Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
No prestemos demasiada atención a lo que dice Israel, sino a lo que Israel hace realmente en el terreno. Y lo que Israel ha hecho y hace en el terreno, no sugiere de ninguna manera que Israel esté interesado en una genuina paz con los palestinos.
El jueves 16 de noviembre, el primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero anunció durante una visita a Francia una nueva «iniciativa por la paz» europea para calmar la arena israelí-palestina. Subrayó correctamente que la comunidad internacional no podía permanecer inactiva mientras la violencia continúa entre las dos partes.
Francia e Italia se unieron a España en la esperanza de que la iniciativa obtendría el apoyo de las otros dos principales potencias europeas, es decir Gran Bretaña y Alemania, y que terminaría por ser formalmente adoptada por la Unión Europea.
La iniciativa, que será presentada a una cumbre de la UE en diciembre, está compuesta de cinco puntos principales: Formación de un gobierno palestino de unidad nacional que pueda obtener reconocimiento internacional, un intercambio de prisioneros entre Israel y los palestinos, la reanudación de las conversaciones, un cese al fuego inmediato entre las dos partes, y el despliegue de una misión internacional en la franja de Gaza para controlar un cese al fuego.
Para justificar su iniciativa, Zapatero dijo que la paz entre Israel y los palestinos significa en gran medida paz en la escena internacional, agregando que no podemos mantenernos impasibles ante el horror que sigue ocurriendo ante nuestros ojos.
Anteriormente, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, señaló que el conflicto en Palestina es la principal razón para la tensión entre el Islam y Occidente. Incluso el usualmente insidioso y mendaz primer ministro británico Tony Blair se expresó de modo similar durante una entrevista con el recién lanzado canal Aljazeera International Television, el viernes 17 de noviembre por la noche.
Es interesante constatar que casi todas las facciones palestinas, incluyendo a Hamas y al Yihad Islámico, han aceptado hasta cierto punto la nueva iniciativa, y el grupo Yihad Islámico, probablemente la facción más radical, declaró su disposición y preparación para observar un cese al fuego si Israel aseguraba la reciprocidad israelí.
Sin embargo, como era de esperar, Israel «rechazó de forma tajante» la nueva iniciativa de paz.
Según se informa, la Ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livini, dijo a su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos que Israel prefiere «conversaciones directas con los palestinos sin interferencia externa.»
Un alto funcionario israelí, citado por el periódico Ha’aretz, dijo que «esta iniciativa no progresará.»
Ingenuidad
Ahora bien, estoy seguro que el primer ministro español es sincero en cuanto a su sentimiento de que la perdurable ocupación israelí de Palestina, que no es nada menos que un acto perdurable de violación, afecta seriamente la paz y la seguridad en el mundo, incluyendo a la propia Europa.
Estoy igualmente seguro de que Europa, a diferencia de USA que generalmente está a la completa disposición de Israel, quisiera que terminara la ocupación israelí de los territorios ocupados y la creación de un Estado palestino viable o de un casi-Estado en Cisjordania y la franja de Gaza.
Sin embargo, por mi conocimiento del sionismo y de las complicaciones del conflicto en Palestina, creo que la última iniciativa europea refleja, aparte de la sinceridad y de la buena voluntad, una extrema ingenuidad europea y un mal entendimiento de la situación en Palestina/Israel.
En realidad, me pregunto por qué la UE no emprende una investigación verdaderamente exhaustiva de los motivos y los factores tras el fracaso de todos los esfuerzos e iniciativas por la paz relacionados con Oriente Próximo desde el Plan Rogers en 1968 a la ahora moribunda iniciativa respaldada por USA conocida como el «mapa de ruta».
Además, emplazaría a los dirigentes de la UE, especialmente a los que propugnan esta última iniciativa, a que citen un solo motivo por el que su actual iniciativa podría tener éxito cuando las numerosas iniciativas anteriores han fracasado.
