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Alice Walker declina la petición de publicar una edición israelí de «El color púrpura»

Fuentes: PACBI

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

En una apasionada carta [véase más abajo], la conocida escritora estadounidense Alice Walker deniega la autorización de una edición israelí de su novela El color púrpura debido a que Israel «es culpable de apartheid y de la persecución del pueblo palestino». Y concluía: «ahora no es el momento».

 

Carta de Alice Walker a los editores de Yediot Books*, 9 de junio de 2012.

Estimados editores de Yediot Books:

Muchas gracias por querer publicar mi novela El color púrpura. En este momento no puedo permitirlo por la siguiente razón: como puede que ustedes sepan, el pasado otoño se reunió en Sudáfrica el Tribunal Russell sobre Palestina y determinó que Israel es culpable de apartheid y de la persecución del pueblo palestino, tanto dentro de Israel como en los Territorios Ocupados. El testimonio que escuchamos de israelíes y de palestinos (participé en el Tribunal como magistrada) fue devastador. Yo crecí bajo el apartheid estadounidense y esto era mucho peor. Es más, a muchos de los sudafricanos que participaron en el Tribunal, incluyendo a Desmond Tutu, les pareció que la versión israelí de estos crímenes era incluso peor que la que ellos habían padecido bajo los regímenes supremacistas blancos que durante tanto tiempo dominaron Sudáfrica.

Tengo la esperanza de que el movimiento no violento de BDS (boicot, desinversión y sanciones), del que formo parte, incida suficientemente en la sociedad israelí para cambiar la situación.

En ese aspecto, voy a poner un ejemplo ocurrido hace años del compromiso de El color púrpura con el esfuerzo mundial por librar a la humanidad de su autodestructivo hábito de deshumanizar a poblaciones enteras. Cuando se terminó la película El color púrpura y todas las personas que la habíamos hecho decidimos que nos gustaba, su director, Steven Spielberg, se enfrentó a la decisión de decidir si se debía permitir que viajara a Sudáfrica y se mostrara al público sudafricano. Yo presioné en contra de ello porque, como ocurre hoy con Israel, habían un movimiento de BDS de la sociedad civil cuyo objetivo era cambiar las políticas de apartheid de Sudáfrica y, de hecho, transformar al gobierno.

Para mí no fue particularmente difícil mantener esta postura: creo profundamente en los métodos no violentos de cambio social aunque a veces parezca que estos cuestan demasiado tiempo, pero lamenté no poder compartir inmediatamente nuestra película con (por ejemplo) Winnie y Nelson Mandela y sus hijos, y con la viuda e hijos del brutalmente asesinado bajo custodia policial, Steven Biko, el periodista y defensor de la integridad y de la libertad africanas.

Decidimos esperar. Qué felices fuimos todos cuando se desmanteló el régimen de apartheid y Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente de color de Sudáfrica.

¡Solo entonces mandamos [a Sudáfrica] nuestra hermosa película! Y a día de hoy, cuando estoy en Sudáfrica puedo mantener la cabeza alta y nada obstaculiza el amor que fluye entre mí y su pueblo.

Con esto quiero decir que me gustaría saber que mis libros son leídos en su país, especialmente por los jóvenes y por los valientes activistas israelíes (judíos y palestinos) que luchan por la justicia y la paz, y con los que he tenido el placer de trabajar. Espero que un día, quizá pronto, esto ocurra. Pero ahora no es el momento.

Debemos seguir trabajando en ello y esperar.

Con la esperanza de que a partir de actos pequeños se puede crear un futuro mejor,

Alice Walker

*Esta carta se publica con permiso de la autora

Fuente: http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1917