La industria española continuará contaminando la atmósfera con mercurio por lo menos hasta el año 2020, en lugar del 2007 como se había comprometido con la Unión Europea (UE), publicó ayer El País en su edición digital. La publicación recuerda que una directiva europea de 1996 exigía a la industria cloroalcalina que dejase de usar […]
La industria española continuará contaminando la atmósfera con mercurio por lo menos hasta el año 2020, en lugar del 2007 como se había comprometido con la Unión Europea (UE), publicó ayer El País en su edición digital.
La publicación recuerda que una directiva europea de 1996 exigía a la industria cloroalcalina que dejase de usar células de mercurio para fabricar sus productos antes de octubre de 2007. Sin embargo, añade, los acuerdos firmados entre el Ministerio de Medio Ambiente y las empresas establecen 2020 como la fecha límite para abandonar este metal tóxico y utilizar otras tecnologías más limpias.
En lo que va de año, los países de Europa han detectado grandes cantidades de mercurio en 11 especies marinas habituales, explica el diario digital.
Advierte que un alimento tan frecuente en la mesa como el filete de pez espada puede contener una pequeña dosis de mercurio que a la larga podría ser mortal para el hombre.
No existen opiniones discrepantes sobre la peligrosidad de este metal, especialmente preocupante por su volatilidad y su toxicidad cuando entra en contacto con el agua o el aire. Todos están de acuerdo en la importancia de reducir las emisiones de mercurio, especialmente en las instalaciones de producción cloroalcalina, que fabrican cloro para utilizarlo en la producción de plásticos y que se basan en la tecnología de células de mercurio.
El problema son los plazos. La directiva europea para la prevención y control de la contaminación ponía octubre de 2007 como límite para que las plantas cloroalcalinas hicieran su reconversión a nuevas tecnologías como las membranas de celdas electrolíticas. Ese procedimiento es más limpio porque utiliza la propia carga de los átomos del cloro para aislarlo, pero también supone un mayor coste para las empresas.
Eurochlor, la asociación que acoge a los productores de cloroalcalinos de la UE, ha declarado en varias ocasiones que el desmantelamiento total de las células de mercurio en sus plantas no se alcanzará hasta 2020.
En el caso de España, esas declaraciones se han puesto por escrito en los acuerdos firmados entre el Ministerio de Medio Ambiente y las ocho plantas cloroalcalinas que existen en cinco comunidades autónomas: Andalucía, Aragón, Cantabria, Cataluña y Galicia. «Todas las plantas se comprometen a cumplir en el año 2020 el objetivo de cese de las emisiones de mercurio», señala el texto del acuerdo.
Esos plazos no son suficientes para las ONG, las cuales alertan sobre los peligros del mercurio y señalan que, una vez más, los plazos se establecen teniendo en cuenta los criterios económicos por encima de los medioambientales.