Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.
A pesar de los esfuerzos concertados entre el Cuarteto e Israel para minar el gobierno de Hamás después de las elecciones nacionales palestinas de enero de 2006, la posición política y militar de Hamás, un año después del intento fallido de Fatah para derrocar a este gobierno elegido democráticamente, aparece incluso más fuerte.
Mientras las encuestas de opinión señalan un declive de la popularidad de Hamás entre el público palestino, el gobierno liderado por Hamás en Gaza se percibe por los palestinos como eficaz en materias civiles y capaz de resistir los ataques israelíes y de obligar a Israel a sentarse a la mesa de negociaciones.
Por el contrario, la imagen pública del gobierno del presidente palestino, Abu Mazen, se está deteriorando, puesto que su actuación en materias civiles y políticas se ve, en el mejor de los casos, como mediocre. El rechazo de Israel a emprender los acuerdos negociados, denigra gravemente la imagen política de Abu Mazen, y además desgasta la credibilidad del gobierno de Salam Fayyad en los asuntos que no están relacionados directamente con el conflicto como la corrupción, la seguridad civil y la economía.
El fracaso para mostrar resultados tangibles en el proceso de paz, además de los éxitos de la resistencia palestina en Gaza, han minado seriamente la credibilidad de las negociaciones políticas con los israelíes. Según las encuestas de marzo y abril elaboradas por los medios de comunicación de Jerusalén, el Centro de Comunicaciones y el Centro Palestino para el Estudio y la Investigación, los palestinos están frustrados con las negociaciones y el apoyo a la resistencia está en alza.
De la misma forma, la población israelí no cree en el proceso de paz, y no confía en el gobierno de Olmert y Barak para negociar con Hamás en Gaza. Según una encuesta del 12 junio para la emisora de radio israelí Kol Israel, la cuarta parte de los israelíes no tiene ninguna opinión sobre si preferirían un acuerdo de alto el fuego con Hamás o una operación militar de gran potencia sobre Gaza. La misma encuesta afirma que el cincuenta por ciento de los israelíes no cree que el primer ministro Olmert, actualmente acusado de corrupción, tenga autoridad para decidir una operación de ese tipo.
El público israelí no cree que sea posible un alto el fuego con Hamás, pero tampoco confía en el ejército israelí para detener el lanzamiento de misiles desde la Franja de Gaza.
Es más, según Avi Isaskharov y Amos Harel de Haaretz (13 de junio de 2008), el ejército israelí tampoco se cree capaz de responder al desafío de Gaza. El ejército asume que para acabar con el lanzamiento de misiles desde Gaza, necesitará volver a ocupar la Franja durante varios meses, pero no cree que el público ni el gobierno aceptaran el alto número de bajas israelíes que probablemente resultaría. Es más, el ejército israelí y el gobierno saben que una operación militar no ayudará a obtener la liberación del soldado israelí encarcelado en Gaza y que incluso se puede poner en peligro su vida.
El mayor logro de Hamás es que está llevando a Israel, la mayor potencia militar de la región, a un callejón sin salida político militar. Si las negociaciones de alto el fuego en El Cairo llegasen a buen fin, Hamás habría tenido éxito neutralizando al gobierno nombrado por Abu Mazen en Ramala. Sin embargo, un fracaso de estas negociaciones fortalecerá la desconfianza palestina e israelí en la posibilidad de una salida negociada de la crisis, debilitando al gobierno de Abu Mazen todavía más, aunque es improbable que se inicie una invasión israelí de envergadura en la Franja de Gaza.
Estamos en el punto de partida, puesto que ni la opinión pública palestina ni la israelí creen en la posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz. Los negociadores palestinos se han vuelto cada vez más irrelevantes a causa del fracaso de las negociaciones, e Israel no puede usar su potencia militar para cambiar el panorama político actual. La pregunta es cómo se romperá este callejón sin salida.
Original en inglés:
http://www.alternativenews.org/news/english/hamas-latest-victory-20080617.html
Sergio Yahni, de nacionalidad israelí, nació en Argentina y emigró a Israel en 1979. Es el director, junto con Michel Warchawsky, del Centro de Información Alternativa de Jerusalén (AIC), una asociación formada por judíos y árabes con sede en Tel Aviv. Periodista y destacado militante por la paz, en 2002 fue convocado para prestar servicio militar como reservista del ejército de Israel. Debido a su negativa contundente a prestar dicho servicio estuvo encarcelado en una prisión militar israelí durante 28 días.
Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.