Cuando expulsan a los bufones de la corte, ya es un momento peligroso.
Jon Stewart, un bufón clave en la evolución de la comedia política y social moderna en Estados Unidos –quien por un tiempo fue el presentador de noticias más confiado del país, a pesar de que su programa era un noticiero ficticio–, alertó en 2022 al aceptar el premio Mark Twain que “la comedia no cambia al mundo, pero es un barómetro; somos la cáscara de plátano en la mina de carbón. Cuando una sociedad está bajo amenaza, los cómicos son los primeros en ser expulsados… es un recordatorio de que la democracia está bajo amenaza”.
Primero se anunció que el cómico y conductor de programa nocturno de entrevistas de CBS, Stephen Colbert, sería cancelado al vencer su contrato el próximo año, y después, sólo hace unos días, Jimmy Kimmel fue suspendido de su programa nocturno en ABC, luego de un comentario bastante moderado sobre el asesinato del aliado político cercano al mandatario, evento que se ha empleado para lanzar una ofensiva frontal contra opositores del gobierno federal. En ambos casos, el ocupante de la Casa Blanca festejó el despido de Colbert y la suspensión por ahora del programa nocturno de Kimmel.
Si algo no aguanta el presidente es cualquier burla hacia él y su gobierno. Una y otra vez ha dejado claro que no tolera que se rían de él, y como se ha visto, está preparado para vengarse personalmente con quien se atreva. Hasta ahora, los bufones de la corte, y se pueden identificar así porque tienen programas en las principales cadenas de las más importantes empresas de medios, son invitados a actos oficiales, incluyendo (anteriormente) cenas con mandatarios, los invitados a sus programas abarcan a secretarios de gabinete, legisladores federales, ex candidatos presidenciales y más, por eso son y eran parte de la corte.
Cómicos y caricaturistas y otros artistas del humor siempre han sido parte integral de la vida política y social estadunidense –muchos eran considerados parte de la corte. Varios provocaron la ira de los poderosos y algunos fueron censurados directa e indirectamente, pero no fueron perseguidos por la Casa Blanca y hasta por el propio presidente (tal vez con la excepción de las víctimas del macartismo incluyendo a Charlie Chaplin y Zero Mostel, entre otros).
Hasta ahora, no había órdenes directas desde la Casa Blanca para atacar a algún cómico, payaso o bufón ni se festejaban abiertamente sus despidos o censura. Hace unas semanas, Trump comentó en redes sociales: “me encanta que Colbert fue despedido”, y dijo que esperaba que algo parecido le ocurriera a Kimmel y Jimmy Fallon, conductor del programa nocturno de charla de NBC, que compite con los otros dos.
Esta persecución a los comediantes es sólo parte de una ofensiva política realizada en múltiples frentes, incluido el cultural, el universitario, el filantrópico, contra medios de noticia y hasta altos funcionarios del gobierno federal –entre ellos fiscales y agentes de la Oficina Federal de Investigaciones, FBI– calificando a todos de ser parte de la “izquierda radical”. “Los primeros nueve meses del segundo periodo de Donald Trump han sido un ejercicio vertiginoso en renombrar a aquellos desfavorecidos por la Casa Blanca como enemigos de Estado”, resume Jonathan Blitzer en The New Yorker.
Críticos han señalado que la persecución del humor tiene sus antecedentes. Señalan por ejemplo que en 1939, Joseph Goebbels, hizo purgas de cómicos prohibiendo sus presentaciones en público, como el caso de cinco actores de teatro y cabaret a quienes acusó de “una falta de actitud positiva hacia el socialismo nacional”, causando “molestia grave en público y especialmente a camaradas del partido”. Los calificó de “impertinentes, arrogantes y sin tacto” y hasta imitadores de judíos, reportó el New York Times en una nota fechada en Berlín el 4 de febrero de 1939.
Otros creen que este tipo de comparaciones son exageradas, y que siempre ha existido intentos de censura por los políticos y los que están en poder.
Pero esto ya no es cualquier payasada y el futuro inmediato promete ser cada vez menos chistoso.
Neil Young, Big Crime. https://www.youtube. com/watch?v=q0-8_La3_eI