El mandatario estadounidense anuló las perforaciones y las exploraciones de petróleo en el Golfo de México, las cuales serán por seis meses, además de suspender la actividad de 33 pozos en esta zona que recibió al menos 1,9 millones de litros diarios de crudo tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon perteneciente a la empresa British Petroleum.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, oficializó este jueves la suspensión de nuevas perforaciones y exploraciones petroleras en el Golfo de México, luego de «detener» el peor derrame de crudo de la historia que se mantuvo desde hace más de un mes afectando esa región.
Luego de revisar el informe elaborado por el departamento del Interior estadounidense sobre el desastre producto del desplome de la plataforma petrolera «Deepwater Horizon» colapsó dejando además un saldo de 11 muertos, Obama detalló cuatro medidas para impedir que tales accidentes se repitan.
«Primero, suspenderemos la exploración planeada en dos lugares frente a las costas de Alaska. Segundo, cancelaremos la concesión pendiente en el Golfo de México y la propuesta concesión en la costa de Virginia», indicó el mandatario en una conferencia de prensa.
«Tercero, mantendremos la actual moratoria y suspenderemos el otorgamiento de nuevos permisos para nuevas perforaciones en aguas profundas por seis meses (…) y cuarto, suspenderemos las actividades en 33 pozos exploratorios en aguas profundas que se están perforando en el Golfo de México», añadió.
Obama aseguró que el Gobierno dirige las operaciones de British Petroleum (BP) para tapar el vertido en el Golfo de México, con lo que salió al paso de las críticas por no asumir la responsabilidad de poner fin al derrame.
El mandatario estadounidense señaló que la compañía lleva a cabo sus intentos para cerrar la tubería que suelta el crudo «bajo la dirección» del Gobierno y que BP requiere de la autorización de la administración para actuar.
Pese a esto, sostuvo que la compañía es la responsable del derrame que ha provocado la mayor catástrofe ecológica de Estados Unidos (EE.UU.).
El presidente reconoció su «frustración» por el derrame de crudo, que se inició tras la explosión de una plataforma en el Golfo de México el 20 de abril.
El derrame del Golfo de México es el peor en la historia de la nación norteamericana y mayor que el que provocó el accidente del petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989, que vertió más de 40 millones de litros de crudo.
La directora del Servicio Geológico de EE.UU. (USGS), Marcia McNutt, aseguró este martes que los cálculos preliminares señalan que por el pozo han brotado entre 71 y 147 millones de litros de petróleo al mar.
La agencia calcula que el mar ha recibido cerca de 1,9 millones de litros diarios de crudo desde el accidente, muy por encima de los alrededor de 800 mil litros que estima la multinacional británica.
Se detuvo brote de petróleo
El grupo petrolero británico British Petroleum (BP) aseguró haber detenido este jueves la fuga de crudo que se mantenía desde hace más de un mes en el Golfo, al culminar la primera fase de la operación «top kill», que consiste en inyectar lodo para reducir la presión con la que se dispara el carburante.
De acuerdo con voceros de la compañía y la Guardia costera de Estados Unidos, la estrategia que inicio este miércoles logró «estabilizar el flujo» que provocó la marea negra.
Así lo afirmó el almirante de los guardacostas de EE.UU., Thad Allen, a una radio local, sin embargo aún se espera por un pronunciamiento oficial que confirme la detención del peor derrame de la historia de los Estados Unidos.
La operación «top kill» consiste en inyectar más de 8 mil litros por minuto de una solución de agua, materias sólidas y barita -un mineral- en dos conductos que conducen a la válvula de seguridad del pozo para intentar reducir la presión con la que se dispara el crudo a cero, y posteriormente empezar a inyectar cemento para sellarlo.