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Barcelona, presentación de la Cooperativa de Vivienda Can Batlló

Fuentes: La Burxa

Traducido del catalán para Rebelión por Carlos Riba García

Una breve introducción del traductor

El pasado sábado 29 de noviembre, Rebelión publicó una nota llamada «Las 10 iniciativas de la economía social que debes conocer«. En la segunda iniciativa hay un enlace que por su interés me pareció necesario traducir en beneficio de nuestros lectores en el mundo que no pueden leer textos en catalán.

En estos tiempos en que la gente está harta de ver que muchos gobiernos se han rendido incondicionalmente al poder económico más concentrado, hay muchas personas que deciden ponerse trabajar en la construcción de sus propias alternativas; esas alternativas pasan por el cooperativismo y la economía social. En cualquier momento volveremos a visitar el barrio barcelonés de Sants.

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La tarea cooperativa

Cuando en 2009 se inició el proyecto Barrio Cooperativo, con el impulso de la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña (FCTC) y La Ciudad Invisible, el cooperativismo en Sants era una realidad fragmentada, sin proyección social y una importante desmemoria respecto de los antecedentes históricos que habían hecho de nuestro barrio uno de los bastiones del cooperativismo obrero catalán. Entre las cooperativas existentes había muy pocas que promoviesen la identidad y los valores cooperativos; la cooperación entre ellas no existía y, en el ámbito barrial, el modelo cooperativista era apenas conocido. De entre las cooperativas de entonces con más inquietudes, podemos destacar Ambulàncies Catalunya, Net Neteja [del ramo de la limpieza], Cusó Tapissers, la cooperativa de enseñanza Institució Montserrat y la de consumo Germinal. Sin embargo, la situación actual no es la misma. ¿Qué ha cambiado?

La crisis económica -mejor dicho, el ajuste estructural capitalista en curso- ha modificado muchas certezas que teníamos interiorizadas. En lo social, se ha producido un cuestionamiento de la economía dominante que ha implicado una reflexión personal sobre la relación que cada uno de nosotros tiene con el trabajo, el consumo y el ahorro. En estos años de abusos capitalistas, de banqueros que roban y desahucian, de Expedientes de Regulación de Empresa y desempleados, de recortes sociales y pobreza creciente, nos hemos preguntado con insistencia -sea en las plazas y calles [con los compañeros], sea en soledad- si «otra economía es posible». Es entonces cuando las alternativas económicas propuestas desde el cooperativismo, modestas pero reales, han llamado la atención de cada vez más sectores de la población.

La apuesta por un barrio cooperativo ha contribuido al arraigo de este cambio de imaginario. La celebración del Día del Cooperativismo, las charlas, los artículos, las jornadas y los talleres, así como las exposiciones, investigaciones y rutas de la memoria cooperativa del barrio, han servido para recuperar y actualizar el espíritu cooperativista de Sants. Un proceso que no se habría producido sin la creación de «cooperativas activistas» por parte de personas implicadas en los movimientos sociales del barrio de Sants (como La Ciudad Invisible o las hoy desaparecidas Malea y PimPamFilms) y sin las resonancias que tiene la circunstancia de que en la calle de Premià número 15 esté una sede importante del cooperativismo catalán. Ya que a la antigua cooperativa L’Empar de l’Obrer, después llamada Popular Santsenca, desde que aquí se instaló la FCTC (en 2005), se han ido agregando muchas organizaciones del sector y las cooperativas Coop57, L’Olivera, Grup Clade y Sàpiens.

Este nuevo contexto ha facilitado que en los últimos años se hayan creado o instalado nuevas cooperativas de trabajo en el barrio y que la lista de empresas autogestionadas por sus trabajadores haya ido creciendo. Desde el sector del ocio, como Koitton Club o Kopdemà Bar; al mundo de la informática y las comunicaciones, como Bonobo, Proyecte Ictineu o la revista Alternativas económicas; pasando por los servicios vinculados con un nuevo modelo ecológico y sostenible, como Coop de bici o el Economato Social. Muchas de estas cooperativas están vinculadas a la Red de Economía Solidaria y luchan diariamente para mantener los puestos de trabajo y al mismo tiempo difundir los valores cooperativos que consolidan sus proyectos; además están abiertas a colaboraciones pensadas como un medio para resolver las necesidades económicas de sus protagonistas y también apuestan por una transformación social más general.

Más allá de la extensión de la cooperativa como fórmula en sí, la sensación es que en Sants se ha producido una socialización de la cultura de la cooperación. A los grupos de consumo agroecológico (Faves Comptades, Panxa Contenta), a los mercados de la Red de Intercambio de Sants y a las acostumbradas iniciativas del tejido social del barrio de Sants, se ha de agregar -desde junio de 2011- el equipamiento autogestionado de Can Batlló ( http://www.laborda.coop/ ), auténtico vivero de experimentación social que se puede convertir en un epicentro de la economía social y solidaria con vinculación territorial. Aún queda mucho camino por recorrer y los desafíos son importantes. Pero la tarea cooperativa está sembrada y parece que ya está germinado.

Esta nota de Iván Miró se publicó por primera vez en La Burxa Nº 177, en diciembre de 2013

Fuente: http://sants.coop/