Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Cuando llegó día séptimo, Dios escribió el HB 2281 [proyecto de ley, N. del T.] y descansó.
Así ven los arizonianos conservadores esa medida claramente inconstitucional e inmoral contra el departamento de Estudios Étnicos.
Los oponentes al departamento de Estudios México-Americanos (MAS por sus siglas en inglés) de Tucson -que actúan como si esa medida estatal también estuviera inscrita en las tablas que Dios entregó a Moisés- utilizan esa lógica circular. Un juez del contencioso administrativo, Lewis D. Kowal, también intervino la semana pasada respecto al asediado departamento de MAS, con un fallo de 37 páginas con la misma lógica torcida. Opinó que MAS-TUSD [Distrito Escolar Unificado de Tucson, N. del T.] no cumple las normas y que el HB 2281 es legal porque no se ha declarado anticonstitucional. Confirmó que el fallo puede costar a TUSD un 10% de su presupuesto mensual estatal, totalizando hasta 15 millones de dólares por año. Es verdad que el HB 2281 no se ha declarado inconstitucional… solo porque la medida todavía no se ha implementado realmente y el litigio federal Acosta 2010 todavía no ha llegado a la etapa procesal. No solo eso, el proceso legal, como ha sido establecido por la medida estatal, todavía no se ha agotado legalmente. Dentro de unos días, se espera que el superintendente de las escuelas estatales, John Huppenthal, quien hizo campaña con la promesa de «detener la raza», confirme el dictamen no vinculante de Kowal. TUSD puede ahora pedir a la Corte Superior que rechace el dictamen de Kowal, aunque el superintendente del TUSD, John Pedicone, ya ha indicado que quiere que el distrito cumpla el dictamen.
En el papel, los detractores de MAS-TUSD se oponen al departamento porque viola el HB 2281, sin conocer, por lo que parece, que el único motivo por el cual existe esta medida del Estado es porque el antiguo superintendente de las escuelas del Estado, Tom Horne, la amañó para asegurarse de que se considerara que el departamento no cumple las normas y el único remedio fuera eliminarlo. Horne, a propósito, ha afirmado desde hace tiempo que su esfuerzo por eliminar MAS-TUSD fue inspirado por el discurso «Tengo un Sueño» de Martin Luther King en 1963.
Bernard Lafayette Jr., un colega de Martin Luther King Jr. [MLK], y viajero por la libertad, junto con prácticamente toda la comunidad de derechos civiles de toda la nación, se permite discrepar de Horne. Irónicamente, junto con la ley de Arizona SB 1070 de uso de perfil racial, su animosidad contra MAS es lo que ha desencadenado una cantidad de odio sin precedente contra los mexicanos y mexicano-estadounidenses en este Estado, una pista que indica que Horne no tiene derecho a invocar el nombre de MLK por ningún motivo.
Hay solo cuatro cosas que han bloqueado el camino de Horne: la verdad, los hechos, el Informe Cambiun independiente, solicitado por su sucesor, John Huppenthal, y la Constitución de EE.UU.
Desde luego, tampoco nada de esto ha detenido a Huppenthal; a pesar del informe independiente Cadmium de 100.000 dólares que estableció que los MAS-TUSD están conformes al HB 2281, y que recomienda que se expandan, se las ha arreglado para decidir que el departamento no cumple las normas. La decisión de Huppenthal provocó una [débil] apelación del TUSD ante el juez Koval. En unos días, claro está, se espera que Huppenthal confirme su propia decisión.
Incluso si Huppenthal confirma su propia decisión, los tribunales todavía tienen que intervenir en el asunto. Calificar de ley el HB 2281 es prematuro. El motivo por el cual Horne, ahora fiscal general del Estado, inició esa medida es que siempre ha afirmado que el fundamento filosófico de MAS-TUSD está fuera de la civilización occidental. En efecto, Horne tiene razón; MAS no se basa en la cultura greco-romana, sino en una filosofía basada en el maíz, que tiene muchos miles de años y es indígena en este continente. Pero Horne, junto a otros oponentes, también afirma que los MAS no son estadounidenses. La medida estatal implica que los MAS-TUSD: promueven el derrocamiento del gobierno de EE.UU.; promueven el resentimiento racial, se han diseñado primordialmente para un grupo (mexicanos-estadounidenses), y propugnan la solidaridad étnica, en lugar de tratar a la gente como individuos (Esta última provisión es un intento aparente de codificar el individualismo, mientras intenta destruir la cultura, que siempre ha sido colectiva).
