La Universidad de Columbia realizó esta semana su ceremonia de graduación, en la que miles de estudiantes recibieron sus títulos académicos. Sin embargo, la ausencia obligada de algunos estudiantes opacó la jornada, generó protestas y puso de manifiesto que la solidaridad con el pueblo palestino entre el alumnado, el cuerpo docente y el personal de la Universidad de Columbia permanece vigente, pese a los esfuerzos de la institución por suprimirla.
El reciente graduado Mohsen Mahdawi sí pudo estar presente en la ceremonia. Al subir al escenario para recibir su diploma, levantó los brazos en alto e hizo el signo de la paz, ante los vítores y la ovación de sus compañeros de clase. Mohsen, un joven oriundo de Palestina con residencia legal permanente en Estados Unidos, fue arrestado el 14 de abril en el estado de Vermont por agentes de inmigración encapuchados y enmascarados, cuando asistió a una cita a la que fue convocado, según le dijeron, para rendir su examen de naturalización. Tras dos semanas en prisión, el juez federal de Vermont Geoffrey Crawford ordenó la liberación de Mohsen y escribió: “Nuestro país ya ha atravesado momentos similares en el pasado, particularmente durante el período del “temor rojo” y las “redadas de Palmer” en 1919 y 1920, así como durante [la campaña] liderada por [el senador Joseph] McCarthy en la década de 1950”.
Cuando el Gobierno de Trump intentó negarle a Mohsen el permiso para viajar a su ceremonia de graduación, el juez Crawford fue aún más explícito y dictaminó: “Durante su estadía en el estado de Nueva York, el señor Mahdawi podrá desplazarse libremente y realizar sus actividades cotidianas con normalidad, incluidas, pero no limitadas a ellas, reunirse con funcionarios electos, hablar y participar en entrevistas con la prensa y los medios de comunicación, tomar la palabra en eventos públicos y asistir a protestas”.
Durante una entrevista que mantuvo con Democracy Now! poco después de recibir su diploma, Mohsen describió cómo está viviendo este momento.
“Siento una profunda alegría por haber podido venir a esta universidad y llegar hasta aquí desde un campamento de refugiados [en Palestina] y tras haber sobrevivido a la guerra”.
Mohsen continuó: “[Pero] me entristece que mi familia, mis padres, no hayan podido salir de Cisjordania y estar conmigo en este momento. Me entristece que en Gaza ya no existan universidades donde los estudiantes puedan vivir esta alegría, donde aún se pueda albergar esperanza”.
Mohsen es solo uno de los muchos estudiantes extranjeros que están siendo blanco de la campaña de persecución impulsada por el Gobierno de Trump, por el solo hecho de expresar su solidaridad con el pueblo palestino y oponerse al ataque israelí contra Gaza.
Entre las personas afectadas por esta campaña se encuentra Rumeysa Ozturk, una estudiante de doctorado de la Universidad de Tufts y beneficiaria de la beca Fulbright, oriunda de Turquía, que residía en Estados Unidos con una visa de estudiante. A fines de marzo, agentes federales enmascarados y vestidos de civil abordaron a la estudiante en la calle y se la llevaron por la fuerza. Öztürk fue arrestada por ser coautora de un artículo de opinión publicado en el periódico estudiantil de la Universidad de Tufts en el que expresaba su apoyo a Palestina. Rumeysa pasó seis semanas en una cárcel de inmigración del estado de Luisiana hasta que el mismo tribunal federal de Vermont ordenó su liberación.
Otro estudiante arrestado por el Servicio de Inmigración de Estados Unidos es Mahmoud Khalil, un estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia con residencia legal permanente que está casado con una ciudadana estadounidense. En el momento del arresto de Khalil, ocurrido el 8 de marzo, su esposa, la dentista Noor Abdalla, estaba embarazada de ocho meses. Khalil estuvo detenido por un breve lapso en el estado de Nueva Jersey antes de que el Servicio de Inmigración lo trasladara a un centro de detención para inmigrantes de la localidad de Jena, en Luisiana, donde permanece encarcelado. El Servicio de Inmigración rechazó la solicitud de Kahlil para estar con su esposa cuando ella dio a luz, el 21 de abril, al primer hijo de la pareja, Deen. El 22 de mayo, luego de la presentación de una serie de recursos legales y de la presión pública, Mahmoud fue autorizado a reunirse con su esposa durante una hora y pudo cargar por primera vez a su hijo recién nacido.
Mahmoud —un palestino nacido en Siria que tiene ciudadanía argelina— lideró, junto a otros estudiantes, el campamento de solidaridad con Gaza instalado en la Universidad de Columbia en 2024 y fue uno de los principales interlocutores en las negociaciones con la institución. Al igual que en otros casos de personas señaladas por el Gobierno para ser deportadas, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, declaró que la permanencia de Mahmoud en el país “tendría graves consecuencias negativas para la política exterior de Estados Unidos”.
Los grupos que apoyan a Mahmoud realizaron una ceremonia de graduación paralela en una iglesia próxima al campus de Columbia, durante la cual su esposa leyó una carta que él escribió desde prisión: “Me alejaron de mi familia y de ustedes; me detuvieron simplemente por decir la verdad sobre Palestina. La Universidad de Columbia, el lugar al que vamos en busca de conocimiento, justicia y verdad, eligió el silencio en lugar de la solidaridad. La universidad me falló, pero ustedes no”.
Sin embargo, Mahmoud Khalil no estuvo completamente ausente de la ceremonia oficial de graduación. Cuando la rectora interina de la Universidad de Columbia, Claire Shipman, intentó dirigirse a los estudiantes recién graduados, estos respondieron con abucheos y con el cántico “¡Liberen a Mahmoud! ¡Liberen a Mahmoud!”.
El ataque de Israel contra Gaza que dio origen a los campamentos de solidaridad con Palestina en la Universidad de Columbia lleva ya más de 19 meses en curso, y continúa, al igual que las protestas multitudinarias en todo el mundo. Aliados tradicionales de Israel, como el Reino Unido, Canadá, Francia y la Unión Europea, han comenzado a tomar medidas para restringir el comercio y otros vínculos con ese país y le han exigido que permita el ingreso de alimentos y ayuda humanitaria al enclave palestino.
Mohsen Mahdawi sigue comprometido con la paz. Aunque se encontraba ya en la etapa final de su camino para obtener la ciudadanía estadounidense, ahora se ve obligado a luchar contra su deportación. Vestido con toga y birrete, frente a la Escuela de Asuntos Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad de Columbia, donde ha sido aceptado para realizar estudios de posgrado, Mohsen describió sus esperanzas para el futuro:
“Vengo aquí para estar en medio de este incendio porque soy un pacificador, porque soy un bombero. Mi propósito ahora es estudiar asuntos internacionales, con especial foco en la diplomacia y la seguridad, así como en la resolución de conflictos y el establecimiento de la paz. Mi historia es un testimonio de esperanza, que parte de un campamento de refugiados [en Palestina] y llega a Columbia”.
© 2025 Amy Goodman
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, [email protected]
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: https://www.democracynow.org/es/2025/5/23/graduacion_colombia_borrador