La Primera Enmienda, en la que se basa el Premio Christopher Reeve es la que garantiza la libertad de palabra [N.d.T.]. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Para el bien de esta noche y de mi propia satisfacción personal, voy a ceder a la noción de que me merezco esto. Y siguiendo en ese espíritu, voy a deciros que me siento muy honorado al recibirlo. Y agradezco a Creative Coalition y a mi amigo Charlie Rose por haberlo posibilitado. Me parece adecuado que aproveche esta oportunidad para ejercer el derecho que nos honra a todos: la libertad de palabra.
El título original para una comedia de Luis XVI llamada «Empiecen la revolución sin mí» era uno de mis favoritos. El título original era «Luis, hay una multitud abajo.» Pero volveré a hablar de eso más tarde…
Las palabras pueden ser nuestras armas más cívicas por el cambio, cuando se relacionan con acciones de sacrificio, o de buena voluntad, pero no tienen gracia ni poder sin una claridad audaz. Así que, si tienen un poco de paciencia, voy a pedir prestada una línea de Bob Dylan: «No hablemos falso ahora – se está haciendo tarde.»
° Calentamiento global
° Contaminación masiva
° Guerra continua de USA en Iraq
° Ataques contra las libertades cívicas bajo la consigna de la guerra contra el terror.
° Gastos militares
° Vosotros y yo, los contribuyentes de USA, gastamos 1.500 millones de dólares en fuerzas armadas concentradas en una guerra en Iraq – mientras las necesidades sociales clamorean.
° Atención sanitaria
° Educación
° Transporte público
° Protección ecológica
° Vivienda abordable
° Capacitación laboral
° Inversión pública
° Y, construcción de represas
Dependemos ampliamente de la información sobre estos temas proveniente de industrias mediáticas, que dependen en tal medida de los resultados financieros que el interés público pierde interés.
Y deberíamos decir la verdad: nos oponemos a los esfuerzos del gobierno por intimidar o legislar al servicio de la censura. Sea bajo la guisa de una Ley Patriota o de cualquier otra justificación de sonido benévolo para el antiguo juego de suprimir el disenso cortando las alas del pensamiento independiente e impidiendo el cambio social progresista.
Las formas más efectivas de una censura de facto son preventivas. Sistemáticamente, se nos alienta a inclinarnos, fuera de la línea de fuego – a evitar el peligro, ni pensarlo, de que alguien en la Casa Blanca, o en el Congreso, o un duro de los medios pueda arremeter contra nosotros.
Pero, como asunto práctico, la mayor parte de los límites en la expresión creativa y otras formas de libertad de palabra provienen de la autocensura, en la que el mecanismo de la autoridad corporativa ofrece zanahorias y blande garrotes. Evitamos un conflicto antes de que se materialice. Agarramos las zanahorias y nos alejamos de los garrotes.
Hace decenios, Fred Friendly lo llamó un «veto positivo» – el apoyo financiero de las corporaciones a espectáculos que quieren establecer y perpetuar. Sea en el periodismo o en el teatro, los esfuerzos creativos que no obtienen un «veto positivo» financiero son descartables, y luego son descartados. No podemos llamarlo «censura.» Pero llamémoslo como sea, los efectos de un sistema de «veto positivo» son severos. Imponen límites prácticos a los esfuerzos por presentar, más pronto que tarde, las realidades más importantes a la atención pública…
Comenzamos a ver imágenes más reveladoras de esta guerra. Pero es más que tarde ahora, ¿no es cierto? A lo que tenemos que prestar atención es a los resultados de esos «límites prácticos.» Uno, es que se hace mucho más fácil iniciar las guerras que detenerlas.
Tengo un sentimiento de cómo podemos comenzar a cambiar este proceso y quiero contárselo. Hay niños que crecen en nuestro país – muchos, a propósito, en condiciones de extrema pobreza – y se les dice desde muy temprana edad: «¡Tendrás que rendir cuenta!» «¡Con la libertad, viene la responsabilidad!» Y así sigue la lección… Demócratas y republicanos por igual. Mentir-engañar-robar, ¡y habrá consecuencias! El robo será castigado. Las acciones que causan la muerte de otros serán severamente castigadas. El mensaje, de los dirigentes en Washington, de los medios noticiosos, de la mamá, del papá, y de la iglesia, es claro. Los criminales TENDRÁN que rendir cuentas.
Ahora, recientemente hablan mucho en el Congreso de que el tema del procedimiento de destitución debe estar «fuera de discusión.» Se nos dice que hay que mirar hacia delante – no hacia atrás…
¿Podéis imaginar dónde conduciría ese argumento en el caso de la defensa en una acusación por un gran robo, o por la distribución en gran escala de metanfetaminas? ¿Y en el caso de la contratación de un asesinato por contrato de una madre embarazada? «La acusación debería estar fuera de discusión.» O «miremos hacia delante, no hacia atrás.» O: «No nos podemos permitir el fracaso con otro acusado.»
