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Memorias presentes

Fuentes: La Jornada

El Holocausto judío es parte de la justificación para crear el Estado de Israel, pero esa memoria ahora es usada por sionistas y derechistas para justificar un genocidio contra otro pueblo, el palestino. Gaza se convirtió en algo entre lo que eran los guetos judíos en Europa y un campo de concentración gigantesco. En la imagen, calle de Al Rimal, en la franja. Foto Xinhua

El pasado 6 de agosto el mundo marcó el 80 aniversario del primer, y hasta hoy único, uso de un arma de destrucción masiva en la historia, la bomba atómica que Washington arrojó sobre Hiroshima. Tres días después lanzó un segundo obús de plutonio sobre Nagasaki.

Cinco días antes de este aniversario que inauguró la era nuclear, ese gran avance de la humanidad donde se inventaron los medios para aniquilar a la humanidad, el presidente estadounidense decidió jugar con su botón atómico. Anunció por sus redes sociales que había ordenado colocar dos submarinos nucleares en “lugares apropiados”, en respuesta a un tuit de un ex presidente ruso, y con ello tomar un primer paso posiblemente a un apocalipsis mundial. Los analistas, comentaristas, expertos, académicos y especialistas respondieron como lo hacen casi cada día, tratando de evaluar si la más reciente declaración de Trump era en serio o sólo otro berrinche más –o las dos cosas–. Pero casi todos decidieron que no había nada demasiado grave en que el comandante en jefe estaba jugando con una guerra nuclear, o sea, la respuesta general al mensaje irresponsable, el cual debería de ser inaceptable, fue casi igual de irresponsable, e igual, debería de ser inaceptable. La memoria de la muerte de unos 350 mil civiles en Japón hace 80 años parecía no provocar una acción en el presente.

En esa misma guerra en Europa, la muerte sistemática de 6 millones de judíos, comunistas y anarquistas, entre otros, por el régimen nazi –como también las vidas de quienes resistieron el franquismo y al fascismo italiano– son parte central de esa historia.

El Holocausto judío es parte de la justificación para crear el Estado de Israel, pero esa memoria ahora es usada por sionistas y derechistas para justificar un genocidio contra otro pueblo, el palestino. Gaza se convirtió en algo entre lo que eran los guetos judíos en Europa y un campo de concentración gigantesco. Desde organizaciones judías progresistas en Estados Unidos, hasta los activistas de Jewish Voice for Peace (los estudiantes judíos que ayudaron a encabezar las protestas masivas en las universidades), sobrevivientes del Holocausto judío, rabinos en acciones de desobediencia civil, junto con la condena de la guerra de Israel –y la complicidad estadunidense– por intelectuales, artistas y actores judíos que rehúsan permitir el uso de esa memoria para justificar la ofensiva de Israel contra los palestinos, son parte de un coro que una y otra vez retoma la frase “Nunca más”, en referencia a luchar contra todo intento para repetir ese magno crimen, no sólo contra ellos, sino contra cualquier pueblo.

La amnesia histórica es fundamental para el ejercicio del poder aquí. Eso permite continuar con barbaridades actuales, desde amenazas de guerra nuclear hasta complicidad con un genocidio, entre otras cosas. Por ello es tan esencial, y tan peligroso para el poder, que los historiadores, filósofos, novelistas, cineastas y músicos hagan presente a la memoria.

Es clave que un intelectual como Jeffrey Sachs afirme que Estados Unidos ha sido “el país mas violento del mundo desde 1950”, recordando que entre 1945 a 1989 realizó más de 70 operaciones de cambio de régimen. La obra de Howard Zinn y sus herederos, la de Noam Chomsky y tantos más, para hacer presente la memoria son el antídoto necesario contra esa amnesia dentro del país más poderoso del planeta.

El cómico George Carlin hace varios años ofreció un telegráfico resumen de la historia estadounidense: “este país está fundado sobre la doble moral, es nuestra historia. Fue fundado por esclavistas que querían ser libres… Para ello mataron a un montón de ingleses blancos y así poder continuar siendo dueños de africanos negros, para entonces continuar aniquilando al resto del pueblo indígena rojo y proceder al oeste para robarse el resto de la tierra del pueblo mexicano moreno, para así tener un lugar donde despegar con sus armas nucleares para aventarlas sobre el pueblo japonés amarillo”. Tal vez se necesiten más historiadores cómicos.

Hacer que la memoria esté presente permite cambiar el futuro.

Ry Cooder, Ani DiFranco, John Mellencamp, Rosanne Cash, Tom Morello. This Train is Bound for Glory. https://www.youtube.com/watch?v=aKDzSPIJaKY

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2025/08/11/opinion/027o1mun