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Ampliar el debate, de eso se trata la democracia

Fuentes: Democracy Now!

Este miércoles, unos kilómetros al sur del lugar donde se desarrolló el primer debate presidencial entre Barack Obama y Mitt Romney, el informativo de «Democracy Now!» rompió el cerco mediático y amplió el debate restringido y a puertas cerradas que se estaba llevando a cabo en la Universidad de Denver. Nuestra emisión incluyó a dos […]

Este miércoles, unos kilómetros al sur del lugar donde se desarrolló el primer debate presidencial entre Barack Obama y Mitt Romney, el informativo de «Democracy Now!» rompió el cerco mediático y amplió el debate restringido y a puertas cerradas que se estaba llevando a cabo en la Universidad de Denver. Nuestra emisión incluyó a dos candidatos presidenciales de partidos que no fueron invitados a debatir. La Dra. Jill Stein, del Partido Verde, y Rocky Anderson, del Partido de la Justicia, respondieron a las mismas preguntas planteadas a los candidatos de los dos principales partidos en tiempo real, desde sus propios podios, a apenas unos kilómetros de distancia de los de Obama y Romney. El objetivo era abrir el debate para incluir las voces que no son escuchadas o que son marginadas por los medios masivos. (El candidato del Partido Libertario, Gary Johnson, también fue invitado a participar en nuestro debate, pero rechazó la invitación).

El Presidente Obama hizo un planteo interesante a finales de 2011, cuando dijo en el programa ’60 Minutos’: «No me comparen con el Todopoderoso; compárenme con la alternativa». Ojalá la población tuviera una amplia variedad de alternativas frente a las cuales compararlo. De hecho, existen esas alternativas, simplemente que la mayoría de la población no lo sabe. El motivo por el que no lo sabe es que los medios no brindan información acerca de la política ni de las campañas de los terceros partidos. Sus campañas, además, carecen de fondos para comprar tiempo en el aire en televisión o para competir con los monstruos que recaudan fondos para las campañas de los partidos Demócrata y Republicano. Todo esto provoca que haya menos diversidad de voces y muchas menos alternativas a la hora de votar.

No siempre fue así. En 1980, la Liga de Mujeres Votantes estaba a cargo de los debates, y el candidato independiente a la presidencia John B. Anderson pudo participar en el debate presidencial (el entonces Presidente Jimmy Carter se opuso a su participación y boicoteó el evento). En 1992, el candidato multimillonario Ross Perot utilizó sus fondos personales para superar la barrera mediática a su campaña presidencial. Su exitoso desempeño en el debate lo puso temporalmente por encima de Bill Clinton y de George H.W. Bush en las encuestas.

Desde entonces, a ningún candidato de una tercera fuerza política se le ha permitido participar en los debates presidenciales. Los debates son organizados por la Comisión de Debates Presidenciales, una organización que George Farah, fundador y director ejecutivo de Open Debates, describe como «una empresa privada financiada por Anheuser-Busch y otras grandes empresas, que fue creada por los partidos Demócrata y Republicano para sacarle el control de los debates presidenciales a la Liga de Mujeres Votantes».

Farah me dijo que en 1988 «las campañas de Michael Dukakis y de George Bush redactaron el primer contrato secreto sobre debates. Se lo entregaron a la Liga de Mujeres Votantes y le pidieron que lo pusiera en práctica. La Liga respondió ‘¿Esto es una broma? No vamos a aplicar un contrato secreto que establece los términos del formato’. Entonces, hicieron público el contrato y realizaron una conferencia de prensa en la que acusaron a los candidatos de ‘fraude al pueblo estadounidense’ y en donde informaron que se negaban a ser ‘cómplices del engaño al pueblo estadounidense'».

Fue en ese momento que los partidos Demócrata y Republicano le arrebataron el control de los debates a la Liga de Mujeres Votantes y, desde entonces, lo han mantenido ellos.

«Democracy Now!» llevó a los candidatos Stein y Anderson a un estudio de televisión en Littleton. Tras cada una de las respuestas del Presidente Obama y de Mitt Romney a las preguntas planteadas por el moderador Jim Lehrer, deteníamos la imagen y permitíamos que Stein y Anderson también respondieran. Sus respuestas marcaron un fuerte contraste con el intercambio de ataques que tenía lugar dentro del debate oficial, donde las medidas de seguridad eran extremas.

Por ejemplo, con respecto a la asistencia de salud, el ex Alcalde de Salt Lake City, Anderson, dijo: «Estamos hablando de propuestas de asistencia de salud a las que se les llama ‘Obamacare’ y ‘Romneycare’. Pero yo las llamaría ‘sistema de salud de las empresas de seguros médicos’, debido a que son estas empresas las que redactaron las propuestas de Obama y Romney. Se unieron a una fundación muy conservadora hace algunos años para desarrollar este plan, para que el pueblo estadounidense comprara este producto perverso».

La candidata del Partido Verde, Jill Stein, es una médica de Massachusetts. Dijo en un tramo del debate: «Durante el gobierno de Obama, que básicamente legitimó las violaciones cometidas durante el gobierno de George Bush, se ha atacado nuestro derecho a la privacidad, nuestros derechos consagrados en la Primera Enmienda, ha habido una criminalización del derecho a manifestarse…las cosas no están funcionando ni en los gobiernos demócratas ni en los republicanos. Necesitamos un gobierno que sea de, por y para la gente, y que no esté auspiciado por las grandes empresas ni sirva a sus intereses».

Realizar un sólido debate sobre los asuntos fundamentales de la actualidad fortalece la democracia. Mientras demócratas y republicanos gastan sumas de dinero sin precedentes en sus campañas, «Democracy Now!» sigue contribuyendo a que se escuchen las otras voces, que suelen ser silenciadas. Así debe ser el sonido de la democracia. ¡Que comience el debate!


Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2012 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, [email protected]

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.