Nuestro país tiene un sistema legal, no de hombres y mujeres, sino de leyes. ¿Por qué, entonces, estamos tan dispuestos a colocar «fuera de discusión» cláusulas inconvenientes de la constitución de USA y del derecho federal? Nuestra mayor preocupación ahora mismo debería ser que se pongan EN discusión. A menos que vayamos a tener un conjunto de leyes para los poderosos y otro para los que no se pueden permitir abogados caros, la verdad es importante para todos. Y la responsabilidad es un asunto de principios humanos y legales. Si vamos a continuar amenazando con el dedo a los transgresores necesitados, sugiero que seamos consecuentes. Si la verdad y la responsabilidad pueden ser manipuladas hasta convertirlas en conceptos falaces, igual podríamos abrir las puertas de todas nuestras cárceles y prisiones en las que, a propósito, hay más gente tras los barrotes que en cualquier otro país del mundo. Ahora mismo, uno de cada 32 USamericanos adultos está tras los barrotes, en libertad condicional, o en libertad probatoria.
Lo que significa que, globalmente, USA es el número uno en la exigencia de que se rindan cuentas y en respaldar esa exigencia con encarcelamiento. Pero, cuando se trata de nuestro presidente, del vicepresidente, del secretario de estado, del antiguo secretario de defensa… esa insistencia en la responsabilidad desaparece. De repente, lo que es pasado es prólogo, Y sólo «miramos hacia delante.» Pero alguna gente no puede limitarse a mirar hacia delante. Los hombres y mujeres apostados en Iraq en este momento, bajo las órdenes de un Comandante en Jefe con una práctica tan cumplida en el arte del engaño, que logró que vastas cantidades de periodistas USamericanos y los medios noticiosos más estimados de este país, incluyendo el New York Times, el Washington Post, NPR, y PBS sirvieran con tanto afán su orden del día de preparación para la guerra. Y el proceso también indujo a vastas cantidades de artistas e intérpretes (probablemente incluso algunos que se encuentran aquí esta noche) a guardar silencio y a facilitar el impulso para una invasión de Iraq.
Estoy seguro de que mucha gente que encontré en Bagdad, en mis viajes anteriores a, y durante, la ocupación, tampoco puede limitarse a mirar hacia delante. Con vidas tan destrozadas enteramente por la violencia de la ocupación – un continuo esfuerzo bélico de USA y la guerra civil que ha catalizado. Todo sumado a una infraestructura derrumbada, después de once años de sanciones devastadoras de la ONU.
Y, ¿dónde está la responsabilidad por cuenta de los USamericanos muertos y heridos, sus familias, sus amigos, y el pueblo de USA que ha visto cómo su país se convierte en un paria en el mundo? Esos eventos han sido posibilitados por gente llamada Bush, Cheney, Powell, Rumsfeld, y Rice, mientras continúan perpetuando un masivo fraude contra la democracia y la decencia en USA.
El 11 de enero de 2003, me presenté en el show de Larry King, después de mi primer viaje a Iraq. Sugerí que cada madre y padre USamericano se siente con un trozo de papel y un lápiz y escriba las siguientes palabras: Estimado Sr. y Sra. tal-por-cual – Lamentamos informarle que su hijo o su hija tal-por-cual, ha muerto en acción en Iraq. Pedí a esas madres y padres que completaran la carta de cualquier manera que fuera un consuelo si la recibieran. Si se piensa en esas dolorosas palabras finales que un padre podría tratar de escribir hoy en día, parece inconcebible que este país pueda haber sido llevado a esta guerra. ¿En quién creían esas madres y padres? Sabemos que no es sólo en el gobierno, sino en nuestra cultura en general, encubierta en ensoberbecimiento, religión, y machismo heroico adolescente. ¿Le habrían creído a Rush Limbaugh si hubieran sabido que estaba drogado como un perro con OxyContin? ¿Le habrían creído a un Bill O’Reilly realmente discapacitado si hubieran sabido que se masajeaba el recto con una esponja de lufa mientras acosaba por teléfono a una empleada? ¿Hannity, si hubieran sabido que era simplemente una prostituta por la causa de sus alcahuetes – Murdoch y Ailes? ¿O el pequeño putz con su corbatín, si hubieran sabido que todo lo que buscaba era una risita de Jon Stewart? ¿Tal vez nuestros compatriotas, hombres y mujeres, estaban escuchando Ted Haggert mientras olfateaba metanfetamina y follaba a un musculoso gigoló? ¿O a Mark Foley a la busca de chiquitos? ¿A Joe Lieberman, sentado como Shiva? ¿Y a Toby Keith, cantando las loas del tamaño de sus botas?
