Quien escribe lo que reproducimos a continuación, es una mujer de origen cubano, residente en España que se llama Rebeca Monzó Mieres. Escribe en un blog y se considera una «artista independiente». Sobre esta definición, nos resulta imposible dejar de pensar qué sería de los artistas españoles si fueran realmente independientes. Estarían todos excluidos socialmente. […]
Quien escribe lo que reproducimos a continuación, es una mujer de origen cubano, residente en España que se llama Rebeca Monzó Mieres. Escribe en un blog y se considera una «artista independiente». Sobre esta definición, nos resulta imposible dejar de pensar qué sería de los artistas españoles si fueran realmente independientes. Estarían todos excluidos socialmente.
Dice Rebeca: «Me conmovió la noticia (…) que, por estos días, comentaba de la acogida a la Ley de Ajuste Cubano del toletero Agustín Marquetti, quien ya en su tercera edad, optó por la decisión más sabia: Lo que me queda por vivir será en sonrisas (…). Marquetti, una gloria del béisbol cubano, después de retirado pasó casi al anonimato. Para ganarse la vida, pues la jubilación apenas le alcanzaba para sobrevivir, comenzó a alquilar por la izquierda (botear), su Lada (…) Por ello (…) no pude menos que sentirme feliz por él (…) porque nuestro gran pelotero, finalmente iba a llevar una merecedora vida, disfrutando como se merece los honores, el confort y las oportunidades que aquí le fueron negadas»
Para quienes no lo sepan, Marquetti, ya jubilado, viajó a Miami en diciembre del 2010 invitado por un hijo, y tras varios meses de estancia, decidió quedarse allí acogiéndose a la triste Ley de Ajuste Cubano; sin embargo no parece que vaya a disfrutar de una plácida vejez como deja entrever Rebeca Monzó pues se ha puesto a trabajar en una escuela de beisbol. Ignoramos si le va bien o mal, pero en el capitalismo, si no eres millonario, hay que trabajar jornadas maratonianas que terminan convirtiendo al individuo en una máquina deshumanizada, y sólo para lograr un salario que permita la supervivencia. Pobre Marquetti, a sus 65 años…
Conocemos la problemática de los jubilados en Cuba, un país pobre y bloqueado (ese bloqueo que tanto molesta cada vez que lo citamos), como conocemos la problemática de los millones de jubilados españoles, lugar donde reside Rebeca, con pensiones miserables. Pero existe una gran diferencia entre unos y otros que determina si no todo, casi todo: mientras Cuba no explota a otros países-, todo lo contrario, se solidariza con ellos en la medida de sus posibilidades- España suma a su PIB lo que saquea en el Tercer Mundo, riqueza ajena que va directamente a los bolsillos de cuatro oligarcas.
Rebeca Monzó debió creerse la vieja historia de la abundancia y exquisitez capitalista que hoy luce, descarnada, en toda su falsedad. Y lo deducimos de su escrito donde, prácticamente, no hay alusiones políticas vinculadas a la decisión tomada por el sujeto de su admiración. Ignoramos cuándo esta mujer se estableció en España, pero sabemos que pasó de ser diplomática en París a vender baratijas en el Rastro de Madrid. Un «gran cambio» el que le procuró ese sistema «lleno de oportunidades».
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