¿Es ahora más sensible Israel ante la paz de lo que ha sido en el pasado? ¿Ha terminado Israel por renunciar a los despojos de la guerra de 1967, sin lo cual todo el mundo sabe que no puede haber un acuerdo de paz, menos aún ser mantenido y sustentado? Son preguntas cruciales para las que la UE debe buscar respuestas verdaderas y exactas antes de lanzarse a iniciativas de paz sin una posibilidad razonable de éxito.
Israel no quiere paz
El motivo por el que todos los esfuerzos por la paz desde 1967 han fracasado es muy simple: Israel rechaza vehementemente todo «acuerdo de paz» con los palestinos que obligue al Estado sionista a renunciar explícita o implícitamente a los despojos de la guerra de 1967. Es el punto crucial del asunto que todo el que quiera lograr la paz debe tener siempre presente cuando profundiza en esta materia.
Esto es muy obvio por la construcción intensiva de cientos de asentamientos sólo para judíos en los territorios palestinos ocupados. Sobra decir que este implacable colonialismo y la expansión territorial continúan permanentemente a pesar de reservas USamericanas y europeas que en general no pasan de ser simbólicas.
Una pregunta para Europa: ¿Es verdaderamente sincero un país que habla de paz con sus vecinos, si construye al mismo tiempo centenares de colonias en tierra ilegalmente ocupada y transfiere a cientos de miles de sus ciudadanos para que vivan en esa tierra de la que ha desposeído a sus habitantes nativos?
Sí, Israel quiere «paz,» pero bajo sus propias condiciones, exactamente como Alemania nazi quiso la paz bajo sus propias condiciones.
Sí, Israel quiere una «solución» para los palestinos, una solución que sería peor que una rendición total.
Israel quiere una solución que refleje la «realidad» y «el equilibrio del poder,» y excluir descaradamente los derechos humanos y la vigencia del derecho internacional.
Y, sí, Israel está incluso dispuesto y listo para permitir la creación de un Estado palestino (por desgracia la mayoría de los medios occidentales siguen repitiendo como loros esas mentiras israelíes). ¿Comprende Europa el tipo de «Estado» palestino en el que piensa Israel, cuando frasea su voluntad de aceptar la solución de dos Estados?»
No prestemos demasiada atención a lo que dice Israel, sino a lo que Israel hace realmente en el terreno. Y lo que Israel ha hecho y hace en el terreno, no sugiere de ninguna manera que Israel esté interesado en una genuina paz con los palestinos.
En su lugar, Israel quiere retener su ocupación y dominación sobre Palestina y los palestinos, truncando y mutilando su patria en desventurados, miserables y claustrofóbicos «townships» y «Bantustanes», separados los unos de los otros y con una viabilidad económica inexistente. Es la «paz y reconciliación histórica» que el sionismo insiste en imponer a los pobres, indefensos palestinos.
En otras palabras, Israel quiere que todo futuro «Estado» palestino sea una serie abigarrada de campos de detención, internamiento y concentración, sin libertad, sin economía y sin futuro. Y ésa sería la receta en última instancia para otra «emigración voluntaria palestina» de su patria.
Sobra decir que todo esfuerzo internacional que debilite o interfiera con esos propósitos israelíes será directamente rechazado por el gobierno israelí.
Por eso Israel insiste en «conversaciones directas con los palestinos» igual como si un violador exigiera que se le permita que solucione el problema con su víctima ya que la intervención de una tercera parte desenmascaría al criminal.
¿Pero por qué se ha permitido que Israel siga impune después de todos estos años de criminalidad, robo de tierras y mentiras?
Bueno, la respuesta es muy obvia y reside en Washington donde el sionismo USamericano ha mantenido durante décadas un estrecho control sobre la política y las políticas de USA.
Esto significa que, a menos que la UE esté seriamente dispuesta a separarse del discurso sionista-USamericano en Oriente Próximo, ninguna iniciativa por la paz europea o no-europea podrá llegar a tener éxito.
Lo siento, señor Zapatero, tengo malas noticias para usted y sus asociados europeos. Su iniciativa morirá antes de nacer. Fíjese bien en lo que le digo.
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