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EEUU: Inteligencia y Política = Terror y Narcotráfico

Fuentes: Rebelión

Valerie Plame , la agente de la CIA cuyo nombre fue filtrado por altos funcionarios de la Casa Blanca a los medios de comunicación para desacreditar a su esposo , el embajador Joseph Wilson, quien denunció públicamente la manipulación de inteligencia para invadir Irak , ha señalado con precisión uno de los más decisivos males […]

Valerie Plame , la agente de la CIA cuyo nombre fue filtrado por altos funcionarios de la Casa Blanca a los medios de comunicación para desacreditar a su esposo , el embajador Joseph Wilson, quien denunció públicamente la manipulación de inteligencia para invadir Irak , ha señalado con precisión uno de los más decisivos males de la calamitosa dirección política estadounidense y su inatajable derrumbe: «la politización de las operaciones de inteligencia«, y añadió : «la política y la ideología tienen que ser separadas de todos nuestros servicios de inteligencia«.

Este mes se ha publicado la noticia de que la empresa estadounidense «Chiquita Brands» financió entre 1997 y 2004 a través de un centenar de pagos que sumaron 1.7 millones de dólares a las Autodefensas Unidas de Colombia. Además , el 7 de noviembre del 2.001 , menos de dos meses después de que el gobierno de Bush clasificará a las AUC como una Organización Terrorista , «Chiquita Brands» a través de su subsidiaria Banadex descargo y almacenó durante cuatro días 3.400 fusiles AK 47 y cuatro millones de cartuchos (Todavía no se ha esclarecido públicamente de donde venían los fusiles y las balas) para una agrupación que ha ejecutado las más crueles torturas y masacres , el destierro de centenares de miles de campesinos e indígenas y
«son responsables de una proporción importante de las exportaciones de cocaína del país»[1]

La semana pasada la multinacional llego a un acuerdo con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos para pagar la suma de ¡ 25 millones de dólares! como sanción por dar dinero a un grupo terrorista y ser cómplice en el suministro de armamento.¿Por que en este caso se contradice el principio de no negociar con articulaciones calificadas como terroristas? y ¿Por qué se acuerda esta indulgente pena que no guarda ninguna relación con la propagandeada determinación la administración Bush de perseguir y castigar implacablemente a los responsables del Terror? Son interrogantes cuya respuesta no esta nada clara por parte de una Administración de Justicia que es la misma que ha valorado pobremente y parece haber ubicado al prestigioso Fiscal especial Patrick Fitzgerald – el mismo que condujo la investigación del caso Plame – en la lista de fiscales a despedir
«[2].

Además, como con aguda perspicacia ha señalado la analista Natalia Springer en el diario el Tiempo:
«Tampoco se ha descartado que los tratos hubieran hecho parte de una serie de transacciones que involucrarían la participación de la compañía en el negocio del narcotráfico, si se comprueba que tenía conocimiento de que se transportaba droga en los contenedores de banano.»[3] , al apoyo al terror, se añadiría entonces no solo la complicidad sino la participación directa en el narcotráfico. Nadie ignora que Turbo, el puerto donde llego el embarque de las armas y de donde parten los cargamentos de banano, funciona al mismo tiempo como uno los principales puertos de embalaje de cocaína hacia Europa y hacia EEUU. La globalización oculta : ¡armas para masacrar sindicalistas y cocaína para destrozar jóvenes en Europa y EEUU ¡ Tampoco se ignora que Turbo forma parte de una región adyacente al Canal de Panama y al estar calificada como región geoestrategica es una de las areas más vigiladas del mundo.
Como si todo este fuera poco, pese a que la administración de Justicia estadounidense tuvo noticia de la complicidad de «Chiquita Brands» con las AUC oficialmente desde el 2.003, los pagos continuaron efectuándose hasta el 2.004 y aún así se busco por parte de su alta dirección en Cincinnati una formula legal que permitiese continuar brindando el apoyo que significo el suplicio y el exterminio de millares de campesinos en la región. El diario El Tiempo recoge la información sobre diversas masacres, entre ellas la de enero de 1998 en Uraba donde ocho campesinos fueron quemados con acido hasta la muerte para que confesaran su pertenencia a la guerrilla.[4]
En el Código de conducta de Chiquita Brands se señala que como «Gerentes tienen la responsabilidad de «Ser modelos de conducta ética.» y estipula que « Nos sentimos orgullosos de nuestro compromiso vigente desde hace mucho tiempo de mejorar la calidad de la vida en las comunidades en que vivimos y trabajamos, mediante nuestra participación en proyectos comunitarios y programas filantrópicos.
Respetaremos las diferencias culturales y seremos un «ciudadano corporativo» responsable en las comunidades donde operamos.» [5]
Nada fácil ha de resultar para el ciudadano medio estadounidense comprender como los impuestos que paga pueden llegar a amparar así la complicidad directa con el Terror y el trafico de narcóticos que tantas vidas desintegra con la ayuda de una política hipócrita que privilegia la falsa «prohibición» que atrae y rentabiliza el negocio, en lugar de la información, la educación y una atmosfera de sentido y afecto que puede proteger del consumo y de los infiernos adictivos. Tampoco será fácil comprender situaciones como la de «Chiquita Brands» y sus vínculos en Colombia para los centenares de miles de funcionarios íntegros, familiares, compañeros y amigos, de personas que en Estados Unidos han consagrado su vida o la han perdido luchando honestamente contra el terror y el narcotráfico.
Por eso las palabras de Valeria Palme exigiendo que : «la política y la ideología» sean «separadas de todos nuestros servicios de inteligencia» , pueden tener un significado muy importante en la próxima campaña por la presidencia de los EEUU, si es que la repugnante catarata de escándalos o la huida hacia adelante de la administración Bush en la desestabilización del mundo , no precipitan antes su salida. En este sentido es significativa la mención de Springer : «Se cree también que la empresa-Chiquita Brand- patrocinó a la CIA en el propósito de derrocar al gobierno ‘anticapitalista’ que amenazaba sus intereses en Guatemala en los años 50 y se la relaciona además con una serie de pagos indebidos a un presidente de Honduras en los años 70[6]
Alain Delpirou en su excelente libro «El sendero de la cocaína» señala como a raíz de las «revelaciones que denunciaban la participación de agentes de los servicios de represión de estupefacientes en el trafico de cocaína en Nueva York, se disolvió en 1968 la Oficina Federal de Estupefacientes. Fue sustituida por la Oficina de Estupefacientes y Drogas Peligrosas (BNDD) , dirigida por un policía unánimente considerado como un hombre integro, John Ingersoll.Pero en 1973 , la BNDD fue reorganizada por el presidente Nixon y tomo el nombre de Drug Enforcement Administration (DEA). Ingersoll dimitió acusando al presidente de haberle quitado toda independencia a los servicios de lucha antidroga, que a partir de ese momento estaban situados bajo el control del Departamento de Estado y de la CIA….Así pues es probable que la DEA haya recogido la herencia de unos servicios secretos que se apoyaban en ciertas redes de la mafia cuya aportación era considerada útil en la lucha anticomunista.»

