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Rechazo del Consejo de Seguridad al ingreso de Palestina en la ONU

Una derrota palestina que no debe pasar

Fuentes: Al-Quds al-Arabi

Estados Unidos y sus aliados europeos han logrado hacer fracasar en el Consejo de Seguridad la demanda palestina de ingreso como miembro pleno en la organización internacional tras mucho presionar a los miembros no permanentes en el Consejo para que no apoyasen la petición palestina, a fin de no obligar a Estados Unidos a utilizar […]

Estados Unidos y sus aliados europeos han logrado hacer fracasar en el Consejo de Seguridad la demanda palestina de ingreso como miembro pleno en la organización internacional tras mucho presionar a los miembros no permanentes en el Consejo para que no apoyasen la petición palestina, a fin de no obligar a Estados Unidos a utilizar el veto. Este éxito, reflejo de la hostilidad estadounidense y europea hacia al derecho legítimo del pueblo palestino a ser reconocido internacionalmente, es una lacra que condena a Estados Unidos y al mundo libre que dice liderar. También pone en cuestión su liderazgo en Naciones Unidas basado en el empleo de su potencial militar y su gran poder económico y político puestos al servicio de las agresivas políticas israelíes en detrimento de los principios de libertad y derechos humanos.

Fue lamentable ver a dos países de la talla de Gran Bretaña y Francia abstenerse, lo que significa no apoyar la demanda legítima palestina de ingreso como miembro en la ONU, dos países que son responsables directos de la Nakba palestina y que conocen bien la magnitud de la injusticia cometida contra el pueblo palestino por esta tragedia.

Gran Bretaña, que facilitó la emigración de los judíos a Palestina y les prometió establecer su propio Estado a costa de los indígenas debe asumir la mayor parte del pecado histórico, moral e incluso humanitario. Lo que tenía que haber hecho para expiar su pecado es apoyar al pueblo palestino y apoyarle en su consistente búsqueda de la justicia internacional. Lamentablemente no lo ha hecho. Gran Bretaña llegó hasta el máximo grado del extremismo en su apoyo a la agresión israelí utilizando su condición de miembro permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como recompensa a Israel por esta agresión.

La cúpula palestina, que ha puesto en evidencia estas posturas occidentales y desvelado la fea cara colonial estadounidense totalmente parcial a la injusticia israelí acudiendo al Consejo de Seguridad, está llamada a completar este reto no sólo en Naciones Unidas y en las otras organizaciones políticas, sino también en la propia tierra palestina haciendo una revisión total de toda su trayectoria pacífica y reconduciendo las cosas a su situación normal, es decir, una potencia ocupante y un pueblo bajo ocupación que recurre a la resistencia legítima para recuperar su tierra, su soberanía y su dignidad.

El presidente palestino, Mahmud Abbás, que ha apostado durante toda su vida política como miembro del Comité Central del Movimiento Fatah y del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) por la opción pacífica y la negociación con Israel, está llamado hoy, tras el fracaso de la tentativa palestina ante la ONU, a tomar decisiones valientes y a hacer frente a la hostilidad estadounidense y europea contra los intereses y las ambiciones del pueblo palestino retirándose completamente del proceso de paz y disolviendo la Autoridad Palestina para dejar, o mejor dicho, animar al pueblo palestino y movilizarlo en aras de un nuevo proyecto de resistencia con medios y métodos modernos, eficaces e influyentes.

Filtrar noticias sobre la disolución de la Autoridad por parte de algunos responsables en la cúpula palestina es algo insuficiente, carece de seriedad y da lugar a unos resultados totalmente opuestos que perjudican a la credibilidad palestina porque estas filtraciones no han dejado de aparecer en los últimos años y ya no tienen efecto.

Quién quiere tomar una decisión histórica y crucial no amenaza ni filtra, sino que actúa y no duda en asumir las consecuencias, sea cual sea su gravedad. El pueblo palestino, que no ha dejado de llevar a cabo de hacer revoluciones a lo largo de los últimos cien años será quien más apoye cualquier decisión valiente e histórica para corregir el actual rumbo.

Es cierto que hay voces dentro de la cúpula palestina o en su entorno que se oponen a la decisión de disolver la Autoridad y tomar posturas históricas y decisivas, temiendo por sus propios intereses: permanecer bajo los focos y disfrutar de los carnés VIP. Por eso envuelven sus posturas actuales con pretextos de sabiduría, prudencia y no precipitación. Esta gente, en nuestra opinión, constituye un grave peligro para el pueblo palestino, su causa y sus legítimas aspiraciones de libertad e independencia.

El pueblo palestino vivía mejor y con más dignidad bajo la ocupación antes de la aparición de la Autoridad y los Acuerdos de Oslo y así será una vez disuelta la Autoridad y reconocido el fracaso de estos acuerdos porque se librará de la esclavitud del salario, del pecado de la coordinación en materia de seguridad con los israelíes y de la quimera de la supuesta autonomía. Al mismo tiempo se deshará de una elite política que practicó el engaño a lo largo de los últimos veinte años y creyó una mentira que ella inventó y promovió: el proyecto nacional palestino basado sobre una Autoridad que no tiene autoridad y unas absurdas y estériles negociaciones que sólo han generado decepción, frustración y humillación.

http://www.alquds.co.uk/index.asp?fname=data20111111-1313qpt999.htm

Trducido por Al Fanar Traductores: http://www.boletin.org/control/product/~category_id=ESP_ROOT/~product_id=QU-1214-11-11