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Kuwait

Acoso y derribo de las libertades sexuales

Fuentes: Aish

El último informe publicado por Human Rights Watch muestra un panorama desolador para las mujeres transexuales (son aquellas personas que, a pesar de haber nacido hombres, se consideran y se sienten mujeres) en el Estado de Kuwait. El documento de 63 páginas, titulado Nos cazan para divertirse: Discriminación y violencia policial contra las mujeres transexuales […]

El último informe publicado por Human Rights Watch muestra un panorama desolador para las mujeres transexuales (son aquellas personas que, a pesar de haber nacido hombres, se consideran y se sienten mujeres) en el Estado de Kuwait.

El documento de 63 páginas, titulado Nos cazan para divertirse: Discriminación y violencia policial contra las mujeres transexuales se basa en entrevistas a 40 mujeres transexuales kuwaitíes; así como a funcionarios, abogados, médicos y miembros concretos de la sociedad civil, para concluir que las ciudadanas en las que se centra el estudio sufren abusos físicos, sexuales y emocionales por parte de la policía, además de la habitual discriminación social y laboral.

Aunque esta exclusión es habitual en la monarquía kuwaití, denuncia que la reforma del artículo 198 del Código Penal fechada en 2007, que penaliza «la imitación del sexo opuesto», sin detallar en qué consiste esta falta, ni aceptar excepciones en relación a las personas que según el Ministerio de Sanidad de Kuwait sufren un trastorno de identidad de género (TIG); ha abierto las puertas al abuso policial, iniciado en el momento en que se realizan detenciones arbitrarias a mujeres transexuales acusadas de tener «una voz delicada» o «una piel suave»; incluso aunque vistan como cualquier hombre kuwaití. A partir de ese momento suelen ser objeto de humillaciones que van desde el maltrato físico, hasta el abuso sexual.

En las entrevistas que los investigadores de Human Rights Watch mantuvieron con algunas de las 40 transexuales, salieron a la luz casos denigrantes como el hecho de que las hubieran obligado a desnudarse para ser exhibidas en los alrededores de la comisaría, que se les arrojase basura, que hayan sido golpeadas o chantajeadas para mantener relaciones sexuales amenazándolas con un largo y tortuoso período de cárcel si se negaban a aceptar.

Muchas de las mujeres entrevistadas no han denunciado a los policías ante la justicia, conocedoras de que la enmienda del artículo 198 del Código Penal las sitúa en tierra de nadie, o más bien, las deja al margen de derechos básicos internacionales, al ser consideradas por la mayor parte de la sociedad como «bichos raros» o enfermas contagiadas por ideas diabólicas y ateas occidentales. Sin embargo, tal y como recuerda la organización Human Rights Watch, en el Derecho Internacional «criminalizar la expresión y la identidad de género de un individuo es una violación del derecho a la no discriminación, la igualdad ante la ley, la libertad de expresión, la autonomía personal, la integridad física y la privacidad». Por eso, Sara Leah Whitson, directora de la región Oriente Próximo en la ONG Human Rights Watch, declaró que «nadie -independientemente de su identidad de género- merece ser detenido en virtud de una ley vaga y arbitraria, para luego ser maltratado y torturado por la policía», añadiendo que «el Gobierno de Kuwait tiene el deber de proteger a todos sus residentes, incluso a los grupos que enfrentan la desaprobación popular, o la conducta brutal de la policía y la aplicación de una ley injusta».

Es por ello que, la Asamblea Nacional, no sólo debe derogar la enmienda que criminaliza a una minoría de la población exclusivamente por su elección sexual, sino que debe tomar medidas para investigar a aquellos policías que hayan podido participar en estos abusos, así como poner en marcha los mecanismos necesarios para reparar los daños causados a las transexuales sin que teman sufrir represalias.

