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Familiares de soldados norteamericanos en Iraq comienzan a sitiar el rancho vacacional de Bush exigiendo ser recibidos

Fuentes: La Jornada

La madre de un soldado estadunidense muerto en Irak ha mantenido bajo sitio al presidente George W. Bush en su rancho en Texas durante una semana, exigiendo que se entreviste con ella y otras madres y familiares de soldados, y les explique sus razones para la guerra. La protesta se ha vuelto nota nacional, sorprendiendo […]

La madre de un soldado estadunidense muerto en Irak ha mantenido bajo sitio al presidente George W. Bush en su rancho en Texas durante una semana, exigiendo que se entreviste con ella y otras madres y familiares de soldados, y les explique sus razones para la guerra.

La protesta se ha vuelto nota nacional, sorprendiendo al gobierno de Bush y colocándolo en un apuro justo cuando se desploma cada vez más el apoyo popular para esta guerra.

Hace una semana Cindy Sheehan llegó a Crawford, Texas, con la intención de ver al presidente y, cuando le fue negado el paso en las afueras del rancho presidencial, decidió acampar en uno de los caminos de acceso y juró no moverse hasta conseguir la entrevista. Desde entonces han llegado otros familiares de soldados muertos o que están en Irak para acompañarla, y ella se ha transformado en una figura nacional de oposición a la guerra.

Este jueves llegaron más familias y simpatizantes -el mismo día en que arribaron a Crowford los secretarios de Defensa, Donald Rumsfeld, y de Estado, Condoleezza Rice, para reunirse con el presidente- y en conferencia de prensa reiteraron su demanda de entrevistarse con Bush y cuestionarlo sobre la guerra. Otras familias están por llegar mañana y el fin de semana para sumarse a la vigilia, y por ahora el grupo incluye 13 madres de soldados, siete de las cuales han sufrido la muerte de sus hijos en Irak.

Hoy Bush se vio obligado a reconocer la presencia de Sheehan en las afueras de su rancho; durante una conferencia de prensa, junto con Rumsfeld y Rice, declaró que simpatizaba con ella como con todos los que han perdido familiares, pero que creía que al final sus sacrificios valdrían la pena. «Ella se siente firme en su posición, y tiene todo el derecho del mundo para decir lo que cree. Aquí es Estados Unidos. Tiene derecho a su posición», dijo, pero evitó abordar la demanda de Sheehan de verse con él cara a cara.

Señaló que sabe que la posición de Sheehan es que Estados Unidos salga ahora de Irak, «pero sería un error para la seguridad de este país y la capacidad de echar los cimientos de la paz a largo plazo», afirmó, y reiteró que las tropas se mantendrán el tiempo necesario en Irak. «Entiendo que a algunos estadunidenses les cuesta trabajo ver que estamos progresando, pero sí estamos progresando» en Irak, dijo, al subrayar que aún no hay ninguna decisión sobre si se incrementará o reducirá el número de soldados en ese país.

Sheehan, fundadora de Familias de Estrella de Oro por la Paz, integrada por familias cuyos hijos o hijas han muerto en Irak, afirma que se mantendrá en el camino de acceso hasta que el presidente acepte verla o hasta que regrese a Washington al término de sus vacaciones, pero entonces que lo seguirá y se plantará frente a la Casa Blanca.

Tan preocupante fue la posibilidad de que esta manifestación de oposición creciera, como ahora está sucediendo, que el pasado sábado el gobierno de Bush envió dos altos funcionarios que estaban en el rancho con Bush para reunirse con ella: el asesor de Seguridad Nacional Stephen Hadley y el subjefe del gabinete Joe Hagin. Fracasaron, y Sheehan se mantuvo firme en su demanda de entrevistarse con el jefe de ambos.

«Ahora me queda claro que es verdad lo que antes sólo temía: Bush nos mintió para ir a la guerra y Casey (su hijo) y otros más de mil 800 estadunidenses y miles y miles de iraquíes están muertos por lo que hizo», declaró Sheehan esta semana en Crawford. «Mientras Bush está cómodamente en su rancho, aquí estamos en esta zanja con este calor, porque queremos respuestas. Pero las tropas y el pueblo iraquí sufren mucho más que nosotros y queremos que eso llegue a su fin.»

