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Entrevista a Antolín Alcántara, miembro del sindicato gallego CIG

«Intentan establecer una disciplina de negociación colectiva que mate la respuesta sindical del metal»

Fuentes: Faro de Vigo

Tras varios meses de negociaciones, trece jornadas de huelga, duras movilizaciones y maratonianas jornadas de negociación rotas por discrepancias en el incremento salarial, sindicatos y patronal del sector del metal de la provincia de Pontevedra esperan estar ya al final del camino. -¿Cómo y para cuándo ve el final de este conflicto? – El fin […]

Tras varios meses de negociaciones, trece jornadas de huelga, duras movilizaciones y maratonianas jornadas de negociación rotas por discrepancias en el incremento salarial, sindicatos y patronal del sector del metal de la provincia de Pontevedra esperan estar ya al final del camino.

-¿Cómo y para cuándo ve el final de este conflicto?

– El fin del conflicto depende en este momento, como desde el principio, de la patronal. De que los empresarios unifiquen posiciones entre ellos y sepan atender las reclamaciones de los trabajadores. Acudimos con todo el optimismo porque no se trata de vencer la posición de nadie sino de una lucha que tiene que ser justa en el aspecto de dignificar el salario y que lo queremos hacer convenio a convenio, como venimos haciendo desde hace unos años. Y en cada convenio tenemos que dar un paso porque no es posible entender hoy que un trabnajo como el del metal io de otros muchos sectores pueda retribuir con mil euros netos que no permiten la independencia para la vida de ninguna persona

-Piden subidas del 4,5% el primer año y del 4% para el segundo y la patronal no pasa del 2%. Para lograr un acuerdo, ¿están dispuestos a rebajar su pretensión?

– En la cuestión salarial no estamos considerando ninguna cesión. Entendemos que el incremento se debe dar en un porcentaje parecido a ése porque si no no hay recuperación de salarios y creemos que es perfectamente asumible y entendemos que de ahí no se debe bajar. Sin embargo, cualquier posición o actualización de la oferta de los empresarios se va siempre a trasladar a los trabajadores. Así es que la conclusión final del convenio va a ser decidida con los trabajadores y ellos son los que nos van a dar autoridad para aceptar una cosa u otra.

-Había casi acuerdo sobre regulación de jornada, ¿en qué términos y algún otro punto de discrepancia?

-Hay casi acuerdo definitivo para regular los días de descanso que sobran en el convenio, es decir, el número de días excedentes que los trabajadores puedan disfrutar comunicándolos previamente a la empresa en las fechas que ellos soliciten. Y hay otro tema, la regulación de la contratación en el sector naval, sobre lo que no había acuerdo y nos parece que o debe figurar en el convenio o se debe establecer por los astilleros, que tienen el dominio y el control de la contratación. Ambas propuestas nos sirven. Es decir, que las contrataciones se hagan o a través de las bolsas de contratación del naval o del INEM y que se cree una comisión en cada astillero.

-Muchas personas no entienden un conflicto tan duro por un convenio y una subida salarial…

-Hay que pensar que reclamamos un incremento que es perfectamente asumible y no pone en riesgo la estabilidad de ninguna empresa y, además, alimentar este conflicto y prolongarlo es responsabilidad de los empresarios porque ellos ya manifestaron que llevan asumidas pérdidas millonarias y esas pérdidas cubrirían el incremenmto de muchos años y esa insensatez, ese desprecio por el acuerdo, sólo se le puede atribuir a ellos.

-¿Qué razón ve?

-Porque más que el propio coste del incremento lo que intentan es establecer una disciplina de negociación colectiva que mate la respuesta sindical del metal de Pontevedra. Es una lucha política contra el modelo sindical que prevalece en el sector del metal de Pontevedra.