Varios miles de personas se manifestaron el sábado en San Sebastián para protestar por la desaparición de, al que sus amigos y familiares consideran víctima «de la guerra sucia del siglo XXI». La marcha se celebró por las calles céntricas de la capital guipuzcoana entre consignas contra el Gobierno, el PSOE y el ministro del […]
Varios miles de personas se manifestaron el sábado en San Sebastián para protestar por la desaparición de, al que sus amigos y familiares consideran víctima «de la guerra sucia del siglo XXI». La marcha se celebró por las calles céntricas de la capital guipuzcoana entre consignas contra el Gobierno, el PSOE y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. «PSOE y GAL son lo mismo», «Rubalcaba asesino», «Estado fascista, Estado terrorista» o «La policía tortura y asesina» fueron algunas de las consignas coreadas por los participantes.
«Non da Jon? (¿Dónde está Jon?)» era el lema de la pancarta que encabezaba esta manifestación por la desaparición del ex preso, de 47 años, que cumplió una condena de 20 años (desde 1982 hasta 2002) por su integración en el comando Lau Haizeta de ETA. Según la versión que dio la organización armada en un comunicado remitido al diario vasco Gara, el pasado 18 de abril Anza tenía una cita con la dirección de ETA a la que nunca llegó. Su familia presentó el pasado mes de mayo una denuncia ante la Fiscalía de Bayona (Francia) por su desaparición, tras lo cual la policía judicial abrió una investigación para esclarecer los hechos.
«Guerra sucia del siglo XXI»
Bittor Balderrama e Itziar Galardi, amigos de Anza, leyeron un texto al término de la marcha e hicieron una llamada para «incrementar la presión y la movilización popular» cuando «se viven durísimos tiempos represivos en Euskal Herria». «Hacemos dos preguntas a los estados español y francés: ¿Dónde está Jon? ¿Qué ha sucedido con Jon? No vamos a descansar hasta saber la respuesta», advirtió Balderrama, quien afirmó que la desaparición de Anza «es la más grave consecuencia de esta guerra sucia del siglo XXI».
Denunció además «la hipocresía» de «la clase política legal de Euskal Herria» por haber celebrado las pasadas elecciones europeas «como si nada hubiera pasado», lo que en su opinión «demuestra el concepto que tiene de los derechos humanos a los que tanto apela». Tras los discursos, el canto del Eusko gudariak, el himno al soldado vasco, puso fin a la protesta.