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Declaración de la Red Global de Salud Mental-Palestina

Acerca de los recientes actos de agresión sionista, el asedio brutal y las matanzas en ciudades, pueblos y campos de refugiados palestinos.

Fuentes: Palestine-Global Mental Health Network

Traducido del inglés para Rebelión por María José Lera

A nuestros colegas profesionales de la salud mental de todo el mundo:

Un digno saludo de libertad y justicia para nuestro pueblo y para todos los pueblos que luchan por su liberación y la protección de sus derechos.

La Red Global de Salud Mental-Palestina [Palestine-Global Mental Health Network] denuncia enérgicamente las brutales acciones llevadas a cabo por el aparato de soldados y colonos de la ocupación israelí contra el pueblo palestino. Desde principios de 2022 la ocupación ha matado a más de cien palestinos. Este sistema de asentamientos de colonos ha destruido propiedades, ha desplazado a familias y ha impuesto un asedio en nuestras ciudades y pueblos, el último de los cuales culminó con el cerco total por parte de Israel del campo de refugiados de Shuafat y del pueblo de Annata.

Hoy, queridas y queridos colegas, nos dirigimos a vosotros en desde la base de nuestras creencias e ideales como profesionales de la salud mental. Creemos que la fortaleza del ser humano -ante terribles circunstancias estructurales que implican el crecimiento y el básico sustento- se basa en su lucha por su liberación. Defendemos firmemente la necesidad de restaurar la agencia de las personas, su sentido de poder controlar sus vidas y sus circunstancias, y hacemos nuestro llamamiento considerando las condiciones políticas actuales y recientes en Palestina.

Nuestro papel como profesionales de la salud mental va desde ser terapeutas que tratan los daños y perjuicios de eventos pasados, ​​y la inmensa carga histórica de migrantes, desplazamientos, detenciones, deportaciones, hasta ser testigos de los daños y perjuicios diarios que se practican en la psique palestina que nos rodea y a la que pertenecemos. Estas formas de violencia colonial intentan despojarnos de nuestro sentimiento de sentirnos competentes, capaces de cambiar y crear nuestra propia realidad. Estamos comprometidos con la liberación colectiva, y en este ejemplo particular, con la liberación de Palestina. Apelamos a su solidaridad para que se una a nosotros en nuestra negativa a rendirnos o renunciar a la violencia, y nuestra perseverancia en la defensa de nuestro derecho a la justicia y la dignidad.

Más allá de los abusos antes mencionados, los sionistas continúan violando nuestros derechos humanos a la vida, a la dignidad y al acceso a servicios vitales. Esta violencia colonial viola y restringen nuestra libertad de movimientos, y un ejemplo son los más de 15 años del asedio a Gaza. Estas fuerzas brutales intentan aniquilar al pueblo palestino. En los últimos meses, hemos sido testigos de una escalada en la agresión personal y militar, y de una intensificación de la fragmentación de nuestro pueblo a través de la imposición de asedios adicionales. Han aumentado las detenciones por parte de Israel de nuestra gente en Nablus, Jenin y Jerusalén, han concentrando sus incursiones en los palestinos que viven en campos de refugiados.

El campo de refugiados de Shuafat – rodeado por el muro de separación y por barreras militares- pertenece al municipio de Jerusalén, por lo que sus residentes tienen residencia en Jerusalén. A pesar de esto, el campo de refugiados de Shuafat y la ciudad adyacente de Annata se encuentran sitiados desde el pasado sábado 8 de octubre de 2022. A los residentes, que comprenden 18.000 refugiados registrados y 130.000 palestinos, se les impide salir de la zona. Entre estos residentes se incluyen trabajadores, estudiantes, niños y niñas que necesitan salir del campo de refugiados para continuar con su vida diaria. Además, a los pacientes también se les ha restringido el acceso a los servicios y a los tratamientos de salud necesarios. Los residentes del campo de refugiados se opusieron a este asfixiante asedio que ha durado cinco días, de manera que a pesar de su grave sufrimiento, palestinas y palestinos declararon la desobediencia civil a estas prácticas sionistas punitivas y brutales.

