Presentación de Miguel Valencia Mulkay en el panel 4 de la Cumbre de la Madre Tierra de la Ibero Santa Fe 26-28 de octubre de 2022
Hay que reconocer que el combate o la lucha, contra la negación, la subestimación o desatención o la mercantilización del cambio climático ha sido hasta el momento producto de las acciones realizadas por un muy pequeño número de personas de muchos países: indígenas, campesinos, trabajadores, vecinos de pueblos, ejidos o barrios, profesionistas, pequeños y medianos empresarios, investigadores científicos, académicos, políticos de alto nivel, funcionarios nacionales o internacionales que a lo largo de casi un siglo han tenido la conciencia de la calamidad inédita que entraña este fenómeno, y sobre todo, han tenido el valor de denunciar públicamente las terribles consecuencias que podría acarrear esta radical alteración del clima.
Estas personas tuvieron o han tenido esta valentía porque amaron o aman la belleza natural de los territorios y los mares del mundo que tuvieron o han tenido la posibilidad de conocer; porque amaron o aman los árboles, los bosques, las selvas, los ríos, las mares, los glaciares, las mariposas, los peces, las ranas, las tortugas, las aves y los mamíferos. Y amaron o aman la tierra y sus bellezas porque desde su infancia, con sus manos han cultivado sus alimentos o cazado o pescado lo que han comido, o porque han tenido una inclinación natural o cultural por gozar y respetar la vida silvestre y en general, las plantas y los animales, y también, por compadecerse del sufrimiento de los seres humanos más débiles y gozar y respetar la belleza producida por el ser humano. Gracias a estas personas, los gobiernos y los partidos políticos han realizado muy tímidas acciones para tratar de mitigar el colapso del clima y la devastación de la ecología y el medio ambiente.
El combate o la lucha contra la depredación del equilibrio climático se ha inspirado mucho en las acciones en defensa de la naturaleza realizadas por las culturas vernáculas del mundo y las acciones realizadas, por los movimientos indígenas y campesinos de todos los continentes, en los últimos tres siglos; por el viejo movimiento naturalista nacido en el norte de Europa y de Estados Unidos, hace unos tres siglos; por el movimiento ecologista, nacido en los países ricos y poderosos a principios de los años 70, y también, por los movimientos pacifistas, antinucleares, contra el crecimiento económico sin límite (descrecimiento) y de los derechos humanos, nacidos en el siglo XX. Estos movimientos tienen mucho terreno en común, concurren en muchos puntos.
El combate o las luchas contra la investigación científica para el desarrollo de la guerra biológica, nuclear, aeroespacial, química, electrónica y otras; contra las centrales nucleoeléctricas y los confinamientos de residuos nucleares; contra la extracción de gas, carbón o petróleo; contra la minería a tajo abierto; contra la construcción de parques eólicos y solares; contra la construcción o ampliación de aeropuertos, trenes rápidos, supercarreteras, presas; contra el uso excesivo del avión, el auto y el tren de alta velocidad; contra el uso de los plásticos, agroquímicos, como el glifosato o los neonicotinoides o las semillas transgénicas; contra los campos de golf y los desarrollos turísticos; contra las presas, los trasvases de agua y los grandes drenajes; contra los segundos pisos, distribuidores viales y otras vías rápidas; contra el uso excesivo de bombas y tubos y el excusado con agua potable; contra la pavimentación del territorio y la desaparición de los bosques periurbanos y áreas verdes de las ciudades; contra la 5G y el internet de las cosas, el smartphone, los drones, las baterías; contra la industrialización de los alimentos; contra la urbanización del territorio; contra la publicidad omnipresente y la obsolescencia programada; contra el productivismo, el consumismo, el desarrollismo, el progresismo, el economicismo y el culto a la ciencia y la tecnología, han sido, entre otras luchas ecologistas o ambientalistas, muy cercanas al combate y mitigación del cambio climático y a las luchas por el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza, los derechos de los pueblos originarios y los derechos humanos.
En fondo de todas estas luchas, está la lucha por la liberación de la Naturaleza en su sentido más amplio, incluyendo a los seres humanos que viven en el desamparo más grande, ya sea por la violencia tecnológica, económica y política o por el desquiciamiento que provoca en el ser humano el exceso de poder y dinero. El ecologismo considera al ser humano, a la sociedad humana, como parte de la Naturaleza o de la Ecología del territorio. No los separa, los defiende por igual. El ser humano es también un animal, como las lombrices o las abejas o los pulpos o los tlacuaches. Y entiende que las mismas fuerzas que han hecho posible que una parte entera de la riqueza biológica se encuentre en vías de desmoronarse y que colapse el mismo equilibrio térmico de la Tierra, han creado por otra parte, los grandes desequilibrios mundiales, como el exceso de población, el hambre endémica, la destrucción del hábitat, la miseria en la que vive una gran parte de los seres humanos y la excesiva concentración de poder y riqueza económica en manos de una muy pequeña minoría de seres humanos.
Una manifestación muy relevante del reconocimiento de los derechos de la Naturaleza, es la lucha social para exigir la aprobación gubernamental de las medidas políticas extraordinarias coherentes con la Emergencia Climática, una situación que ha reconocido ya el Panel Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático de las Naciones Unidas, el IPCC, en sus reportes de 2018,19 y 21 –un reconocimiento que ha cambiado radicalmente la situación política y económica del mundo- Para que los gobiernos adopten medidas políticas, como las siguientes: decir la verdad sobre la situación del clima, con base en la ciencia climática; consultar a la población sobre los cambios de gran calado que se requieren en la forma de producir y consumir alimentos o para reducir radicalmente el uso excesivo del transporte urbano y el desmedido transporte de mercancías o para la eliminación de los agroquímicos en la agricultura o por otra parte, dejar de promover tecnologías que no sirven realmente para hacer frente al colapso del clima y dejar de defender el crecimiento económico y la tecnología, como solución a todos nuestros males, incluyendo las contaminaciones y la devastación climática y ambiental.
Urge reconocer los límites físicos de la Naturaleza. Urge Cambiar el Sistema No el Clima. Bienvenida la iniciativa para impulsar en México el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza.
Preguntas en el Panel 4 de la Cumbre Madre Tierra
Primera pregunta ¿Cómo contribuye la Emergencia Climática a la aceptación social y política de los Derechos de la Naturaleza?
La multiplicación de eventos climáticos extremos, tales como: los incendios forestales, las olas de calor, las sequías, las tormentas, los huracanes o las nevadas nunca vistas o récord, o los registros de temperatura mayores a 50°C, y la alteración radical de los eventos climáticos estacionales, como las lluvias veraniegas o las nevadas invernales fuera de tiempo, son signos de alarma que ponen a pensar a mucha gente sensible e ilustrada en muchas cosas.
Las imágenes y los documentales sobre las nuevas catástrofes climáticas en marcha, como: la pérdida casi total del hielo más antiguo y grueso del Ártico y los osos blancos enjutos, muriendo, extinguiéndose por la destrucción de su hábitat; Los grandes incendios forestales de los últimos años en el Amazonas, Australia, Canadá y Siberia; el blanqueamiento de la mayor parte de los corales del mundo; el rápido aumento de la sequía en las últimas décadas- hasta un 200%- en la mayor parte de África, el sur de Europa, el este de Asia y de Australia, el Noreste de Canadá, el Sur de Brasil; Las temperaturas superiores a 50°C seguidas de inundaciones en 2022 que afectaron a 33 millones de personas en Pakistán; Las temperaturas de 41°C en el sur de Inglaterra y la falta de agua para navegar en el río Rin, en 2022; La sequía extrema de California desde hace dos décadas; en Groenlandia, la perdida de hielo siete veces mayor en las últimas dos décadas y la extraña lluvia de agosto de 2022; Los cientos de miles de récords de temperatura registrados en este siglo por los meteorólogos; éstos son signos de la Emergencia Climática cuyo registro y la descripción grafica de sus consecuencias crean conciencia climática y movilización en muchas personas.
