Entre 2 mil y 3 mil cadáveres de hombres, mujeres y niños han sido encontrados a lo largo de la frontera suroeste desde 1995, incluyendo por lo menos mil en el sur de Arizona, lo cual según un experto es 10 veces más el número de víctimas que el total provocado por el muro de […]
Entre 2 mil y 3 mil cadáveres de hombres, mujeres y niños han sido encontrados a lo largo de la frontera suroeste desde 1995, incluyendo por lo menos mil en el sur de Arizona, lo cual según un experto es 10 veces más el número de víctimas que el total provocado por el muro de Berlín durante sus 28 años de existencia, informa hoy la American Immigration Law Foundation (AILF).
En un informe, que resume una serie de estudios académicos y gubernamentales, se ofrecen nuevos cálculos sobre las muertes de indocumentados, cifra que ha aumentado de manera sin precedente durante casi una década, sobre todo en Arizona.
Varios expertos y hasta agencias de investigación oficiales, como la Oficina de Contabilidad del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés), concluyen que esta crisis es consecuencia directa de las políticas de control de migración instrumentadas desde mediados de los noventa.
En particular, el informe se enfoca en el sector del sur de Arizona, donde investigaciones del Instituto Binacional de Migración (BMI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Arizona demuestran un incremento dramático en el número de cuerpos de migrantes indocumentados que cruzaron la frontera entre 1990 y 2005, lo cual creó «mayor crisis de salud pública y humanitaria en los desiertos» de esta área.
Efecto colador
La consecuencia de las políticas de control y militarización fronteriza es un efecto colador que no ha reducido el flujo migratorio, sólo lo ha desviado de zonas urbanas a terreno mucho más remoto y peligroso. Entre 1990 y 2005 el servicio forense del condado de Pima, en el sur de Arizona, ha examinado los cuerpos de 927 «cruzadores de frontera no autorizados», los cuales, según la GAO, representan 78 por ciento del incremento sin precedente en las muertes reportadas de estos indocumentados a lo largo de toda la frontera del suroeste estadunidense entre 1990 y 2003.
La investigación de BMI de manera «no ambigua confirma pruebas de que las políticas de control fronterizo de Estados Unidos crearon el efecto colador y que eso es, de hecho, la causa estructural primaria de la muerte de miles de hombres, mujeres y niños no autorizados (a cruzar, provenientes) de México, Centroamérica y Sudamérica», concluye la AILF.
En los años previos al efecto colador (1990-1999), agrega, el servicio forense de Pima manejaba en promedio unos 14 cuerpos de indocumentados recuperados cada año, pero en el periodo entre 2000 y 2005 esa cifra se elevó a 160 anuales; 80 por ciento de estos cadáveres corresponden a menores de 40 años de edad, y hay una creciente tendencia en cuerpos de menores de 18 años.
El informe cita investigaciones del profesor Wayne Cornelius, de la Universidad de California en San Diego, uno de los expertos más reconocidos en migración, quien calcula que 2 mil 978 cuerpos de indocumentados han sido recuperados en territorio estadunidense entre 1995 y 2004.
Cornelius considera este conteo así: «Para poner esta tasa de mortalidad en perspectiva, la frontera fortificada de Estados Unidos con México ha sido más de 10 veces más mortal para migrantes de México durante los recientes nueve años que lo que fue el muro de Berlín para los alemanes orientales durante sus 28 años de existencia».
Aumenta número de decesos en 2006
La AILF advierte que no hay señales de que estas cifras se reducirán en un futuro próximo, y señala que la GAO ha informado que hubo más muertes a lo largo de la frontera en los primeros nueve meses de 2006 (291) que durante los primeros nueve meses de 2005 (241).
La fundación informa también que las cifras oficiales de las muertes de migrantes reportadas por la Patrulla Fronteriza son poco confiables, ya que investigaciones recientes han detectado conteos que discrepan entre 33 y hasta 40 por ciento menos que el real. La organización señala que investigadores independientes que han intentado calcular el número real de muertos al cruzar la frontera han concluido que no es posible conocer la cantidad exacta, pero suponen que hay muchos más muertos de los identificados.
La AILF concluye que estas investigaciones comprueban que la lógica de las políticas y medidas de control fronterizo no funcionan. «Muchos años de investigación dejan claro ahora que la lógica debajo del sistema actual de control fronterizo es eventualmente intimidar a potenciales cruzadores de frontera no autorizados, mediante predecibles, pero inaceptables, niveles de daños, sufrimiento y muerte para aquellos que se atreven a intentarlo. La solución es una reforma migratoria integral enraizada en una evaluación honesta del papel de la mano de obra migrante en Estados Unidos, como también las fuerzas de globalización en América del Norte, Centroamérica y América del Sur».
La AILF es un centro independiente de información para asuntos relacionados con leyes migratorias. Más información sobre su proyecto en Immigration Policy Center y la fundación está disponible en www.ailf.org.