Ese hecho dañó hace 35 años el orgullo de Estados Unidos y resultó decisivo para que el republicano Ronald Reagan ganara luego la presidencia de ese país en 1980.
Aquel hecho ocurrido el 4 de noviembre de 1979 sigue siendo hoy reivindicado por los grupos más conservadores de la Revolución Iraní que se oponen la política de deshielo puesta en marcha con la Casa Blanca por el presidente moderado, Hassan Rohani.
La crisis se resolvió luego de 444 días, con la liberación de 52 diplomáticos y ciudadanos estadounidenses, el 20 de enero de 1981. Previamente, otro grupo había sido puesto en libertad por cuestiones humanitarias.
Todo empezó cuando alrededor de 500 estudiantes ocuparon la sede diplomática estadounidense, mientras se realizaba una marcha por las calles de Teherán.
Al grito de «Marbar» Estados Unidos (Muerte a Estados Unidos), los estudiantes protestaban por la decisión del gobierno del demócrata Jimmy Carter de dar asilo temporal al derrocado sha Reza Pahlevi.
El ex monarca había viajado a Nueva York el 22 de octubre de 1979 para someterse a un tratamiento contra el cáncer, tras ser derrocado por la Revolución Iraní que lideraba Ruhollah Khomeini para establecer un gobierno de carácter islámico, el 11 de febrero de 1979.
Algunos informes, citados por la prensa, señalan que la toma de la embajada había sido planificada por los grupos más radicales de la Revolución iraní, comandados por el ayatollah Sadeg Jaljali.
Jaljali, quien falleció en noviembre de 2003, ganó notoriedad por haber condenado a muerte por contumacia (actitud de mantenerse obstinadamente en un error) al ex shah de Irán. Además, ordenó la ejecución del ex primer ministro Amir Abas Hoveyda, entre otros ex jerarcas del antiguo régimen.
Luego de tomar la embajada, los estudiantes reclamaron que Washington entregue al ex sha, a quien consideraban un títere de la Casa Blanca, para que sea juzgado por los crímenes cometidos por la policía secreta, SAVAK.
A pesar de que rompió relaciones diplomáticas con Irán en abril de 1980, y luego impuso un embargo comercial contra ese país, el presidente Carter nunca pudo encontrarle la vuelta a la crisis para lograr una solución satisfactoria para Washington.
El 25 de abril de 1980, Carter lanzó un desesperado intento de rescate para liberar a los rehenes, llamado «Operación Garra de Águila», que fracasó en el desierto iraní.
El comando de marines -que viajaba a bordo de un portaaviones que atravesaba el Golfo Pérsico- partió en ocho helicópteros que debían reunirse con aviones de transporte en un punto secreto.
Pero dos de las aeronaves interrumpieron su misión por fallas técnicas durante el vuelo, y un tercer helicóptero fue abandonado en el desierto.
Además, un cuarto helicóptero chocó contra un avión de transporte, después de llenar sus depósitos de combustible, causando la muerte de ocho soldados estadounidenses.
La llegada de Reagan a la presidencia marcó el inicio de una nueva etapa en la crisis, ya que la fracasada misión de liberar a los rehenes fue decisiva para que el candidato republicano venciera a Carter en las elecciones del 4 de noviembre de ese año.
Reagan se impuso a Carter por el 51% de los votos, contra el 41% del líder demócrata, además de lograr la mayoría en el Senado por primera vez en 28 años. Carter ganó en solo 6 de los 50 estados de la Unión.
Finalmente, los rehenes norteamericanos fueron liberados el 20 de enero de 1981, tras una serie de negociaciones en las que intervino la diplomacia argelina.
Según algunos historiadores, Teherán accedió a negociar seriamente cuando la Casa Blanca advirtió que el bloqueo económico dispuesto por Estados Unidos impediría a ese país el recambio de armamento pesado, lo que era fundamental para la guerra contra Irak (1980-1988).
El 12 de junio de 1981, ambos gobiernos firmaron los Acuerdos de Argelia, que implicaron la liberación de los rehenes y el fin de las sanciones a Irán.
También se descongelaron propiedades financieras en Estados Unidos por unos 8000 millones de dólares, y se suspendió la prohibición a las importaciones petroleras, entre otros puntos.
«La caída del sha de Irán en 1979 fue con mucho la revolución más importante de los años setenta y pasará a la historia como una de las más grandes revoluciones sociales del siglo XX», dice el celebrado historiador británico Ernest J. Hobsbawm en su libro «Historia del Siglo XX».
Para Hobsbawm, la revolución iraní «fue la respuesta al programa de modernización e industrialización (y rearme) que el sha emprendió sobre las bases de un firme apoyo de Estados Unidos y de la riqueza petrolífera del país, cuyo valor se multiplicó tras 1973 a causa de la revolución de los precios de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo)».
Este nuevo aniversario de la toma de la embajada estadounidense se conmemora en momentos en que Teherán y el Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania, están a punto de firmar un acuerdo antes de la fecha límite del 24 de noviembre, que pondría fin a más de una década de negociaciones y sanciones contra Irán.