interior. Tampoco se puede ignorar la importancia de los convenios que han aprobado la realización de cursos de capacitación -en materia de seguridad- con la Guardia Nacional del Estado norteamericano de Georgia y otro inédito acuerdo, no aprobado por el Congreso, según el cual los militares norteamericanos podrían intervenir en nuestros asuntos internos, sin necesidad de ser convocados o solicitar nuevos permisos. Entre los aspectos negativos el Secretario de Estado norteamericano se mostró preocupado por el coqueteo económico con los chinos y no dejó de advertir los riesgos que entraña la base comunicacional china en el territorio neuquino, en el sur del país.
En Colombia, el viajero desestabilizador, culminó su gira ratificando el rol de ese país en los designios estadounidenses. Lo consideran como el centro de su plan militar estratégico respecto de América Latina, del mismo modo que lo es Israel respecto del Medio Oriente. No es casual que el Jefe del Comando Sur haya dicho que «hoy en día es inconcebible que permitamos cualquier disminución de nuestros lazos con Colombia».
Con este viaje de su Secretario de Defensa, Estados Unidos ratifica que sigue considerando a nuestra región como su «patio trasero» y que allí debe regir el principio de la Doctrina Monroe -«América para los americanos» (del norte)- por lo que no dudó en afirmar, al visitar Brasil: «Se han visto poderes externos actuando en Latinoamérica». De allí la actualización y el plan de ampliación, para elevar el número de sus bases en territorio latinoamericano. De las 800 bases, que tienen sembradas por el mundo, 76 se encuentran en estas tierras. Los especialistas consideran que Estados Unidos aplica en nuestros países la idea de un «caos controlado». Es decir contribuir al incremento de los problemas internos para favorecer el desarrollo de sus intereses.
Juan Guahán: Analista político de Question Latinoamérica y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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