Trump denunció, sin ocultar sus motivos partidistas electorales, que “todas las ciudades con problemas están gobernadas por… demócratas de izquierda radical”.
(Nueva York) Donald Trump amplió ayer su guerra interna contra disidentes a los que acusa de detonar el crimen violento urbano, al anunciar el envío de una oleada de agentes federales a Chicago, Albuquerque y otras ciudades con gobernantes demócratas, como parte de su estrategia electoral de proyectarse como el candidato de la ley y el orden, elogió su muro fronterizo como barrera antipandemia y amplió su guerra internacional, por ahora diplomática, contra China.
Trump denunció, sin ocultar sus motivos partidistas electorales, que “todas las ciudades con problemas están gobernadas por… demócratas de izquierda radical”, y criticó la demanda del movimiento de protesta contra la violencia policiaca de reducir el financiamiento de las fuerzas de seguridad pública. “Nunca retiraremos fondos a la policía… queremos fortalecer la seguridad pública, no debilitarla”.
“Chicago es un desastre… está fuera de control”, declaró en la Casa Blanca, y agregó:Portland se estaba cayendo, entramos y protegimos las zonas federales.
Responsabilizó al movimiento Black Lives Matter –sin mencionarlos por nombre– por lo que caracterizó como una ola de crimen violento urbano: En semanas recientes se ha dado un movimiento radical a favor de reducir fondos, desmantelar y disolver nuestros departamentos de policía. Políticos extremos se han sumado a esta cruzada antipolicía, acusó, y afirmó que esto ha llevado a una explosión aterradora de tiroteos, asesinatos y otros crímenes violentos que calificó de inaceptables.
El procurador general, William Barr, buscó diferenciar el envío de fuerzas de seguridad federal a Chicago y otras ciudades a lo que está ocurriendo en Portland, Oregon, donde fuerzas paramilitares han reprimido a manifestantes del movimiento Black Lives Matter desde la semana pasada. Esto es diferente de las operaciones y equipos tácticos que empleamos contra motines y violencia de las turbas. Pero, como su jefe, denunció las críticas contra la policía de Black Lives Matter y sostuvo que el incremento del crimen violento es resultado directo del ataque contra las fuerzas policiacas.
Críticos advirtieron que Trump está buscando nacionalizar el operativo en Portland en lo que llaman un ataque contra las ciudades con propósitos electorales.
Estamos al borde de ver una ley marcial en medio de una elección, advirtió el veterano senador demócrata de Oregon, Ron Wyden, si se procede como en Portland, de donde es originario, y acusó que el despliegue de las fuerzas federales es una invasión inconstitucional de las ciudades.
Más de una docena de alcaldes, incluida la de Chicago, enviaron una carta abierta a Barr en la cual afirman que el despliegue de fuerzas federales en las calles de nuestras comunidades no ha sido solicitada, ni es aceptable.
El despliegue de fuerzas federales militarizadas en Portland y sus actos de represión violenta sólo han tenido un efecto contrario al deseado, multiplicando la participación en las protestas.
El objetivo de la Casa Blanca de proyectar imágenes de radicales extremistas de izquierda y anarquistas amenazando a la ciudadanía en Portland fue interrumpido en estos últimos días por la aparición de cientos de mujeres que se identificaron como madres –bautizadas el muro de madres– escudando a los jóvenes ante las fuerzas federales. Al grito de: dejen en paz a nuestros hijos, y no le dispares a tu mamá, las mujeres enfrentan a agentes federales armados y aguantan el gas lacrimógeno, algo que complica la versión oficial de extremistas violentos. Ahora se están formando nuevas brigadas de madres en varias ciudades, entre ellas Chicago, Nueva York y Filadelfia, en anticipación al envío de fuerzas federales.
El pasado fin de semana también apareció en medio de las protestas una joven desnuda que caminó hacia las fuerzas paramilitares, hizo unos pasos de ballet, se sentó en medio de la calle, mirando fijamente a las fuerzas armadas, que evidentemente no habían sido capacitados para enfrentar tal amenaza. Algunos federales decidieron disparar balas de goma a sus pies, pero desistieron y finalmente se replegaron. Ella desapareció sin identificarse; fue bautizada como la Atenea desnuda de Portland. Las imágenes de una figura absolutamente vulnerable ante las fuerzas de seguridad armadas también interrumpieron la versión oficial.
Pandemia
Por segundo día consecutivo, Trump realizó una sesión informativa sobre la lucha contra el Covid-19 ante periodistas en la Casa Blanca, durante la cual repitió que se está avanzando hacia una vacuna en tiempo récord, alabó los esfuerzos de su gobierno y proclamó: hemos hecho todo de manera apropiaday se han hecho cosas increíbles y aseguró que todo va resultar bien.
Una vez más subrayó que el muro fronterizo ha funcionado como barrera efectiva contra el virus, afirmó que los casos se están disparando en México, desafortunadamente pero que el muro, aunque construido para otras cosas, ha tenido un gran impacto positivo contra el virus.
Sin embargo, el principal experto del gobierno sobre la pandemia, el doctor Anthony Fauci, declaró antes de la sesión que no estamos ganando ante la pandemia por ahora. No fue invitado a acompañar a Trump en el podio.
El magnate insistió en en llamar al Covid-19, el virus chino, continuando así con su nueva ofensiva contra Pekín.
Otra guerra
Además de su guerra interna contra la izquierda y el crimen, Trump intensificó las tensiones con China al ordenar el cierre del consulado en Houston del poder asiático el martes, acusando que era sede de espionaje masivo ilegal.
Esto es parte de la ofensiva antichina por ahora diplomática y comercial de la Casa Blanca que en las últimas semanas ha incluido la suspensión de negociaciones comerciales, restricciones impuestas a empresas tecnológicas, estudiantes y periodistas chinos y cada vez más agresión retórica contra el gobierno del país asiático.
Trump ha decidido usar a China con fines electorales, y para ello ese país es presentado ya no sólo como adversario económico, sino también como amenaza de seguridad nacional y, con la repetición de la frase del virus chino, como amenaza a la salud pública de Estados Unidos.