Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Un policía israelí hace guardia en el tejado de una casa del barrio de Jabal Mukaber, Jerusalén Este, donde los colonos junto con la policía israelí expulsaron de su hogar a una familia palestina. Foto: Alessio Romenzi/AFP/Getty Images
En el día de la fecha, unos colonos ocuparon una casa de Jerusalén Este luego de que la policía israelí desalojara a la familia de 14 miembros y le quitara todas sus pertenencias. Esta ocupación tendrá un efecto desalentador en la dirigencia estadounidense que está haciendo esfuerzos para desalentar la actividad de colonización de Jerusalén Este, dentro del marco del intento de retomar las frustradas conversaciones entre israelíes y palestinos.
La policía armada llegó por la mañana temprano a la zona de Jabal Mukaber, nuevo objetivo ideológico de los colonos que quieren ocuparla, siguiendo una orden judicial según la cual la propiedad pasa a manos judías. Tres camiones de transporte se llevaron las pertenencias de la familia que observaba el operativo desde una casa vecina. Cuadrillas de policías fuertemente armados rodearon el área disponiendo un retén militar improvisado para impedir el paso de los no residentes al lugar.
En la casa familiar se instalaron algunos israelíes musculosos que se negaron a identificarse y a explicar qué estaban haciendo en el lugar. Uno de ellos, que llevaba dos chalecos antibalas en el interior, dijo «ésta es una propiedad privada. No pasa nada, que tengan un buen día». Se podían oír sonidos de perforadoras y martilleos mientras afuera, en el terreno, hombres equipados con máquinas para cortar cerrojos montaban pesadas defensas de acero.
Fadi Karem, de 21 años y miembro de la familia desalojada, dijo «vinieron cuando estaba durmiendo. La policía vino con armas cargadas y apuntándonos, y nos dijeron que debíamos salir. Sabíamos que iban a venir, pero no recibimos ningún aviso de que iba a ser hoy. Sabíamos que los colonos querían apoderarse del lugar». Preguntado cómo se sentía, contestó: «ni siquiera puedo hablar».
Un vecino, Raid Kareem, de 36 años, dijo que los recién llegados eran los primeros colonos judíos que llegaban al lugar. «Esto no es bueno, es un problema», dijo, «ahora van a introducir personal de seguridad en el lugar. Mis hijos no podrán jugar en la calle. Mi hijo ya tiene miedo a la policía».
Activistas contrarios a la colonización que llegaron al lugar denunciaban que una organización que financia colonizaciones judías en barrios árabes de Jerusalén, Elad, está detrás de la adquisición de la casa.
La familia Kareem reclama que la casa es una herencia de cinco hermanos, que la recibieron después de la muerte del propietario, uno de los cuales vendió su parte a Wohl Investments, compañía que podría ser una fachada de Elad. Las otras firmas para la venta se falsificaron, agregó la familia. Un tribunal israelí determinó que la venta fue legal. El vocero de la policía, Micky Roseneld, dijo que las pertenencias de la casa fueron retiradas por una orden legal «basada en el hecho de que la casa fue vendida por una familia árabe israelí a otra judía israelí. Añadió que la familia no estaba en el lugar en ese momento. Sus pertenencias fueron retiradas en tres vehículos en una operación de tres horas y media. «La presencia de la policía era para prevenir cualquier desorden».
Assaf Sharon, un activista del movimiento de solidaridad Sheikh Jarrah, dijo: «[Los colonos] están clausurando las entradas, convirtiéndolo en fortaleza e introduciendo guardias de seguridad. Es lo usual, característico de los nuevos lugares que toman para iniciar una nueva colonia». En una declaración dijo que la nueva colonización, indudablemente, está dirigida a empeorar las tensiones entre Washington y Jerusalén, y para avivar el polvorín de Jerusalén Este. Los residentes de Jerusalén pagarán el precio de esta despreciable cooperación entre la extrema derecha de los colonos, y la policía de Jerusalén».
Ya hay una buena cantidad de colonias fantasmas en el corazón de vecindarios de Jerusalén Este, tales como Sheikh Jarrah y Silwan. Están orquestadas por activistas motivados políticamente y se distinguen de las grandes colonias judías del este de la ciudad, aunque todas son ilegales según la ley internacional. El este de Jerusalén fue capturado en la guerra de 1967, llamada la Guerra de los Seis Días, y luego anexionado a Israel sin el reconocimiento internacional.
Estados Unidos dejó clara su desaprobación a cualquier presencia judía en Jerusalén Este. El punto se convirtió en un escollo importante para la reanudación de las conversaciones. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quiere que Barack Obama exima a Jerusalén Este de cualquier pedido de nuevas congelaciones de construcción de colonias. Estados Unidos está lejos de aceptar este pedido.
Fuente: http://www.guardian.co.uk/