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Air Madrid, Vueling: siembra privatizaciones y recoge tempestades

Fuentes: PSUC Viu

Escribo esto con una maleta que hace 35 horas que espero, tras un breve viaje con la compañía VUELING -menudo nombre-, de la que dicen que es un «modelo a seguir» para la «nación» de turno por su «éxito» en Bolsa. En realidad, su dueño es un Accionista Principal que se ENRIQUECE a través del […]

Escribo esto con una maleta que hace 35 horas que espero, tras un breve viaje con la compañía VUELING -menudo nombre-, de la que dicen que es un «modelo a seguir» para la «nación» de turno por su «éxito» en Bolsa. En realidad, su dueño es un Accionista Principal que se ENRIQUECE a través del MARKETING: en el caso que nos ocupa, Josep Miquel Abad, otro «ex» reconvertido en explotador por la vía -siempre «buenrollera»- del PSOE, al calor de los suculentos negocios de los años 80 y 90, que acabaron con los principios ideológicos de más de uno, en pos de hacerse ricos.

Pero el concepto «low cost» no es pues un modelo para nadie, y menos para un país, sino una vergüenza, por ineficiencia, por mal servicio y por carestía. En el capitalismo, lo barato, le sale caro al que lo paga, o sea al consumidor/usuario, porque el bien o el servicio es de mala calidad y debe ser sustituido rápidamente y-o genera pérdidas de tiempo. Y eso tan «barato» enriquece a quien lanza la oferta vía márketing: es un principio elemental del capitalismo.

Las compañías de bajo coste -Air Madrid, Vueling- creadas bajo el amparo privatizador de los gobiernos neoliberales son, en realidad, una TRAMPA. ¡¡¡Por ahorrar, ahorran hasta en aviones!!! Y eso es lo que le ha pasado a Air Madrid, que para ahorrar combustible era capaz de apagar motores en pleno vuelo océanico, según Aviación Civil!!! Si esto no es barbarie…

Los trabajadores, por supuesto, son carne de cañón: muchas horas, sueldos justísimos, poco sueño, curro a destajo, falta de derechos sindicales, de unión entre ellos. Encima deben aguantar todas las broncas del personal, cuando, en realidad, quien las merece -y a grito pelado- son los nuevos ricos del aire, básicamente señores ligados a negocios inmobiliarios, los hoteles y el turismo.

He observado que muchos de los trabajadores de estas compañias no son españoles, cosa que me da igual: pero en la lógica neoliberal un patrón español contratará a europeos del Este o a latinoamericanos, que no estén sindicados, para que trabajen y callen so pena de ser despedidos: ¡¡¡la deslocalización de la barbarie!!!!

Los pasajeros están muy desatendidos, dentro del avión. En breve, hasta por el oxígeno habrá que pagar. No dan ni un vaso de agua, como antes. Si quieres algo, lo pagas, como si los 125 euros gastados por un trayecto corto (115 más de los que prometía el mentiroso anuncio a todo color que sale en el metro) no fueran suficientes como para merecer un simple vaso de H2O.

Luego, caos de planificación: vuelos que, para salir en «timing» -como dicen ellos-, dejan tiradas las maletas en el aeropuerto de salida (¿pero qué se han pensado!!??) y tú esperando con cara de póquer durante una hora delante de la cinta. Luego, reclamas y te dicen que te la llevarán a casa: otra mentira: se subcontratan a empresas fantasma para hacer servicios que nunca se cumplen (normal, los pocos trabajadores que tienen, también para ahorrar «costes», no deben dar abasto, los pobres).

Mientras, la dirección de la compañía, que cumple las órdenes de unos oligarcas curtidos en el tocho y metidos en el negocio del aire, dice que se «limpia las manos», cuando en realidad las tienen manchadas de dinero sucio.

Algunos deben esperar durante días que les llegue la maleta. Otros, inmigrantes de Ecuador, Perú, Argentina o Colombia, han pagado más de 1.500 euros para cruzar el charco para visitar a sus familias por Navidad, tras muchos años intentando ahorrar para realizar el viaje. Y resulta que la compañía se ha «volatilizado» y con ella, los 1.500 euros multiplicados por 130.000 viajeros. Mi calculadora me da 195 millones de euros ganados por Air Madrid. Y no devueltos.

El espectáculo de las compañías aéreas españolas no ha hecho más que empezar.

Frente al caos especulativo del aire:

¡Nacionalización de toda la cadena del sector aéreo ya!

¡Trabajadores y usuarios unidos jamás serán vencidos!