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El Gobierno de Zapatero oculta los ataques de la guerrilla afgana contra las tropas españolas de ocupación

Fuentes: Rebelión

Oficialmente se trata de un remanso de paz, ayudan a los niños delante de las cámaras y reconstruyen casas y hospitales cuando hay fotógrafos. Para completar el cuadro, la opinión pública desconce que hay tropas hispánicas en Afganistán al servcio de la OTAN y de Bush. No hay manifestaciones ni actores con pegatinas de «No […]

Oficialmente se trata de un remanso de paz, ayudan a los niños delante de las cámaras y reconstruyen casas y hospitales cuando hay fotógrafos. Para completar el cuadro, la opinión pública desconce que hay tropas hispánicas en Afganistán al servcio de la OTAN y de Bush. No hay manifestaciones ni actores con pegatinas de «No a la guerra» entregando premios Goya. La estrategia de ocultar lo que ocurre en Afganistán, el ataque de las guerrillas y la lucha de la resistencia contra la ocupación y la lógica imperial de un Occidente depredador, funciona casi perfectamente.

Sin embargo, en el editorial del benémerito, y siempre católico, ABC del pasado sábado se asegura que «la situación de inseguridad de los soldados españoles desplegados en Afganistán es muy superior a la que reconoce el Gobierno y está provocando el descontento de las tropas que participan en el contingente».

Según una información publicada ese mismo día por el periódico, los militares denuncian que no se dan a conocer los ataques que sufren sus helicópteros. También ponen de manifiesto que su misión en Afganistán ya está siendo más de combate que de reconstrucción, a pesar de que éste sea el objetivo oficial del despliegue y la razón por la que el Gobierno se ha negado reiteradamente a aceptar la petición de la OTAN de trasladar tropas españolas a zonas de guerra contra los terroristas talibanes.

Situación difícil también en Líbano

Tampoco la misión de ‘paz’ desplegada en Líbano está resultando cómoda. Según las mismas fuentes castrenses la inestabilidad en la zona puede dificultar en cualquier momento la labor de los soldados españoles. Por ello, cobraba todo el sentido el viaje relámpago al Líbano que Moncloa había diseñado para Zapatero con el fin de escenificar su cercanía a las tropas y felicitarles la Navidad. Un viaje frustrado a última hora y que Zapatero delegó en exclusiva en el ministro Alonso, nueva muestra de su desapego por los viajes al exterior.


«Es comprensible que el Ministerio de Defensa no quiera crear alarmismo ni en la opinión pública ni entre las familias de los militares -especialmente los destinados en Afganistán-«, asegura ABC, pero «tampoco resulta admisible que tras esa actitud de prudencia se refugie una política de opacidad o, como mínimo, suavización informativa que, al final, resulta contraproducente porque la realidad en aquel país es inocultable. En estos meses, las tropas ya han sufrido ataques directos que se han saldado con la muerte de un soldado el pasado julio».

El periódico afirma que «quizá (Zapatero) pretenda trasladar a la opinión pública el cuento de que las misiones de la ONU son tan benéficas que no implican peligro alguno, a diferencia de otras intervenciones «ilegítimas». Sin embargo, tanta propaganda acaba teniendo estos problemas de coherencia, que se pagan con desconfianza hacia el Gobierno».