«…él es el que hace que se vuelva a casar la viuda marchita y el que perfuma y embalsama como un día de abril a aquella que revolveríael estómago al hospital y a las mismas úlceras.Vamos, fango condenado, puta común de todo el género humano que siembras la disensión entre la multitud de las naciones,voy […]
«…él es el que hace que se vuelva a casar la viuda marchita
y el que perfuma y embalsama como un día de abril a aquella que revolvería
el estómago al hospital y a las mismas úlceras.
Vamos, fango condenado, puta común de todo el género humano
que siembras la disensión entre la multitud de las naciones,
voy a hacerte ultrajar según tu naturaleza.»
(Shakespeare, en el Timón de Atenas)
Tenemos la economía de mercado, aquella que junto con la propiedad privada unida a la explotación del hombre por el hombre -cuya finalidad es la consecución de plusvalías- forman los pilares sobre los que descansa la sociedad capitalista burguesa en la que vivimos, en la que se adora al becerro de oro; el dios moneda.También existe en este mundo imperfecto lo que se puede llamar democracia de mercado; «la mejor que usted pueda llegar a pagar», como ejemplo destacado por exceso, podríamos mencionar la que disfrutan los EEUU. Esto es, de baja o muy baja intensidad en la que los políticos candidatos al gobierno del país salen elegidos de unas primarias ¿?, contando con los apoyos nada disimulados y totalmente legales de grandes corporaciones empresariales.
En nuestro estado -no podría ser de otra forma- vamos un poco más allá, la España de «Bienvenido Mister Marshall» de Berlanga, las castañuelas, pandereta, la del torito o la gitana adornando la TV con pedestal de croché de la abuela, en la que como ocurrencia de los dos mayoritarios grupos políticos, paladines del bipartidismo, han promocionado la llegada de «Las elecciones de mercado». Como la forma más rápida de tocar los corazones del votante, PP y PSOE, lanzan ofertas electorales -que no programáticas, como corresponde- basadas en el recorte, supresión de impuestos y devolución de parte de los mismos. Ensayan con mensajes escuetos –tan simples como la mente más simple a la que deban llegar (A.Hitler)– para conseguir que la mayoría del electorado comulgue en la liturgia oficiada por estos dos sumos sacerdotes del esperpento en la adoración a la puta universal; Money, Money…
Cheques bebe, ayudas para la emancipación de los jóvenes, recortes en IRPF, devolución de parte de lo recaudado -por saldo positivo-, lo que debería de hacer unos buenos gestores de lo publico Señores Solbes y Zapatero no es intentar comprar al elector -¿es legal?, de esta forma solapada si-, si no que por el contrario deberían de administrar bien el dinero del contribuyente. ¿Cómo es que les sobra? ¿Acaso no existen carencias en infraestructuras? ¿Todo funciona bien en sanidad? Pese a que estas sean competencias autonómicas ustedes tendrán algo que decir. ¿Tenemos suficientes docentes? ¿Calidad en la enseñanza? Y un largo etc. por que la realidad de nuestro país de países nos muestra contradicciones no superadas. En mi opinión es una desfachatez con lo que esta cayendo la última propuesta de la socialdemocracia estatal.
Pero aún tenemos otro matiz importante en la cuestión viene dado por la falta de explicaciones que los dos candidatos mayoritarios nos dan sobre como piensan seguir recaudando lo necesario para el sostenimiento de la maquinaria del estado. Los pilares sobre los que descansa el sistema contributivo español son el IRPF, el impuesto sobre el patrimonio -a extinguir- y los indirectos como el IVA, con supuestos recortes en el primero, supresión del segundo, usted lector inteligente deduzcan que puede ocurrir con los terceros.
Concluyo con el temor de que según se acerque la fecha electoral los dos candidatos a sumos pontífices del neoliberalismo Hispano proseguirán por este camino, fácil del subasteo del voto. Van a convertir la campaña electoral en algo parecido al rastrillo, ese donde las señoras «de bien» acuden engalanadas para ser retratadas por los medios de atontamiento de masas, y demostrar que ellas también se preocupan por los enajenados, por los explotados por los alineados del sistema capitalista burgués, luego marchan a sus mansiones con las conciencias tranquilas de haber obrado bien para con la chusma.