Ahondando también en la discriminación por sexo

Los resultados electorales de febrero han dinamitado las esperanzas de muchas mujeres en el posible avance hacia la igualdad de género. Estas esperanzas se vieron truncadas, primero cuando ninguna de las cuatro candidatas al Parlamento, lograron validar su asiento. Después, cuando la Asamblea Nacional quedó en manos de una mayoría islamista, principalmente pertenecientes al brazo político de los Hermanos Musulmanes. Y por último, cuando en la formación del nuevo Ejecutivo tampoco se nombró a ninguna fémina.

Rola Dasthi , ex legisladora del Estado, confesó su preocupación por la victoria de los islamistas, ya que puede contribuir a presionar a las mujeres para retirarse de la vida pública. «¿Qué pasará si se aprueba una ley que nos mantenga fuera del mercado laboral, como sería recibir un sueldo por permanecer en casa?», se pregunta esta ex legisladora.

De momento, seis parlamentarios han presentado un proyecto de ley para crear una comisión centrada en los crímenes relacionados con la inmoralidad pública. Para ello proponen la formación de un Departamento de Persecución del Delito Moral Público, bajo la tutela del Fiscal General del Estado. Comprendería la formación de un departamento de policía con capacidad legal para perseguir estos delitos morales.

Los legisladores justificaron este proyecto de ley bajo el pretexto de unificar a las autoridades que a día de hoy pueden investigar los crímenes de inmoralidad públicas, responsables que dependen del Ministerio del Interior o del Ministerio Fiscal.

El proyecto de ley será revisado por la Asamblea Nacional antes de ser expuesto a la votación parlamentaria.

Relacionado con lo anterior, ha salido a la luz un informe que anuncia la aplicación de una campaña policial para detectar comportamientos inmorales. Se centra en el control exhaustivamente de los cafés de mujeres. Pretenden detectar violaciones de la ley en cafés donde se cree que dan cobijo a «prácticas negativas», como el servicio de citas entre hombres y mujeres.

El parlamentario islamista Waleed Al-Tabtabaei expresó su rotundo apoyo a las medidas adoptadas por el Ejecutivo, ya que, alertó: «Algunos cafés se han convertido en algo parecido a cabarets, en los que la desnudez y las citas están alojados». El diputado Ahmad Al-Azmi declaró al respecto que «se deben adoptar medidas estrictas para frenar la propagación de estas prácticas en las cafeterías y en otros lugares. Estos problemas pueden dañar a nuestros jóvenes que son la base esencial del Estado y de su futuro». También advirtió contra «la permisividad hacia algunos cafés que se han convertido en casas de vicio donde se cometen todo tipo de inmoralidades».

Salones de belleza o piscinas femeninas también están en el punto de mira, considerados focos de indecencia, para lo cual se pretende crear una comisión de policías femeninas.

Al mismo tiempo, sigue adelante la propuesta para aplicar la pena capital o la cadena perpetúa a quienes insulten al Profeta, o sean acusados de blasfemia. El diputado Nabil Al-Fadel presentó un proyecto de ley para imponer una pena de uno a tres años o una elevada multa económica a los que sean acusados de injuriar la bandera kuwaití.

Aún así, a pesar de que los tiempos se dibujan difíciles en el avance hacía mayores derechos y libertades de los ciudadanos, Kuwait es en estos campos, probablemente, uno de los países más avanzados de la región. Y como no todas la noticias iban a ser negativas, el Tribunal Administrativo consideró ilegal la negativa del Ministerio de Justicia a aceptar entre sus filas a una mujer legisladora alegando que se trata de una situación contraria a la sharia. La mujer había denunciado la negativa a que las mujeres se incorporen a la carrera judicial argullendo que esta medida es contraria a la Constitución kuwaití, en la que, al menos en el papel, se garantiza la igualdad entre hombres y mujeres. Un fallo del tribunal que supone una jurisprudencia positiva, y que puede animar a las mujeres ha adoptar medidas legales contra las innumerables injusticias y discriminaciones a las que están sometidas debido al carácter y la tradición profundamente machista y patriarcal.

Fuente original: http://www.aish.es/index.php/component/content/article/218-claveskuwait/2893-kuwait-02052012-acoso-y-derribo-de-las-libertades-sexuales