La conciencia climática y ecológica, unida a la discusión pública sobre estos hechos, despierta preguntas ¿qué está detrás de estos eventos climáticos extremos? ¿por qué después de ciertos años se hacen más destructivos estos eventos climáticos? ¿hasta dónde vamos a llegar con el clima? ¿qué relación tienen estos hechos con las actividades humanas? Así, se refuerza la inconformidad y la movilización. Se dice que el 86% de la población mexicana le preocupa ya el cambio climático y un 37% piensa que debido al cambio climático tendría que abandonar el lugar donde vive. En México, hoy día sólo el Estado mexicano y las grandes universidades virtualmente ignoran el tema climático.
La aparición de grandes movimientos internacionales en los últimos años, contra la extinción de especies, incluyendo la especie humana- Extinction Rebellion; Scientific Rebellion; Fridays for Future, Climate Justice Now en los que cada vez participan más científicos y sus activistas recurren cada día más a la desobediencia civil, confirman la creciente inconformidad social contra el fingimiento, la marrullería, la mentira y el engaño al que han recurrido los gobiernos más poderosos del mundo, para evitar la aplicación de las medidas políticas extraordinarias que se requieren , para eliminar la mayor parte del consumo de gas, carbón y petróleo y eliminar el colosal despilfarro energético de las actividades económicas modernas. Estas rebeliones en marcha concurren también con la defensa de los derechos de la Naturaleza.
La emergencia climática es subversiva porque cuestiona el imaginario desarrollista-progresista dominante en el mundo. Ella destruye el motivo central según el cual nuestro destino de los seres humanos es el de aumentar sin cesar la producción y el consumo. Ella muestra el impacto catastrófico de la lógica económica sobre la riqueza natural y cultural del mundo y sobre la vida de los seres humanos.
Sabemos bien que las catástrofes modernas han sido creadas en su mayor parte por los gobiernos poderosos y sus empresas transnacionales, con la complicidad de muchos gobiernos débiles y vulnerables, sin embargo, las catástrofes, sin son suficientemente grandes, pueden hacer cambiar profundamente las posiciones fundamentales de las sociedades modernas, pueden lograr que se acepten medidas que hoy día son impensables de aplicar; pueden facilitar la aceptación de los derechos de la Naturaleza, pero, también pueden llevarnos a tiranías nunca vistas.
La pedagogía de la catástrofe conmueve a tal punto a las personas que desde hace algunos años se fortalecen en el mundo las exigencias para que los gobiernos adopten medidas inéditas, extraordinarias para proteger la riqueza natural y cultural del mundo y eliminar las actividades económicas que están conduciendo a la Humanidad a su extinción en este siglo.
Segunda pregunta ¿Cuáles son los retos y desafíos respecto al combate y mitigación al cambio climático y los Derechos de la Naturaleza?
Combatir la mentira, el engaño, la simulación de los gobiernos frente a la mitigación del desastre climático y ecológico. Combatir las falsas soluciones que imponen los gobiernos poderosos frente al colapso del clima, como los parques eólicos y solares y otras tecnologías como el Cero Neto o el Hidrógeno Azul o los autos eléctricos. Combatir las campañas de Relaciones Públicas de los grandes inversionistas, para introducir la incertidumbre social frente al colapso del clima y de esta forma debilitar el combate y los esfuerzos de mitigación. Combatir los megaproyectos, la publicidad omnipresente y la pésima educación ambiental que se da en México en la escuela primaria. Combatir las ideas de desarrollo, modernización, empleo, productividad y crecimiento económico. Descolonizar el imaginario social de las ideas económicas, economistas, economicistas. Combatir la religión de la economía y el culto a la ciencia y la tecnología.
Reencantar el mundo. Una nueva espiritualidad. Otra visión del mundo. Cambiar el Sistema No el Clima. ¡Descrecimiento o colapso!
Miguel Valencia Mulkay. ECOMUNIDADES. Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México. Blog: http://red-ecomunidades.blogspot.com/
Blog: Decrecimiento-Descrecimiento. mMéxico: https://descrecimientomexico.blogspot.com/. https://degrowth.descrecimiento.org/
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