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Son como Fox

Fuentes: Apuntes del Natural

Me indigné -ya que no sorprendí- anoche, oyendo a los integrantes de varias tertulias radiofónicas emprenderla contra el presidente venezolano, Hugo Chávez. No me llamó tanto la atención la belicosidad de algunos como la coincidencia de todos. Ni siquiera se molestaban en discutir: la condena era unánime. Y no se ceñía a lo propio de […]

Me indigné -ya que no sorprendí- anoche, oyendo a los integrantes de varias tertulias radiofónicas emprenderla contra el presidente venezolano, Hugo Chávez. No me llamó tanto la atención la belicosidad de algunos como la coincidencia de todos. Ni siquiera se molestaban en discutir: la condena era unánime. Y no se ceñía a lo propio de la crítica política, sino que se adentraba audazmente en el territorio de la descalificación personal: «payaso», «personaje atrabiliario», «bufón», «individuo de actitudes intolerables»… Comprobando que quienes así se expresaban eran los mismos que se mueven con pies de plomo y echan mano de toda suerte de amables eufemismos cuando osan criticar a Bush, me dije: «Claro, reconvienen al Gobierno de Washington, aunque con la debida prudencia, porque se empieza teniendo cárceles clandestinas y lanzando bombas de fósforo sobre poblaciones civiles y lo mismo se acaba llamando «lacayo» al presidente de México».

En este caso como en tantos otros, Chávez tiene razón en el fondo, aunque cada cual sea libre de considerar más o menos apropiadas sus formas. En la reciente Cumbre de las Américas, Bush hizo una defensa, tan encendida como inopinada e improcedente, del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que patrocina él mismo. El asunto ni siquiera estaba en el orden del día, y así lo señalaron de inmediato los presidentes de Argentina y Brasil, lo cual no impidió al mexicano Vicente Fox salir en defensa del inquilino de la Casa Blanca.

Para nadie es un secreto que Washington inyecta cada año una buena partida de millones de dólares en la economía mexicana. Trata de evitar que su vecino del sur sufra desequilibrios que pongan en peligro la seguridad de los propios EEUU. Fox es consciente de lo que debe a Bush, y actúa en consecuencia. Pero lo cierto es que la iniciativa del ALCA, en la que tanto interés pone Washington, parte de un principio de patente desigualdad: reclama de los países de América Latina que no pongan ninguna traba al libre comercio, pero permite que los EEUU mantengan una política claramente proteccionista sobre su producción agrícola.

Fox se refirió en términos muy críticos a las posiciones defendidas por Chávez en la Cumbre de las Américas y Chávez le respondió haciendo público un discurso que pronunció Fox en la propia Cumbre, que no se había dado a conocer, en el que quedaba patente su actitud más que obsequiosa hacia Bush. Lo cual ha enfurecido a Fox, porque ha quedado retratado como lo que es.

Y aquí, entretanto, nuestros conspicuos comentaristas radiofónicos no tienen nada mejor de lo que hablar que de los «malos modos» de Chávez. A su manera, son como Fox.

www.javierortiz.net