El departamento fue absuelto de todas estas acusaciones por Cambium. Insatisfecho con el informe, Huppenthal procedió a desecharlo, afirmando, sobre la base de su propia «investigación», que MAS-TUSD violan tres de las cuatro provisiones, excluyendo la acusación de que promueve el derrocamiento del gobierno de EE.UU. Al confirmar la decisión de junio de Huppenthal, Kowal, experto en la ley de alcoholes, se basó en la testigo principal la doctora Sandra Stotsky. Esta «especialista», que reconocidamente no es experta en Estudios Étnicos ni Mexicanos-Americanos, en realidad no presenció nada; nunca se presentó en una sala de clases, nunca habló con algún maestro o estudiante de MAS. Es lo contrario de Cambium. Sin embargo en el dictamen de Kowal se minimizan los resultados de la auditoría de Cambium mientras se prefiere la evaluación de Stotsky. Esto apunta a lo que se ha provocado posteriormente: un torrente de personas que parecen confundir la idea de que la oposición a MAS les confiere de alguna manera un estatus de expertos.
Las audiencias a las que asistí se parecieron en mucho a una Inquisición sobre lo que es enseñanza, aprendizaje y pensamiento aceptable y permisible. Fue el epítome de intentos de control del pensamiento dentro de un contexto cultural. La suposición es que porque Estudios Mexicanos-Americanos es crítico, contestatario y opositor – en su búsqueda de enseñar la verdad (Panche Be)- por ello es no-estadounidense. Palabras como Raza o Chicano, refundidas con militancia por Horne, Huppenthal y Kowal, se consideran evidencias de de esa suposición. Incluso el favorable informe Cambium recomendó que el término Raza se borre del currículo. En el mejor de los casos, el dictamen supone que el cuestionamiento de la opresión y de la supremacía racial y la defensa del indigenismo, hace que los MAS sean «racistas», anti-estadounidenses y que crean resentimiento. Casi indiscutiblemente, lo que generan los MAS es realmente un deseo de paz, dignidad, igualdad y justicia.
Es posible que TUSD haya presentado en su apelación una defensa menos que brillante, como representantes de un distrito que es más de un 60% mexicano-estadounidense (se acerca a un 80% en la enseñanza elemental). Sus abogados no cuestionaron agresivamente a los dos miembros del consejo escolar del TUSD, Mark Stegeman y Michael Hicks, quienes nunca han ocultado su desdén por el departamento. No cuestionaron agresivamente a nadie. Peor todavía, podrían haber convertido el informe Cambium en el centro de su apelación, pero no lo hicieron. Ni uno solo de las docenas de académicos universitarios de Arizona que enseñan Estudios Étnicos, o que han estado dentro de clases de MAS-TUSD, fue llamado a testificar. Nadie de la Asociación Nacional de Académicos Chicanos o de la Asociación Nacional de Académicos Étnicos fue llamado a testificar, a pesar de que ambas organizaciones han confirmado su apoyo a MAS-TUSD. Es el mismo distrito, dirigido por el superintendente Pedicone, el que ha tratado con desdén a los partidarios de los MAS, militarizando efectivamente sus reuniones del consejo escolar, haciendo que mayores y estudiantes sean arrestados e incluso golpeados (26 de abril y 3 de mayo de 2011), mientras proclamaban su apoyo al programa de los MAS.
En efecto, Kowal, Huppenthal, el Estado e incluso el TUSD contemplan que se permita la enseñanza de unos MAS castrados, mediante lentes microscópicos antisépticos, como un fenómeno del pasado, y no sacar jamás a la luz leyes injustas y tratamiento desigual en la actualidad. Si el Estado emerge victorioso, es concebible que la enseñanza del HB 2281 y del papel de los estudiantes de los MAS en la defensa de su propio programa también se prohiban.
El juez Kowal eligió cuidadosamente pasajes de libros, artículos (incluyendo los míos) e incluso letras de canciones e ilustraciones y afiches, para «probar» que los MAS no cumplen las normas. Lo único que logró probar el juez es que los mexicanos-estadounidenses no han aceptado sentados el robo de tierras, linchamientos, brutalidad, segregación, leyes discriminatorias, desigualdades, educación inferior, deportaciones masivas y la deshumanización. También logró inferir que los valores basados en el maíz, como In Lack Ech (Eres mi otro ser) y Panche Be (Buscar la raíz de la verdad) son no-estadounidenses.
