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Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación 2006: la subsistencia de 1.000 millones de personas está en riesgo por la desertificación

Fuentes: Ecoportal.net

Las Naciones Unidas lanzaron el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación 2006. El objetivo de esta observancia es incrementar la conciencia sobre el tema de la desertificación y generar acciones públicas y privadas para hacerle frente. La Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los Estados Miembros a establecer comités nacionales dedicados […]

Las Naciones Unidas lanzaron el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación 2006. El objetivo de esta observancia es incrementar la conciencia sobre el tema de la desertificación y generar acciones públicas y privadas para hacerle frente. La Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los Estados Miembros a establecer comités nacionales dedicados a coordinar las actividades de celebración y generar iniciativas. En particular, el llamado de la ONU fue para los países africanos y los países menos adelantados, los más afectados por la degradación de tierras.

La desertificación – degradación de las tierras áridas y semiáridas por actividades humanas y variaciones climáticas- afecta a un tercio de las tierras del planeta y la vida diaria de 250 millones de personas en cien países. Además, podría afectar la vida de 1.000 millones de personas durante el siglo veintiuno. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en 1992 en Rio de Janeiro, reitero la gravedad mundial del proceso de desertificación, al destacar que afecta a la sexta parte de la población mundial, cubriendo el 70% de las tierras secas, es decir, alrededor de 3 600 millones de hectáreas.

Sus principales causas son la pobreza, la tala abusiva de árboles, el sobrepastoreo y las malas prácticas de irrigación. La comunidad internacional reconoció que es «un gravísimo problema socio-económico y ambiental». Por eso, aprobó la Convención de la ONU sobre Desertificación. Entró en vigor en 1996 y más de 180 países son parte de ella.

Los cálculos actuales muestran que los medios de subsistencia de más de 1.000 millones de personas están en riesgo por la desertificación y que, como consecuencia, 135 millones de personas podrían estar en peligro de ser desalojados de sus tierras.

Respecto de América Latina, la FAO advierte que las presiones demográficas, el incremento de la demanda de alimentos, combustibles y materiales para construcción, están presionando fuertemente los recursos naturales de la región. Y puntualiza que la erosión y acidificación de los suelos, la pérdida de materia orgánica, la compactación de los suelos, la pérdida de elementos nutritivos y la salinización han reducido la productividad de más de tres millones de kilómetros cuadrados de tierras agrícolas. Además, afirma la FAO, casi 800 mil kilómetros cuadrados de tierras áridas corren peligro de desertificarse por un exceso de pastoreo y de explotación de la vegetación para uso doméstico, por deforestación y por utilización de métodos inadecuados de riego.

La CEPAL señala que en América Latina existen serios problemas estadísticos respecto a los procesos de desertificación. No obstante, puntualiza que en el territorio conjunto de Sudamérica y México, el 71 por ciento de los 293 millones de hectáreas secas Productivas (o sea 208 millones de hectáreas) están en proceso de desertificación. De los 293 millones, 250 millones son praderas, 31 millones son cultivos de secano y 12 millones son tierras irrigadas.

Respecto de Argentina, CEPAL señala que los estudios se han centrado preferentemente en la erosión del suelo. El 20 por ciento del territorio, o sea 55 millones de hectáreas, está afectado por erosión hídrica o eólica en grado severo, cifra que crece en aproximadamente 650. 000 hectáreas por año. Se estima que la desertificación compromete el 75 por ciento del territorio (205 millones de hectáreas) y afecta el bienestar de 9 millones de habitantes.

La FAO afirma que las personas pobres en zonas rurales en países en desarrollo y menos desarrollados son especialmente vulnerables. La desertificación debilita la fertilidad de la tierra en el mundo, con pérdidas en la productividad que llegan al 50 por ciento en algunas áreas y contribuye a la inseguridad en alimento, hambre y pobreza, incrementando las tensiones sociales, económicas y políticas. Por tal motivo, al reconocer la necesidad urgente de dirigir las implicaciones difíciles de alcanzar en este problema, la Asamblea General ha declarado el año 2006 como el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación.

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http://www.unic.org.ar