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Conflicto en Extremadura

Refineria y lucha de clases

Fuentes:

Comunicado del Partido Comunista de los Pueblos de España (Extremadura)

Quienes están detrás del proyecto de construcción de la refinería en la comarca de Barros quieren que se perciba la controversia entre quienes son favorables a sus intenciones y quienes nos posicionamos en contra, como una confrontación de intereses entre agricultores y trabajadores. Un caso de «lucha de clases», ha llegado a decir un conocido politicastro de la comarca con un notorio y constatado pasado de militancia fascista.

Esto lo propagan los mismos que han impuesto a los trabajadores una reforma laboral que abarata y facilita aun más el despido y que rebaja las cuotas de los empresarios a la seguridad social, que han reformado el sistema de pensiones aumentando el tiempo mínimo de cotización y promoviendo el trabajo después de los 65 años, los mismos que pretenden una reforma fiscal donde se rebajará 10 puntos el porcentaje contributivo y en el impuesto de sociedades a los grandes capitalistas, los que envían tropas a Afganistán para sostener a un gobierno títere que garantice el paso de oleoductos y gasoductos para las multinacionales.

Y en cuanto a la comarca de Barros se refiere, son los mismos que están desmantelando la fundición de Villafranca, que llegó a emplear a 300 trabajadores, quienes permiten que se cierre «Ácidos Tartáricos» después de haberse embolsado los dueños 1.300 millones de pesetas de dinero público. Podríamos seguir con «Los Valeros», «Barbosa y Almeida», etc.. Un escandaloso desmantelamiento del tejido industrial con una destrucción masiva de puestos de trabajo en la comarca de Barros.

La supuesta «lucha de clases» entre agricultores y trabajadores es una burda mentira que desgraciadamente ha calado en muchas personas y que ha provocado una confrontación civil sin fundamento real alguno.

Los comunistas del PCPE hemos manifestado alto y claro nuestra intención de expropiar las fincas de los terratenientes para su explotación en régimen de cooperativa por los trabajadores, dentro de nuestro programa de Reforma Agraria Integral. Naturalmente defendemos los intereses de los campesinos que trabajan sus propias parcelas. Pero sobre todo defendemos los intereses de los trabajadores, tanto los inmediatos como los estratégicos. Y es por eso, sobre todo, por lo que estamos en contra de la ubicación de una refinería de petróleo en la comarca de Tierra de Barros.

La refinería, teniendo en cuenta la realidad de otras en funcionamiento, no supondría la creación de mas de 400 ó 500 puestos de trabajo, la mayoría especializados, es decir de fuera de la comarca e incluso de la región, y además con fecha de caducidad.

Sin embargo, el impacto de la contaminación producida por la refinería, especialmente la lluvia ácida, que puede desplazarse, según las condiciones meteorológicas a decenas o cientos de kilómetros, provocaría no solo un descenso en la producción agrícola si no, sobre todo, un desprestigio tal de los productos de la comarca de Barros que obligaría a un cambio drástico de cultivos.

Este cambio de cultivos, evidentemente, perjudicaría también a los terratenientes, pero estos seguirían viviendo en la opulencia teniendo en cuenta la reducción de costes laborales, ya que un solo trabajador puede llevar perfectamente 1.000 fanegas de tierra de cereal. Muchos pequeños campesinos no podrían sobrevivir con este cambio de cultivos. Pero sería sin duda la clase obrera la que se llevaría la peor parte.

Según los estudios mas optimistas, desaparecerían alrededor de 7.000 puestos de trabajo, entre trabajadores del campo y los del sector secundario, encargados de la elaboración de productos derivados. Siete mil familias más, privadas de sus medios de supervivencia, abocadas a ese destierro que llaman emigración.

Quienes están detrás del proyecto de refinería saben perfectamente todo esto, y sin embargo están dispuestos a ejecutarlo utilizando todos los medios, propagandísticos y represivos, a su alcance.

Porque realmente este proyecto no es mas que una trama financiera. Una inversión de alrededor de 2.200 millones de euros (366.000 millones de pesetas) dejará entre las uñas de los politicastros artífices de la trama y de organizaciones y entidades financieras un buen porcentaje de esta inversión. Es el gran «pelotazo» de su vida, su «Marbella» particular y artificial.

Esta es la verdadera lucha de clases que representa el proyecto de refinería para la comarca de Barros: Por un lado, los intereses de capitalistas especuladores y los políticos corruptos a su servicio y por otro, enfrente, los del resto del pueblo, especialmente los de la clase obrera.

¡Contra la refinería!

¡¡Por la Reforma Agraria Integral!!