Una investigación realizada por el periódico ‘New York Times’ ha descubierto que, al menos, 121 veteranos de las guerras de Irak y Afganistán han cometido un homicidio o han sido acusados de uno después de su regreso a casa. Las cifras indican un aumento de casi el 90% en los homicidios que involucran al personal […]
Una investigación realizada por el periódico ‘New York Times’ ha descubierto que, al menos, 121 veteranos de las guerras de Irak y Afganistán han cometido un homicidio o han sido acusados de uno después de su regreso a casa.
Las cifras indican un aumento de casi el 90% en los homicidios que involucran al personal militar en servicio y nuevos veteranos durante seis años desde la invasión a Afganistán en el 2001, según informa ‘The New York Times’.
Ni el Pentágono ni el Departamento de Justicia siguen estos casos, ya que sólo los reciben juzgados civiles. Sin embargo, un portavoz del Ejército precisó que el reportaje no ofrecía un panorama completo.
En su investigación, el periódico destaca que tres cuartas partes de los veteranos acusados aún pertenecían al Ejército en el momento del homicidio , y que, en más de la mitad de los casos, el presunto delito se había cometido con armas.
Unos 25 de los acusados se enfrentan cargos de asesinato u homicidio por accidentes de tráfico con resultados fatales, debido a que conducían bajo la influencia del alcohol , de manera imprudente o de forma suicida.
La abrumadora mayoría de los afectados no tenía antecedentes criminales previos, pero, según informó el diario, en algunos casos «el hecho de que el sospechoso haya participado en la guerra no guarda una relación aparente con el crimen cometido».
‘The New York Times’ asegura que un tercio de las víctimas eran esposas, novias, niños u otros familiares , mientras que un 25% correspondía a compañeros en servicio.
Inestabilidad mental y paranoia
El portavoz del Ejército Paul Boyce intentó rebatir los datos aportados por el periódico y explicó que las estadísticas militares «muestran un leve o ningún aumento en el uso de drogas , crímenes por manejar bajo la influencia de sustancias o abuso doméstico en los últimos años entre los más de 300.000 soldados que han sido desplegados en esta guerra».
Sin embargo, muchos de los familiares de los veteranos consultados coinciden en un diagnóstico común cuando vuelven de la guerra: «Cuando regresan, están diferentes». De hecho, se han dado casos de abuso de sustancias, inestabilidad mental e incluso paranoia.
Según su testimonio, de los 121 veteranos a muy pocos se les realizó un examen médico mental tras su paso por la guerra. Por tanto, a muchos de ellos no se les diagnosticó un estrés post-traumático hasta después de que cometiesen los homicidios.
El portavoz del Ejército intentó quitar hierro a las estadísticas aportadas por el periódico y aseguró que «parecen estar basadas en una revisión básica de las historias de crímenes de los periódicos estadounidenses desde el 2004 al 2006, en lugar de las estadísticas que entrega el Ejército de Estados Unidos o el Departamento de Defensa».