Jacinta Gil, Manuela Ballester, Isabel Oliver, Carmen Calvo, Carmen Grau, Natividad Bermejo, Victoria Cano, Ana García Pan, María Antonia Sánchez Escalona, Alicia Vela, Ana Teresa Ortega… Son algunas de las artistas valencianas cuyas obras se incluyen en la exposición Art, dolor i compromís. Dones en la col·lecció Martínez Guerricabeitia, de la Fundació General de la Universitat de València (UV).
La muestra puede visitarse, hasta el próximo 24 de enero, en el Casino Liberal de Algemesí (sala de exposiciones municipal).
Entre los objetivos de la exposición, está “visibilizar algunas de las artistas silenciadas por la historia y el mercado del arte hegemónico”; asimismo “destacar su contribución a las vanguardias artísticas del siglo XX” (nota informativa, Ayuntamiento de Algemesí, 23 noviembre).
La muestra se divide en cuatro bloques: Reflexiones femeninas ante el dolor; Comprometidas frente al poder; Las creadoras revisan las vanguardias y La mirada masculina: cuerpos fragmentados y participantes del nuevo orden.
La presentación municipal subraya el retraso (de décadas) para que las mujeres artistas alcanzaran el reconocimiento; es el caso de la ilustradora, escritora, editora, poeta y militante comunista Manuela Ballester Vilaseca (1908-1994), “a la sombra de Josep Renau y en el exilio”; o el de la poeta, pintora y artista de vanguardia en la posguerra (grupo Parpalló), Jacinta Gil Roncalés (1917-2014), también comunista y presa en las cárceles franquistas.
O las circunstancias de la pintora Isabel Oliver Cuevas (1946), que en los años 70 del siglo XX formó parte del grupo artístico Equipo Crónica y, décadas después, ejercía la docencia en la Universitat Politècnica de València (UPV): “Tuvo que ser destacada por la Tate Gallery de Londres como una representante del Pop Art internacional para que los museos españoles la sacaran de sus almacenes” (la sala cultural de Algemesí acoge dos de sus serigrafías, de la serie La mercantilización del arte (1975): Sobre un cuadro de Léger y Sobre un cuadro de Monet).
Según el díptico de la exposición, “muchas de ellas desarrollaron su labor en un contexto sociopolítico que hizo muy difícil su autonomía creativa (sobre todo durante la dictadura franquista)”.
Entre las mujeres que a finales del siglo XX “abrieron el camino”, se cita a la artista Carmen Calvo, nacida en 1950 en Valencia y ganadora en 2013 del Premio Nacional de Artes Plásticas; entre 1976 y 1978 realizó exposiciones individuales en galerías de Valencia, Madrid y Murcia; cumplida la treintena, había logrado varios galardones: el I Premio de Pintura Lasalle Seiko (Barcelona, 1985) o el Alfonso Roig de la Diputación de Valencia (1989).
En el mismo año y ciudad nació otra de las pintoras que resalta la exposición de Algemesí, Carmen Grau Bernardo; catedrática de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Valencia (2003), ha expuesto su obra en más de 30 muestras individuales y 150 colectivas (el Casino Liberal incluye La prisión, de 1988: técnica mixta, talla y ensamblaje sobre madera).
La información del Museu d’Art Contemporani Vicent Aguilera Cerni subraya que, en el caso de Carmen Grau, haciendo uso del conglomerado “como soporte básico, surgen propuestas plásticas que incorporan materiales reciclados y objetos encontrados al discurso narrativo”.
En la apertura de nuevas vías se significó también la pintora y grabadora valenciana Rosa Torres Molina, quien a los 34 años, en 1982, participó en la Bienal de Venecia; en sus inicios colaboró con el Equipo Crónica; el crítico e historiador del arte, Francesc Miralles, explica que la producción de Rosa Torres “ha ido evolucionando hasta una propuesta (…) que destaca por la simplificación de las formas y el color”.
La paisajista, añade Miralles, “nos introduce en unos jardines medio vividos y medio soñados donde estalla el color. Ella se adentra en los bosques que nos devuelve en la más pura esencia” (Rosa Torres. La construcció d’un llenguatge. Ed. Alfons el Magnànim, 2022); el visitante de la exposición de Algemesí puede observar La grande Jatte (1), serigrafía realizada en 1991.
El itinerario por el centro cultural podría continuar con la fotografía digital en dos piezas Experiencia de relacionar: autorretrato corto, de 2007, firmada por Salomé Cuesta/Bárbaro Miyares; el óleo sobre tabla titulado El somni del castell d’or, de 1991, de Ana García Pan; y la obra de película adherida a metacrilato Sin título (Kafka), realizada en 2000 por Ana Teresa Ortega.
Organizada por la Universitat de València y el Ayuntamiento de Algemesí, la iniciativa cultural tiene como responsables a María Ángeles Pérez Martín y Rafael Gil, profesores de Historia del Arte en la UV; los dos comisarios participan en la autoría del libro (colectivo) Olvidadas y silenciadas. Mujeres artistas en la España Contemporánea (UV, 2021).
En la muestra es posible pasar de Carmen Calvo (La alacena, de 1989, y Descubrimientos, vértigos, caos y desgracias, obra de 2004), al compromiso político (manifiesto) de Manuela Ballester Vilaseca (“en febrero de 1936 fue premiado su conocido cartel para promover el voto a favor del Frente Popular”, subraya la Real Academia de la Historia en su Página Web).
Miembro de la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (fundada en 1932-1933) y exiliada a México en la posguerra, el Casino Liberal acoge obras de Manuela Ballester como España Republicana, de 1971 (cuadro que recoge un número del periódico con este título, editado en La Habana el 15 de mayo de 1971); también la pieza -de 1974- realizada con la técnica de carbón sobre papel Federico García Lorca crucificado.
Un obrero en la cruz rodeado por cuatro personajes, entre ellos un empresario con puro y pajarita, un religioso ataviado de negro y un militar de alta graduación; el proletario aparece junto a recortes de papel/prensa con las expresiones socialista; lucha de clases y las organizaciones.
¿A qué responde este contenido? Se trata de un óleo sobre tablex y collage titulado Crucifixión (1966), realizado por Jacinta Gil Roncalés; del mismo año y artista, también en la exposición de Algemesí, los aviones de Estados Unidos sobrevuelan los cadáveres extendidos en la pintura Bombardeos (intromisión).
En la planta alta del centro cultural, el bloque de cuadros se centra en La mirada masculina patriarcal; este apartado exhibe varias obras del pintor Martín Caballero (1950-2010); en concreto El nuevo orden mundial (1992), con la técnica de acrílico sobre lienzo; Los jueces (1991-1992) y, de mayores dimensiones, La canción del ama de casa (1982), con técnica mixta sobre madera.
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