«¡Oh!, ahí tenemos a Sean… Tenía que salir con sus insultos. Dicen que no puede evitarlo.» Pero, ¿usé insultos? Tal vez, sólo resumí rápidamente 7 u 8 pequeñas verdades. ¡Oh!, no, tienes razón – Usé insultos. Dije «putz«. Lo retiro. O, ¿lo hago? ¿Dije «prostituta»? ¿Alcahuete? Esas son preguntas. Pero, las preguntas verdaderamente reales y grandes de conciencia y responsabilidad no surgirían tan amenazantes – sin respuestas o evadiéndolas a un costo tan tremendo – sin nuestro fracaso diario en la insistencia de lograr una obligación real de rendir cuentas por sus acciones. Desde luego, preferiría encontrar algunos caminos fáciles para llegar allí. Pero no existe un camino fácil. No es un nuevo Congreso. Tampoco Barack Obama. Y, no John McCain. Su valor en la prisión norvietnamita lo convirtió en un hombre heroico. Sus antecedentes en las votaciones en el Congreso lo convierten en un funcionario público dañino. Tenemos que levantarnos de una vez y mostrar al mundo lo poderosa que es la gente en una democracia. Y así recuperaremos nuestra posición de ejemplo, no de paria, ante el mundo en general. Y así podremos comenzar a alzar cabeza y a permitir que el orgullo y la unificación eleven nuestra propia calidad de vida y seguridad.
Nos dicen que perdimos a 3.000 USamericanos el 11-S. ¿Basta? Estamos a punto de equipararlo. Estamos a semanas, si no menos, de matar a 3.000 USamericanos en Iraq. Le pregunto a la presidenta [de la Cámara de Representantes] Pelosi: ¿podemos entonces discutir el procedimiento de destitución? Si el antiguo jefe de la FEMA, Mike Brown, no hubiera tenido que rendir cuentas por sus acciones, después de Katrina (por chivo expiatorio que haya sido) habríamos tenido el mismo caos y negligencia cuando Rita dio en Houston. Piensen en eso. Y, la misma gente que pregona la disuasión como una justificación para castigos cuando hablamos de «crimen y castigo,» se jactará de su pensamiento tenaz cuando descarta las cualidades disuasivas de un procedimiento de destitución.
¿Qué es un procedimiento de destitución? No es un evento de demócratas contra republicanos. No, si es utilizado responsablemente. Si la Cámara de Representantes vota por iniciar el procedimiento de destitución contra este presidente, ¿lo echan de su puesto? No, no lo echan. No es lo que significa el procedimiento de destitución. Es la oportunidad de proceder a la rendición de cuentas por sus acciones y de dar a nuestros senadores elegidos, demócratas y republicanos, el poder de realizar una investigación exhaustiva, El poder de poner en discusión la verdad. Con cada día que pasa madres y padres pierden a sus chicos en muertes horripilantes en esta guerra. Muertes horribles. Mutilaciones horribles. ¿Se cometieron crímenes al alistar el apoyo de nuestro país en esta decisión de ir a la guerra? Por el momento vivimos el más invertebrado de los guiones; en el que los halcones abusaron del procedimiento de destitución hace ocho años, y ahora el resto de nosotros nos negamos cortésmente a utilizarlo. Protejamos a los denunciantes, enviemos las órdenes de comparecer, y entonces, uno por uno, obliguemos a declarar bajo juramento a este gobierno. Y entonces, si se prueban los crímenes de «traición, soborno, u otros crímenes o delitos graves,» hagamos como lo prescribe el Artículo 2, Sección 4, de la Constitución de USA, y saquemos «al presidente, vicepresidente, y… funcionarios civiles de USA» de sus puestos. Si entonces el Departamento de Justicia considera apropiado meterlos en la cama con Jeff Skilling, así sea.
Así que, miren… Si tratamos de destituir por mentir por una mamada, pero aceptamos sin discusión estos abusos casi innegables, nos convertimos en una mancha sobre la bandera que izamos. Sabéis, estaba escuchando a Frank Rich esta mañana, que habló en una gira de promoción de libros. Dijo que piensa que un procedimiento de destitución sería un apartadero «decadente», mientras nuestros soldados siguen muriendo. Admiro a Frank Rich. Y desde luego tendría razón si el procedimiento de destitución fuera lo único que hacemos. Pero somos USamericanos. Podemos hacer dos cosas al mismo tiempo. Sí, sigamos adelante y salgamos rápido de esta guerra en Iraq Y destituyamos a esos hijueputa.
Christopher Reeve prometió levantarse de esa silla. Bueno, no sé ustedes, pero parecería que ya se ha levantado y yo no estaría parado aquí si no fuera sobre sus hombros. Que tenga sentido.
Georgie, hay una multitud abajo.
Gracias y buenas noches.
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