Ayer hubo especulaciones de que Sheehan sería arrestada, y hay creciente preocupación por su presencia y la de un grupo cada vez más grande de familiares de soldados que demandan el fin de la guerra y el regreso de sus hijos a casa. No es inusual que el presidente se tope con activistas antiguerra en los actos y ciudades donde se presenta, pero esta situación es cada vez más difícil de pasar por alto y además la Casa Blanca debe proceder con gran cautela, ya que se trata de familiares de soldados y no sólo de «activistas» o pacifistas inconformes con las políticas de este gobierno.

Sheehan, además, logró acampar cerca de donde están todos los medios que cubren al presidente, y que durante las vacaciones del mandatario no tienen casi nada que hacer. Así, en ausencia de otro asunto, Sheehan se convirtió en la nota a nivel nacional. Además su protesta comenzó precisamente en una coyuntura en la que pocos días antes habían muerto 20 marines de un solo batallón; cuando a diario se producen informes de más muertos (superan ya mil 800), y nuevas encuestas continúan registrando un deterioro significativo del apoyo para el presidente y su guerra.

La encuesta nacional más reciente, realizada por USA Today/CNN/Gallup, registró que una mayoría sin precedente de 57 por ciento opinan que la guerra ha hecho más vulnerable a Estados Unidos al terrorismo, y sólo 34 por ciento creen lo contrario: asunto crítico, señaló USA Today, ya que una de las justificaciones claves de la guerra del gobierno de Bush es precisamente que es necesaria para hacer más seguro a este país.

En la misma encuesta, 56 por ciento estiman que la guerra va mal y 43 por ciento creen que avanza bien. «Si el número de muertes continúa creciendo, eso generará más presión para cambiar la política» de guerra, declaró el politólogo Jame Thurber, de la American University, al rotativo.

Un 54 por ciento dicen que la decisión de ir a la guerra contra Irak fue un error, y el mismo número consideran que la guerra no vale la pena. Mientras tanto, el nivel de aprobación del presidente continúa en sus niveles más bajos de su gobierno, al mantenerse en 45 por ciento (44 por ciento ha sido el más bajo registrado, a finales del mes pasado).

Pesadilla para la Casa Blanca

Con el arribo de más familias, lo que empezó con una protesta solitaria se está convirtiendo en una pesadilla para el gobierno de Bush, ya que Sheehan y sus colegas están logrando romper el cerco informativo y la imagen construida por el equipo de Bush sobre la «causa noble» de la misión en Irak.

Celeste Zappala, cuyo hijo mayor murió en Bagdad en abril de 2004, también llegó a Crawford para participar en la protesta. «Me siento bien al sumarme a esta protesta pacífica y digna en Crawford. La medida de una guerra justa es si uno está dispuesto a enviar a su propio hijo. Los arquitectos de esta guerra no enviaron a sus hijos, y muchos estadunidenses están llegando a la conclusión de que no desean que se envíe a sus hijos».

Poco antes de viajar a Crawford, Sheehan pronunció un discurso ante la convención de la agrupación Veteranos de Guerra por la Paz, en el cual declaró que ya no era posible aguantar las palabras de Bush de que se debe completar la misión para honrar los sacrificios de los otros soldados que han dado la vida por esta causa. «No quiero que use la muerte de mi hijo o el sacrificio de mi familia para continuar con la matanza; no quiero que explote el honor de mi hijo y de otros para continuar matando. Enviaron a esas personas honorables a morir, y por lo tanto ellos no son honorables; le voy a preguntar ‘dime cuál es la causa noble por la cual murió mi hijo’, y si responde ‘libertad y democracia’, le voy a decir que eso es pura mierda. Dime la verdad, dime que mi hijo murió por petróleo, dime que mi hijo murió para hacer a tus amigos más ricos; dime que mi hijo murió para promover el cáncer de la pax americana, el imperialismo en Medio Oriente, dime eso, y no que mi hijo murió por libertad y democracia.»

«La única manera de honrar el sacrificio de mi hijo es regresar al resto de las tropas a casa», manifestó Sheehan.