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¿Una santa para la era de Ocupar?

Fuentes: The New Yorker

Pero en 1927, después del nacimiento de su hija -el padre era un botánico anarquista a quien Day amó, pero con el que nunca se casó- se convirtió al catolicismo. Y una vez que fue bautizada y se hizo miembro de lo que ella llamaba «la iglesia de los inmigrantes, la iglesia de los pobres», […]

Pero en 1927, después del nacimiento de su hija -el padre era un botánico anarquista a quien Day amó, pero con el que nunca se casó- se convirtió al catolicismo. Y una vez que fue bautizada y se hizo miembro de lo que ella llamaba «la iglesia de los inmigrantes, la iglesia de los pobres», su radicalismo y pacifismo no hicieron más que profundizarse. En 1933, junto con Peter Maurin, fundó The Catholic Worker, periódico de un centavo que pronto alcanzó la circulación de cien mil ejemplares. (Aún se publica y aún cuesta un centavo.) Pocos meses después, ella y Maurin abrieron la primera «casa de la hospitalidad» para alimentar y albergar a los pobres y los sin casa. Actualmente existen más de 200 casas de hospitalidad operadas por lo que se convirtió en el Movimiento Obrero Católico. Cuando Day falleció, hace treinta y dos años, fue en una de ellas, Maryhouse, en el East Village.

Casi desde el inicio y casi hasta el fin, Day llevó una vida de desobediencia civil así como de servicio social. Fue detenida por primera vez en 1917, después de manifestarse frente a la Casa Blanca a favor del sufragio femenino. Se manifestó en contra de ambas guerras mundiales, el fascismo, antisemitismo, racismo, la guerra de Vietnam y las armas nucleares. Su último arresto fue cuando participó en una línea de piquetes con César Chávez. Paso diez días en la cárcel -a la edad de setenta y seis años.

Day no se parece a los santos que conocí en mi escuela católica en Nueva York, pero es un excelente ejemplo del compromiso de la Iglesia con la justicia social. Pero el cardenal Dolan parece subrayar otro aspecto de la vida de Day. Cuando tenía veintidós años, quedó embarazada y se hizo un aborto. Según The Times, fue su subsiguiente «decisión de apoyar la oposición de la iglesia al aborto, así como su desconfianza del gobierno y su ortodoxia religiosa en general» lo que le ganó el apoyo de Dolan. Es más, el cardenal John J. O’Connor había lanzado su campaña de canonización en el 2000 y él también señaló que Day era un modelo, «en especial para las mujeres que se han hecho abortos o están pensando hacérselo». Más tarde en su vida, Day prefirió no discutir su aborto, del cual se arrepintió profundamente, pero no quería que las mujeres jóvenes pensaran que era aceptable hacer lo que ella había hecho. Y aunque rezó por F.D.R., es cierto que ella no simpatizaba con el gran gobierno. Por supuesto, pocos anarco-sindicalistas lo hacían.

Será interesante ver cómo actúa el Vaticano en el caso de Day. Pero sus posibilidades parecen inciertas si se considera la posición de la jerarquía católica hacia la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, la organización que representa a la mayoría de las monjas católicas en Estados Unidos. Esas mujeres se oponen al aborto y trabajan a favor de los pobres, pero a principios de este año el Vaticano anunció que ellas se habían equivocado al defender «temas feministas radicales incompatibles con la fe católica» y despachó al arzobispo J. Peter Sartain, de Seattle, para disciplinar a las hermanas.

La hermana Simone Campbell, famosa por su movimiento de monjas en autobús, dijo a The Times: «Imagino que nuestra carta acerca de la atención médica fue lo que les enfureció». Podría ser. Las monjas habían apoyado Obamacare -una pesadilla particular del cardenal Dolan. La arquidiócesis de Nueva York se ha unido a una reclamación judicial contra la administración por el requerimiento de que la mayoría de patronos brinden cobertura de control de la natalidad como parte de planes médicos para sus empleados.

Quizás Dolan espera que Day pueda ser reintroducida ante los fieles como una activista antiabortos. En relación con Obamacare, es imposible decir de qué lado ella hubiera estado. El verano pasado, en una iglesia de Charlotte, Carolina del Norte, la hermana Simone, según The Washington Post, dijo que la intención de su grupo es reclamar todo el espectro de temas de la vida para incluir el hambre, la falta de viviendas, el racismo, la inmigración, la pena capital, la guerra y más. «Yo estoy a favor de la vida», dijo. Eso también se parece a Day.

Fuente: http://progreso-semanal.com/ini/index.php/eeuu/6318-dia-a-dia-una-santa-para-la-era-de-ocupar