A decir verdad, el departamento no debería estar de acuerdo con las normas de una ley claramente inmoral e inconstitucional, cuyo objetivo primordial parece ser un retorno a las políticas de asimilación forzosa de los años cincuenta. Durante la era colonial, se habría considerado una reducción, un intento de obliterar la historia, el conocimiento, la cultura y la memoria de los pueblos indígenas. Quinientos años más tarde el HB 2281 parece ser un intento de implementar la reducción final.
Sin embargo, 500 años después, el derecho internacional está realmente de parte de los MAS: virtualmente cada tratado, carta y convención de derechos humanos protege la cultura, la historia, identidad, lenguaje y educación de todos los pueblos. Esas cartas de los derechos humanos existen para impedir el genocidio cultural. Este ataque contra los MAS es en realidad un ataque contra toda educación, no solo los Estudios Étnicos. La noción de censura y de prohibición de la enseñanza de ciertas materias -convirtiendo lo que se puede enseñar en un queso suizo- es la antítesis del propio precepto de educación.
Irónicamente, el movimiento contra los MAS tiene un efecto opuesto no intencional; está «re-indigenizando» a las comunidades mexicano-estadounidenses y latinas en todo el país. La gente que antes menospreciaba todo lo que era indio, o que lo veía como parte del pasado, ahora comienza a comprender que el motivo por el cual se oponen ferozmente a los MAS es precisamente por las raíces indígenas de los pueblos y sus culturas.
En Arizona, se podría considerar que este esfuerzo por eliminar los MAS, junto con la ley anti-inmigrantes SB 1070, constituyen una forma de Remoción de los Indios, un esfuerzo para exterminar, capturar o poseer la mente, el cuerpo y el espíritu [de los mexicanos]. La remoción de 2012 se traduce en encarcelamientos y deportaciones masivas a través de medidas de perfil racial y prácticas discriminatorias. Y para los que no pueden ser deportados o encarcelados, esto se traduce en des-indigenización, des-mexicanización y asimilación forzosa. El Sueño Estadounidense.
Aunque el TUSD tiene la opción de apelar contra la decisión Kowal/Huppenthal ante el tribunal estatal, no existe seguridad de que lo haga (es posible que otras partes puedan apelar en el tribunal estatal). Tal como Horne diseñó la medida, el TUSD, con otro giro a la derecha tras la adición de otro miembro conservador del consejo escolar, puede no estar dispuesto a arriesgar 15 millones de dólares para salvar un departamento que apenas apoya. Su diseño tiene solo un objetivo: eliminar los MAS.
Después de que los recursos legales se han agotado al nivel estatal, todavía queda el asunto del litigio federal Acosta: se planifica que el noveno juez de segunda instancia de EE.UU., A. Wallace Tashima, estatuya primero sobre un interdicto temporal y otros asuntos de procedimiento, y luego examine la constitucionalidad de la medida.
Lo que actualmente es un obstáculo para la implementación del HB 2281 y MAS-TUSD es el grupo estudiantil UNIDOS, Justicia Social, y estudiantes de MECha [Movimiento Estudiantil Chican@ de Aztlán, N. del T.], junto con los miles de partidarios, jóvenes y mayores, que se han enfrentado a arrestos, al uso innecesario de fuerza y amenazas de muerte, afirmando que nunca aceptarán el HB 2281 como ley. Tienen plena conciencia de que el esfuerzo para desmantelar el departamento, por lo que parecen ser fuerzas del apartheid, incluido el consejo escolar TUSD, se debe, no a que esté fracasando, sino a todo lo contrario: elimina el problema de la deserción escolar. Es muy exitoso, gradúa prácticamente al 100% de sus estudiantes y envía a más de un 70% a las universidades.
Aparentemente, eso constituye un problema y una amenaza.
* NOTA FINAL: Huppenthal acepto la decision de Kowal la semana pasada. Ahora se espera la decision de TUSD; el distrito puede aceptar la decision o apelarla.
* El dictamen de Koval de 37 páginas se encuentra en: http://www.scribd.com/doc/
Roberto Rodriguez, es profesor de la Universidad de Arizona y miembro del Consejo Asesor Comunitario de Estudios México-Americanos. Contacto: [email protected]
Fuente: http://www.commondreams.org/
rCR