Es claro que el sector integro de los demócratas en los Estados Unidos sabe ya que les basta con examinar cierto detalle – junto a Irak – el caso de Colombia, para encontrar toda la sangre, la podredumbre y la inestabilidad resultantes del devenir catastrófico que se produce al encubrir la guerra contra las ideas y por los intereses bajo el manto hipócrita de la «Guerra contra el Terror y la Guerra contra el Narcotráfico».

En este sentido el reto de fondo, el desafío decisivo será separar las multinacionales de la política y ello exigirá recrear las reglas de juego y las pautas culturales de valoración que reproducen el poder corporativo. «Chiquita Brands» con toda vileza presente en su soporte criminal a la organización terrorista no pasa de ser un ejemplo muy elocuente de los abismos de maldad y los vínculos inconfesables que se incuban en la persecución implacable de los beneficios cuando esta búsqueda se reúne con la guerra ideológica y con concepciones racistas que desprecian la vida de las consideradas como «razas inferiores». La ignominiosa indulgencia de la Administración de Justicia estadounidense con la empresa puede ser comprendida desde
«la politización – no solo- de las operaciones de inteligencia» señalada por Plame y Delpirou, sino de la Justicia, como ahora se pone al descubierto en los EEUU con las denuncias al Fiscal González por los despidos politizados. Un nuevo hecho que profundiza el descomunal descrédito que la administración Bush ha arrojado sobre los EEUU.

A finales de los años veinte , un joven y brillante abogado colombiano de extracción humilde denuncio al gobierno conservador de Abadía Méndez por «tener la rodilla hincada frente al oro de las empresas estadounidenses y la metralla asesina para el pueblo colombiano» , Jorge Eliécer Gaitan denunciaba la masacre de las bananeras ejecutada en diciembre de 1928 y a la United Fruit Company empresa fundada en 1871 y de la que es sucesora directa la «Chiquita Brands» , en 1970 la United Fruits Company se fusiono con otra empresa para conformar la United Brands Company , la que en 1990 se convirtió a su vez en la «Chiquita Brands Company».
Es en la historia corporativa y en el viscoso tejido actual de los vínculos entre las redes corporativas y las políticas imperiales en donde se encuentran algunas de las claves que convirtieron al siglo XX en el siglo más sangriento y devastador de la historia, apoyándose en el soberbio delirio de una razón subyugada al servicio de los grupos de poder. Colombia ha sido un laboratorio principal de este decurso de espanto que ha permanecido mucho tiempo en la invisibilidad internacional en gran parte por una infame campaña de encubrimiento mediático. En Estados Unidos cursan hoy demandas contra la Drummond y contra Coca Cola por el asesinato de sindicalistas[7]. Los miles de millones de dólares que han prolongado y profundizado la confrontación en Colombia, y acrecentado el odio fratricida, cerrando el campo a la política, a la verdad y a la justicia, han ido a parar casi en su totalidad a un grupo de corporaciones productoras de armamento, agro tóxicos y ofertoras de entrenamiento militar[8].

El sacrificio irreparable de decenas de millares de vidas podría haberse evitado en caso de destinar los descomunales recursos materiales – absorbidos por la guerra- y la verdadera inteligencia social y organizativa a la opción de la paz. Caudales infinitos de sufrimiento humano podrían haberse evitado consagrando las energías a la verdad, la política y el ejercicio soberano de la justicia. Hoy seguimos afrontando esta opción.

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[1] El Tiempo , marzo 14 de 2.007 , Multan a la Bananera de E.U….
[2] El País , 21 de marzo de 2.007. La Casa Blanca puso en una lista negra el fiscal del «caso Plame
[3] El Tiempo , Cuatro millones de balazos. Lunes 19 de marzo. www.eltiempo.com.co
[4] El Tiempo , marzo 15 , Bananera Chiquita Brand negoció sus aportes a la AUC…
[5] www.chiquita.com
[6] El Tiempo, Cuatro millones de balazos. Lunes 19 de marzo. www.eltiempo.com.co
[7] El Tiempo, marzo 14 de 2.007, Multan a la bananera…
[8] Ver los artículos y libros de Diego Azellini