Además de los asedios al campo de refugiados de Shuafat, Nablus, Jenin y otras áreas palestinas, las fuerzas de ocupación continúan asaltando brutalmente escuelas con sus estudiantes dentro, asaltando casas por la noche y antes del amanecer; lanzan bombas lacrimógenas para ahogarlos y, de hecho, han matado por asfixia a niños y ancianos (incluido un bebé de siete días). Mientras estos hechos ocurrían también impedían el acceso a la asistencia médica. Además, las fuerzas israelíes intensificaron las detenciones de niños menores de 10 años.

Los actos amplificados de terror, matanza y asfixia, el abuso a las personas palestinas en los puestos de control y la falta de seguridad en cualquier zona palestina amenaza la vida decente, estable y equilibrada del pueblo palestino hoy y en el futuro, y pone en peligro su salud física y mental. Estos horribles actos también violan los derechos humanos más básicos, como el derecho de las personas, incluidas las menores, a vivir en un entorno seguro, que les permita un crecimiento y un desarrollo saludables.

Durante esta escalada la ocupación atacó sistemáticamente a civiles, incluidos periodistas, trabajadores de la salud, médicos y maestros, incluso mientras realizaban su trabajo. Estos no son actos de violencia al azar, sino que se ejecutan con la intencionalidad total de debilitar y atacar la humanidad de los palestinos matando su vitalidad y cualquier forma de rechazar la opresión. Lo que quieren es inhibir la capacidad del pueblo palestino de luchar por sus derechos, instaurar su dignidad y reivindicar su papel activo en la sociedad. La intensificación de los ataques sirve para intimidar, aniquilar y transformar al palestino en un alma apática, que se someta fácilmente a la ocupación y sea incapaz de resistir ante tanta opresión. Según el asentamiento de colonos, la única forma en que se le permite existir a un palestino es consumiendo el contenido y los productos de la ocupación. Quitar al alma humana su inclinación natural a actuar y reaccionar es algo que nosotros, como trabajadores de la salud en Palestina, rechazamos y nos negamos a adoptar, y nos opondremos a que le suceda a ningún palestino ni a ninguna persona en el mundo.

La larga lucha ha demostrado que nuestro pueblo palestino, dondequiera que esté, es un pueblo activo y vibrante, que no será complaciente y se negará a volverse indefenso. El pueblo palestino continúa luchando contra la injusticia con sus voces, hechos y posición. Sucumbir a la opresión es un medio de aniquilamiento, mientras que la vitalidad y la movilidad son características de la salud mental y el deseo de vivir la vida que todos merecemos.

Nosotros, como profesionales de la salud mental, somos conscientes de que la realidad política influye en la configuración de la psique humana. Nos es imposible, de acuerdo con la ética de nuestra profesión, guardar silencio sobre este daño y expresamos aquí nuestra condena y negativa a aceptarlo. Hacemos hincapié en que no podemos ayudar a un alma a liberarse de sus cargas mientras estemos encadenados por el dominio del sistema letal de la ocupación. En un sistema que silencia la voz de los débiles y evita que se les escuche, tomar una posición contra la neutralidad es una forma de rechazar el estado de impotencia impuesto por el régimen israelí.

Para alinearnos con la verdad, la justicia y el profesionalismo, nos posicionamos y expresamos nuestro llamamiento a la justicia como profesionales y miembros de la sociedad humana. Deploramos y condenamos la afirmación de profesionalismo de los compañeros practicantes mientras llevan a cabo un flagrante ataque a la justicia y se alinean con la injusticia. Esto se vio claramente en el reciente asalto a la mezquita Al-Aqsa por parte de colonos israelíes, que estaban acompañados por el psicólogo canadiense Jordan Peterson, el cual participó activamente en impedir que los fieles palestinos entraran y practicaran sus rituales religiosos en la mezquita de Al-Aqsa. A la luz de esta política de mal uso del concepto de neutralidad, hacemos un llamado al apoyo de los profesionales en todas nuestras ubicaciones en la Palestina histórica, para ser conscientes y resistir esta política nefasta en todas sus formas.

Estamos con nuestros colegas en los lugares bajo ataque y asedio en Palestina, así como con nuestros colegas en todo el mundo que se enfrentan a las fuerzas de la opresión colonial y los intentos de destruir la salud mental liberadora.

Vuestros colegas.

18 de octubre de 2022

Fuente: https://www.pgmhn.org/statements/position-paper

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción